La banca agita al Gobierno dan¨¦s
Una pol¨¦mica privatizaci¨®n parcial en favor de Goldman Sachs fractura la coalici¨®n de centroizquierda en Dinamarca
Goldman Sachs se ha convertido en el nuevo compa?ero de viaje de la primera ministra danesa, la socialdem¨®crata Helle Thorning-Schmidt. La entrada del banco de inversi¨®n estadounidense en la principal empresa p¨²blica de energ¨ªa de Dinamarca, Dong Energy, ha provocado la salida del gobierno de su socio el Partido Socialista (SF). La combinaci¨®n de fuerzas en el Folketinget (el Parlamento dan¨¦s, que dio luz verde el jueves a la privatizaci¨®n parcial) se antoja, tras la dimisi¨®n en bloque de los seis ministros del SF del actual Ejecutivo, m¨¢s que complicada.
Pero a Thorning-Schmidt, acostumbrada a moverse en arenas movedizas, nada parece hacerle abandonar el sill¨®n en el Palacio de Gobierno de Christianborg, pese a que afronta la tercera remodelaci¨®n de su Gabinete en tres meses. Nadie se plantea en este peque?o pa¨ªs de cinco millones de habitantes que se vayan a convocar elecciones anticipadas pese a que los dos partidos que quedan en el Gobierno (socialdem¨®cratas y radicales) suman solo 61 esca?os en un parlamento de 179.
La salida de los ministros de SF es consecuencia de la entrada de Goldman Sachs en su principal empresa p¨²blica de energ¨ªa, Dong Energy, una privatizaci¨®n parcial que ha generado gran descontento, y no s¨®lo entre los votantes de izquierda. De hecho, seg¨²n algunos sondeos, un 68% de la poblaci¨®n danesa se manifiesta en contra de la operaci¨®n.
Son varios los motivos. Los hay morales, por el papel jugado por el banco de inversi¨®n estadounidense en la crisis financiera mundial. Pero la mayor¨ªa son econ¨®micos. En noviembre del a?o pasado el Gobierno de Thorning-Schmidt firm¨® un acuerdo de ampliaci¨®n de capital en Dong Energy por el cual Goldman Sachs se har¨ªa con el 19% de la el¨¦ctrica, por unos 8.000 millones de coronas danesas (1.071 millones de euros). Dos fondos de pensiones daneses entran con una participaci¨®n menor (ATP con un 5% y PFA otro 2%), de modo que el Estado baja del 81% al 60% su porcentaje.
Seg¨²n el ex primer ministro Poul Nyrup Rasmussen, el banco estadounidense estar¨ªa pagando entre un 25% y un 40% menos por acci¨®n del valor real de la compa?¨ªa, un suculento negocio a riesgo pr¨¢cticamente cero. En palabras de Rasmussen, ¡°esta operaci¨®n es para Goldman Sachs un negocio redondo que, sin embargo, lleva a Dinamarca a tocar fondo¡±.
Pero no s¨®lo eso, la radio p¨²blica danesa DR afirma tambi¨¦n que la compra se articula a trav¨¦s de una sociedad montada ad hoc por el banco de inversiones en Luxemburgo, New Energy Investment, vinculada con otras dos entidades, ubicadas en Delaware (EE UU) y en Islas Caim¨¢n, las tres plazas consideradas para¨ªsos fiscales, algo que ha irritado a¨²n m¨¢s a los daneses.
Thorninng-Schmidt defiende la operaci¨®n para lograr liquidez para las inversiones que prev¨¦ Dong, que arrastra una deuda de 4.000 millones de coronas (536 millones de euros) y una acuciante escasez de liquidez para poder llevar a cabo nuevas inversiones en el campo de la energ¨ªa e¨®lica marina. ¡°En las circunstancias en la que estaba Dong Energy ten¨ªamos que decidir si ampliar capital o hacer cortes dr¨¢sticos. No actuar y quedarnos de brazos cruzados, no era una salida v¨¢lida. Habr¨ªa tenido consecuencias muy serias¡±, dice Bjarne Corydon, actual ministro de Finanzas. Tanto ¨¦l como la primera ministra est¨¢n convencidos, y as¨ª lo han repetido en varias ocasiones, de que la entrada de Goldman Sachs es lo que necesita Dong Energy para que su salida a Bolsa, prevista para 2017, sea un ¨¦xito.
En Copenhague esperan que la nieve ca¨ªda en las ¨²ltimas horas acabe por enfriar los caldeados pasillos del palacio de Christiansborg y que, a principios de la semana que viene, se presente ya a los nuevos ministros. Mientras ese momento llega son muchos los daneses que, entre bromas, se?alan que lo mejor ser¨¢ seguir de cerca la mundialmente conocida serie danesa Borgen. Cuenta las intrigas pol¨ªticas que rodean a una primera ministra, tambi¨¦n mujer y tambi¨¦n danesa. En el cap¨ªtulo 15, el partido ecologista con el que la primera ministra formaba coalici¨®n sale del Ejecutivo, de forma muy parecida a como ahora lo ha hecho el SF. Interesante saber en cap¨ªtulos posteriores qu¨¦ papel le hacen jugar a la primera ministra de la ficci¨®n, porque muchos en Dinamarca quieren que su alter ego Helle Thorning-Schmidt? se vaya a Bruselas.
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