Las v¨ªctimas mexicanas de curas pederastas: ¡°Hemos logrado ser escuchados¡±

Las v¨ªctimas mexicanas calificaron este mi¨¦rcoles de ¡°hist¨®rico¡± el hecho de que la ONU haya exigido al Vaticano que reconozca el da?o que han causado los curas pederastas y los lleve ante la justicia para que respondan por sus actos. ¡°Es un d¨ªa para honrar a todos esos ni?os y ni?as que han sufrido en silencio. A los que les llamaban mentirosos cuando por fin dieron el paso y contaron su historia. Hoy se les repara un poquito¡±, dijo Alberto Athi¨¦, un antiguo sacerdote que denunci¨® durante a?os sin ¨¦xito los abusos sexuales sistem¨¢ticos de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo.

Los que han luchado todos estos a?os en M¨¦xico para romper la barrera de silencio que hab¨ªa en torno a este tema, sobre todo en los a?os setenta y ochenta, estaban exultantes durante una rueda de prensa que ofrecieron en la Ciudad de M¨¦xico. La mayor¨ªa son perjudicados directos de Maciel o sus ac¨®litos. Organizados, lograron reunir 200 casos de pederastia para presentar ante la ONU. Una minucia comparado con los 65.000 que se documentaron en Estados Unidos pero un logro may¨²sculo si se tiene en cuenta las condiciones de hermetismo que enfrentaron en un pa¨ªs con una cultura de aislamiento y sospecha hacia las v¨ªctimas.

Los perjudicados de M¨¦xico han reunido 200 casos de pederastia para presentar ante la ONU?

Su trabajo silencioso comienza a ser tenido en cuenta. El comit¨¦ de la ONU sobre los Derechos del Ni?o acus¨® este mi¨¦rcoles al Vaticano de no haber reconocido la magnitud de los abusos sexuales contra menores en el seno de la Iglesia. Y de ¡°no haber tomado las medidas necesarias para proteger a los menores¡±. El organismo, con sede en Ginebra, escuch¨® en enero las alegaciones de la Santa Sede pero, una vez analizado todos los casos presentados por v¨ªctimas europeas, estadounidenses y mexicanas, la instituci¨®n se considera ¡°profundamente preocupada por la pedofilia en la iglesia¡±.

Jos¨¦ Barba fue uno de esos chicos que sufri¨® los abusos de Maciel cuando iba camino de convertirse en sacerdote. Hoy es un se?or mayor que considera que su ¨²nico error de juventud fue callarse. ¡°Hemos logrado ser escuchados. No somos un grupo de exlegionarios audaces, se trata de la preocupaci¨®n de la iglesia universal. Es un gran logro¡±, resum¨ªa Barba, visiblemente satisfecho.

En el aire queda si la Iglesia har¨¢ caso de las exigencias de la ONU. Barba es pesimista. Abog¨® por cortar las fuentes de financiaci¨®n de la Iglesia en el caso de que sus dirigentes no cambien de actitud. ¡°Preveo que las respuestas a las recomendaciones van a ser una nota protocolaria en la que dar¨¢n largas. Propongo suspender las limosnas, porque cuando la gente en Roma no tenga para calefacci¨®n, el carro, la gasolina, y todo lo dem¨¢s, (¡­) se dar¨¢n cuenta de que dependen de los fieles¡±, dijo.

Barba: "Preveo que la respuesta [de la Iglesia] ser¨¢ una nota protocolaria"?

Athi¨¦ considera que los abusos no son episodios aislados, como el Vaticano ha argumentando durante estos ¨²ltimos a?os. En el anterior papado, con el alem¨¢n Ratzinger, comenz¨® a reconocerse el da?o casuado.¡°El procedimiento de desprecio a las v¨ªctimas, de encubrimiento a los pederastas, proceden no solo de estrategias locales. Es una estrategia institucional. Con su fuente en el territorio del Vaticano y operado por la Santa Sede¡±, arguy¨®. Dentro de ese sistema, el excl¨¦rigo considera que hab¨ªa todo un procedimiento de protecci¨®n y encubrimiento de los pederastas, que continuamente eran cambiados de parroquias a medida que sus abusos iban saliendo a la luz.

Las v¨ªctimas han puesto sobre la mesa un tema especialmente delicado en M¨¦xico. ?Encubri¨® el Papa Juan Pablo II los abusos? El polaco es considerado un santo por la masa cat¨®lica del pa¨ªs, que le brindaba unos recibimientos espectaculares cuando visitaba su tierra. Sin embargo, se le encuentran aristas a esa imagen mitificada. Un grupo de legionarios firmaron una carta que le hicieron llegar a Juan Pablo en noviembre de 1997 en la que denunciaban las fechor¨ªas de Maciel y nunca recibieron respuesta.

Las v¨ªctimas quisieron interpelar al Papa Francisco. ¡°Francisco, reconozca la verdad de la responsabilidad institucional de la Santa Sede ante los miles de casos. Tiene usted ante s¨ª una gran oportunidad¡±, le habl¨® directamente Athi¨¦. Sus ruegos comienzan a ser escuchados.