Venezuela lanza una gira diplom¨¢tica para mejorar su imagen en Sudam¨¦rica

El gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro se est¨¢ moviendo r¨¢pido para evitar que siga disminuyendo el menguado cr¨¦dito que tiene en el exterior. El gobernante ha instruido a su canciller El¨ªas Jaua para que visite algunos pa¨ªses de Sudam¨¦rica y explique la versi¨®n oficial de las protestas que estremecen a Venezuela desde hace tres semanas.

Jaua aterriz¨® la madrugada de este viernes en Brasilia donde se reuni¨® con su hom¨®logo brasile?o Luiz Alberto Figueredo. Es la pen¨²ltima escala de un viaje que lo ha llevado a Bolivia, Argentina, Uruguay y Paraguay y que tendr¨¢ a Surinam como destino final. Ese pa¨ªs ostenta la presidencia pro tempore de la Uni¨®n de Naciones Sudamericanas (Unasur). El Gobierno de Venezuela quiere que este foro convoque a los pa¨ªses miembros para que discutan lo que ocurre en el pa¨ªs.

El mensaje del canciller Jaua en todas las naciones es el mismo: Venezuela enfrenta un intento de derrocamiento de su Gobierno liderado por un ala de la oposici¨®n que no acepta su derrota electoral. Es una constante en el chavismo la alusi¨®n a las 18 elecciones que han ganado desde 1998 para remarcar el car¨¢cter golpista de sus adversarios. Este mensaje contrasta tambi¨¦n con el esfuerzo de la dirigencia opositora que ha llamado a la calle a enfrentar al Gobierno, que reivindica cada vez ante cualquier audiencia el car¨¢cter pac¨ªfico de su manifestaci¨®n.

Maduro se ha quejado con amargura de la p¨¦sima imagen que tiene su gobierno en el exterior. El oficialismo atribuye esa extendida opini¨®n a una componenda mundial para perjudicarlo. Los pronunciamientos de los venezolanos que residen en el exterior han sido significativos para minar esa imagen, pero nada como las opiniones de jugadores de b¨¦isbol, cantantes y actores de fama mundial para profundizarla. La semana pasada el gobernante venezolano mantuvo una pol¨¦mica con el m¨²sico paname?o Rub¨¦n Blades. La autodenominada revoluci¨®n bolivariana ha acusado el golpe de sus cr¨ªticas. Una parte del chavismo m¨¢s ideologizado se form¨® con las piezas antiimperialistas del artista.

Esa gira del Gobierno venezolano busca tambi¨¦n impedir que se convoque una reuni¨®n de emergencia del Consejo Permanente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) planteada el martes por Panam¨¢. Unasur es el foro que m¨¢s se ajusta al modo de conducirse del chavismo. En primer lugar porque naci¨® en 2008 junto a la consolidaci¨®n de los gobiernos simpatizantes del proyecto bolivariano en Brasil, Uruguay, Ecuador, Paraguay y Bolivia, y como una respuesta del subcontinente para tratar sus problemas. En segundo lugar, como lo recuerda la internacionalista Elsa Cardozo, porque Unasur tiene una cl¨¢usula que protege a gobiernos democr¨¢ticamente electos como el venezolano y no cuestiona, como s¨ª lo hace la Carta Democr¨¢tica Interamericana, cuando ese mismo gobierno se desnaturaliza durante su ejercicio. Y en tercer lugar la OEA tiene una convenci¨®n de derechos humanos que, aunque no est¨¢ reconocida por Venezuela, faculta a sus pa¨ªses miembros para convertirse en el amplificador de la cruenta represi¨®n de las manifestaciones opositoras en los foros pol¨ªticos.

Una comisi¨®n de Unasur, adem¨¢s, certific¨® la estrecha victoria lograda por Maduro en las elecciones sobrevenidas de abril de 2013. Fue una de las pocas instancias internacionales que aceptaron las duras condiciones impuestas por el Consejo Nacional Electoral para acompa?ar los comicios.

Por el momento Caracas ha logrado impedir que se concrete la petici¨®n de Panam¨¢. El embajador venezolano Roy Chaderton logr¨® bloquear la iniciativa aduciendo problemas de procedimiento. Esta estrategia le ha dado oportunidad al Gobierno para insistir que la Unasur es un ¡°¨¢mbito m¨¢s eficaz¡± y de ¡°funcionamiento m¨¢s democr¨¢tico¡± que la OEA para tratar la situaci¨®n generada por las protestas. Este viernes la canciller¨ªa paname?a aclar¨® que su petici¨®n de convocar la plenaria no hab¨ªa sido cancelada. Como tantas veces en el pasado el pulso contin¨²a entre los aliados del gobierno de Venezuela y aquellos gobiernos que, como el de Chile, Colombia o Panam¨¢, han tomado distancia de la versi¨®n oficial que habla de un golpe continuado.