M¨¢s de 100 familias michoacanas huyen a Tijuana en solo un mes
Los inmigrantes, en su mayor¨ªa mujeres y ni?os, huyen de la escalada de violencia en la regi¨®n mexicana de Tierra Caliente
Una de las ¨²ltimas noches de enero, unas 40 madres con sus hijos llegaron al refugio Casa Madre Asunta de Tijuana, que atiende a mujeres y menores. Todas ven¨ªan del mismo sitio: Michoac¨¢n. Y todas hu¨ªan de la violencia. En lo que va de este a?o, al menos un centenar de familias han recorrido unos 2.500 kil¨®metros ¨Cequivalente a la distancia que separa a Madrid de Berl¨ªn¨C para intentar conseguir asilo pol¨ªtico en Estados Unidos. Pero muy pocos lo logran, y la mayor¨ªa quedan varados en Tijuana, en el extremo noreste de M¨¦xico. Una de las trabajadoras del albergue reconoce: ¡°Nunca hab¨ªamos recibido tantas familias de Michoac¨¢n como hasta ahora¡±.
En lo que va de este a?o, unas 120 familias michoacanas han llegado a Tijuana. La mayor¨ªa son madres con sus hijos, pero tambi¨¦n hay las que viajan con sus maridos. Es el caso de Claudia y Marco, una joven pareja veintea?era que ha venido a probar suerte. Hab¨ªan escuchado que les ¡°dejaban entrar¡± a Estados Unidos debido a la violencia que sufre la regi¨®n, escenario de enfrentamientos entre el cartel de Los Caballeros Templarios y los autodefensas, civiles armados desde hace casi un a?o.
¡°En mi pueblo dec¨ªan que la cosa estaba tan fea que iba a venir la se?orita Laura¡±. Claudia se refiere a Laura Bozzo, la presentadora de un popular talkshow transmitido por Televisa. Madre de un ni?o de un a?o, explica con timidez que la violencia en su regi¨®n se ha vuelto insoportable. Es de un pueblo llamado G¨¢mbara, en el municipio de M¨²gica, en plena Tierra Caliente michoacana: la regi¨®n que concentra el conflicto entre Los Templarios y las autodefensas. Acaba de llegar al refugio y carga una bolsa con los pa?ales del beb¨¦. ¡°All¨¢ [en Michoac¨¢n] dicen que aqu¨ª [en EE UU] nos est¨¢n dando asilo pol¨ªtico¡±. Un rumor recorre los pueblos michoacanos m¨¢s golpeados por la violencia. Que EE UU concede refugio a quienes vienen de esa regi¨®n en conflicto. Son muy pocos los afortunados. De 12.000 peticiones expedidas por mexicanos en 2012, solo se concedieron 126.
Su marido lleg¨® con ella, pero se queda en el albergue vecino, donde se hospedan los hombres. La Casa del Migrante alberga a casi un centenar de inmigrantes que quedan varados en el intento de llegar a la frontera o que acaban de ser deportados de EE UU. ¡°Yo era taxista¡±, cuenta Marco. ¡°Somos los primeros a los que nos amenazan¡±. Los Caballeros Templarios suelen utilizar a los taxistas como halcones, es decir, informantes de cualquier movimiento extra?o que ocurra en los pueblos que dominan.
El 10% de los mexicanos deportados de EE UU en 2012 eran de Michoac¨¢n
Marco relata que se neg¨®, y que las amenazas lo empujaron a dejar su pueblo ¡°a probar suerte¡±. Tras enterarse de que la promesa de asilo pol¨ªtico era papel mojado, ha decidido regresar. ¡°No tenemos a otro sitio a d¨®nde ir¡±. Explica que su pueblo recibi¨® a decenas de sicarios despu¨¦s de que las autodefensas tomaran el control de Nueva Italia el 11 de enero pasado, la cabecera de su municipio. ¡°Dorm¨ªan al lado de nuestras casas¡±. Afirma que los helic¨®pteros de los federales y el Ej¨¦rcito, que patrullan la regi¨®n desde que se anunci¨® el Operativo para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoac¨¢n, el 14 de enero, sobrevuelan su poblado. ¡°Los sicarios se ponen borrachos y dicen que van a tirarlos, ?pero c¨®mo van a tirarlos? Ya parece que van a poder...¡±, explica. Asegura tambi¨¦n que espera que ¡°pronto¡± entren las fuerzas federales a su pueblo.
Mary Galv¨¢n, una trabajadora de la Casa Madre Asunta, cuenta que al albergue han llegado ¡°decenas de familias por d¨ªa¡± y que muchas reh¨²san a hablar porque ¡°est¨¢n cansadas de tanta entrevista¡±. Decenas de medios de comunicaci¨®n les han visitado en estos d¨ªas. Afirma que muchas son de Aguililla, otro municipio de la Tierra Caliente, y que ellas cuentan que son las propias autodefensas las que las han obligado a salir de sus pueblos. ¡°Dicen que fuerzan a los j¨®venes y ni?os a unirse a ellos o, si no, les expulsan del pueblo¡±.
Medios locales citan a Ofelia, una vecina de Aguililla, que cuenta que dej¨® su casa despu¨¦s de que hombres armados que se identificaron como autodefensas le dijeran que ten¨ªa una hora para decidir si permit¨ªa que su hijo de 15 a?os se un¨ªa a sus filas. Tom¨® sus cosas y se fue, afirman. Ofelia no accedi¨® a entrevistarse con este peri¨®dico.
¡°Eso es lo que les cuentan los Templarios¡±, rechaza Marco. ¡°Yo no he visto hasta ahora amenazas en mi pueblo¡±. Aguililla est¨¢ a poco m¨¢s de cien kil¨®metros de G¨¢mbara. ¡°Yo lo que s¨ª s¨¦ es que las amenazas son cosa de la ma?a¡±, asegura. La ma?a: los narcos.
¡°Aqu¨ª siempre ha venido gente de Michoac¨¢n¡±, explica el padre Pat Murphy, neoyorquino y director de la Casa del Migrante. Michoac¨¢n es uno de los principales estados mexicanos expulsores de inmigrantes. Entre los 125.000 ciudadanos mexicanos que fueron deportados de Estados Unidos en 2012, el mayor porcentaje era de Michoac¨¢n: un 10%.
El rumor de que Estados Unidos recib¨ªa a inmigrantes michoacanos se ha esparcido en la regi¨®n. Algunos defraudadores han aprovechado la situaci¨®n y piden hasta 5.000 d¨®lares para ¡°tramitar¡± un permiso que en realidad no existe. Marco y Claudia est¨¢n decepcionados, pero tampoco est¨¢n tristes por volver. ¡°Yo lo ¨²nico que quiero es que nos dejen vivir en paz¡±, explica el taxista. ¡°Lo que m¨¢s me hizo enojar es que cuando me entrevistaron no me cre¨ªan que all¨¢ hay violencia¡±, reconoce. ¡°?Yo para que me querr¨ªa ir? Yo era muy feliz en mi pueblo, ?por qu¨¦ habr¨ªa de dejarlo si es tan bonito?¡±.
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