La hora de Leopoldo L¨®pez
El l¨ªder de la campa?a de desobediencia est¨¢ en busca y captura, acusado de instigar a la violencia en las marchas
Parece probable que Leopoldo L¨®pez se consagre como m¨¢rtir este martes en Caracas. El pol¨ªtico de 42 a?os, egresado de la prestigiosa escuela Kennedy de la Universidad de Harvard e hijo de una familia cuyo linaje se remonta hasta los tiempos coloniales, ha anunciado que reaparecer¨¢ desde la clandestinidad y se presentar¨¢ ante el Ministerio de Interior y Justicia. El Gobierno, que le atribuye la organizaci¨®n de los des¨®rdenes que desde el mi¨¦rcoles pasado mantienen en jaque al pa¨ªs, lo busca para detenerlo desde que ese d¨ªa se emiti¨® una orden de captura en su contra.
L¨®pez es una de las bestias negras de la oposici¨®n que m¨¢s irritan al chavismo. Para la revoluci¨®n, que ha exacerbado las contradicciones raciales y de clase, L¨®pez es un patiqu¨ªn. El t¨¦rmino del castellano criollo denomina a un se?orito pizpireto, algo presumido, hijo de pap¨¢, algo desocupado, que profesa desprecio por los pobres e incultos. El presidente Nicol¨¢s Maduro, sin m¨¢s refinamientos, lo llama El Trono, la palabra que coloquialmente designa en Venezuela al yonki, al drogado.
L¨®pez y un grupo de j¨®venes ¡ªJulio Borges, Henrique Capriles Radonski, abogados ambos¡ª fundaron Primero Justicia (PJ) a finales de los noventa, una asociaci¨®n civil consagrada a la promoci¨®n de la justicia de paz en Venezuela, y en la actualidad, el principal partido de oposici¨®n. Durante ocho a?os (2000-2008) llev¨® adelante una gesti¨®n ejemplar en el municipio de Chacao, el rico cant¨®n del este de Caracas. Pero su ascenso qued¨® opacado por el auge simult¨¢neo de Capriles Radonski, parlamentario, alcalde del municipio Baruta de Caracas, y gobernador del Estado de Miranda, consecutivamente.
No es de extra?ar que se sintiera bloqueado bajo el techo del PJ, del que se separ¨®, con otros militantes, en 2008. Pero ese mismo a?o lleg¨® otro cepo que pareci¨® definitivo para atajar sus ambiciones. La Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica ¡ªdominada por el Ejecutivo¡ª emiti¨® una resoluci¨®n administrativa que prohib¨ªa a L¨®pez postularse por seis a?os para cargos de elecci¨®n popular. Para ello aleg¨® supuestas irregularidades en la gesti¨®n de la alcald¨ªa de Chacao. Aunque la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determin¨® que esa resoluci¨®n violaba los derechos pol¨ªticos de L¨®pez, el castigo se ha mantenido vigente por una decisi¨®n del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tambi¨¦n controlado por el Gobierno.
La rivalidad circunstancial entre L¨®pez y Capriles Radonski se transform¨® con el tiempo en antipat¨ªa personal. Ello no impidi¨® que en las dos campa?as presidenciales (octubre 2012 y abril 2013) del actual gobernador de Miranda, L¨®pez sirviera lealmente como coordinador, donde hizo gala de su capacidad de gesti¨®n. En esa posici¨®n fue organizador de los actos de calle de la candidatura opositora, rol que lo puso otra vez en la mira del oficialismo.
Las dos candidaturas consecutivas de Capriles podr¨ªan haberlo consolidado como l¨ªder indiscutible del campo opositor. Pero en ambas ocasiones sali¨® derrotado, la segunda, por un margen m¨ªnimo del 1% frente a Nicol¨¢s Maduro, una ventaja que pod¨ªa desvanecerse si los reclamos de irregularidades durante las elecciones eran aceptados. Como Capriles decidi¨® prescindir de las movilizaciones de calle para forzar una repetici¨®n de los votos y un eventual derrocamiento del r¨¦gimen, se enajen¨® el apoyo ¡ªsiempre a disgusto¡ª del sector m¨¢s radical de la oposici¨®n, un p¨²blico dispuesto a escuchar planteamientos menos atados al calendario electoral. Tal fue el atajo que Leopoldo L¨®pez, junto a su aliada ¡ªquiz¨¢s temporal¡ª, la diputada Mar¨ªa Corina Machado, tom¨® para ganarse de nuevo un puesto en el liderazgo opositor. Su actual campa?a de desobediencia se llama La Salida. Tal vez su salida sea de la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD), aunque los voceros de la alianza opositora tratan de minimizar la fractura entre las dos alas.
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