Maduro promete ¡°medidas dr¨¢sticas¡± para extinguir las protestas
Ascienden a 24 las muertes violentas relacionadas con las protestas y su represi¨®n desde que se iniciaron el 12 de febrero
Las cacerolas se dejaban escuchar con estruendo esta noche del mi¨¦rcoles en Caracas, en gesto de protesta al cierre de una de las jornadas m¨¢s cruentas desde que, hace justo un mes, se iniciaron las movilizaciones ¨Cestudiantiles en su origen- que sacuden a Venezuela. Mientras las partes del conflicto m¨¢s invocan la paz, esta se hace m¨¢s escurridiza en todo el pa¨ªs. Maduro ha felicitado la "impecable" actuaci¨®n de las fuerzas policiales y ha anunciado que su gobierno adoptar¨¢ ¡°medidas dr¨¢sticas¡± para acabar con las protestas.
La violencia tuvo su foco principal en la ciudad de Valencia, capital del estado de Carabobo, a unos 200 kil¨®metros al oeste de Caracas. En un sector de esa ciudad industrial, La Isabelica, se registraron tres muertes por disparos. Entre los fallecidos se cuenta un oficial de la Guardia Nacional, Ranzor Bracho, de 36 a?os de edad. Otro de los ca¨ªdos, Jes¨²s Acosta, estudiante de la Universidad de Carabobo, recibi¨® un impacto de bala en la cabeza aunque, seg¨²n distintas versiones, no participaba en las manifestaciones.
Con estas, llegan los disturbios. Los testimonios recogidos a trav¨¦s de redes sociales y de medios locales se?alan que en la represi¨®n de los des¨®rdenes en Valencia estuvieron activos miembros de los llamados ¡°colectivos¡± o grupos de choque del chavismo. Entretanto, el gobernador del estado Carabobo, Francisco Ameliach, eludi¨® referirse al tema en declaraciones a la principal televisora oficial, Venezolana de Televisi¨®n. Ameliach, un exoficial del ej¨¦rcito que formaba parte del c¨ªrculo ¨ªntimo del fallecido Hugo Ch¨¢vez, se?al¨® en cambio a presuntos francotiradores de la oposici¨®n como responsables de las muertes.
En otras ciudades del interior del pa¨ªs tuvieron lugar duros choques entre manifestantes y cuerpos de seguridad. En Barquisimeto, capital del estado de Lara (centro-oeste de Venezuela) las autoridades municipales denunciaron el allanamiento de la sede de la alcald¨ªa por parte de efectivos de la Guardia Nacional. El alcalde metropolitano es el opositor Alfredo Ramos.
En Maracaibo, segunda ciudad de Venezuela y capital del estado de Zulia ¨Cel m¨¢s poblado de Venezuela y tradicional productor petrolero-, soldados y colectivos atacaron a tiros centros residenciales como el sector Torres de Saladillo.
En San Crist¨®bal, capital del estado de T¨¢chira, en Los Andes de Venezuela, una multitudinaria marcha convocada por los estudiantes de oposici¨®n consigui¨® llegar a la sede regional de la Fiscal¨ªa, donde pidieron poner coto a la impunidad de la que gozar¨ªan efectivos de seguridad implicados en actos de maltrato y otras violaciones de derechos humanos.
Pero en Caracas ocurri¨® otra cosa. Una marcha convocada con el mismo fin fue duramente reprimida. Desde el d¨ªa anterior, el presidente Nicol¨¢s Maduro hab¨ªa advertido que no se permitir¨ªa el desplazamiento de esa concentraci¨®n. A pesar de ello, miles de personas se reunieron en el barrio de Bello Monte, al sureste de la capital venezolana, con el prop¨®sito de alcanzar la sede de la Defensor¨ªa del Pueblo, en el centro de Caracas.
Un masivo despliegue de agentes antimotines bloqueaba los pasos al municipio Libertador, jurisdicci¨®n que corresponde al casco hist¨®rico de la ciudad y su zona oeste. Para burlar el cerco, los manifestantes atravesaron el campus de la Universidad Central de Venezuela (UCV). A la salida del recinto acad¨¦mico, piquetes de la Guardia Nacional y de la Polic¨ªa Nacional aguardaban para contener la marcha.
Maduro se felicit¨®, ante un centenar de j¨®venes oficialistas, por la ¡°impecable¡± actuaci¨®n de los cuerpos de seguridad
Los funcionarios eran en ese momento la ¨²nica barrera entre la manifestaci¨®n opositora y una marcha a la que el oficialismo hab¨ªa convocado apresuradamente el d¨ªa anterior. Los seguidores del gobierno ¨Cescasos, para los registros del chavismo- se encontraban en la Plaza Venezuela, aleda?a a la UCV. Una vez los oficialistas siguieron su camino, rumbo a la Plaza Morelos, donde se encontrar¨ªan con el presidente Nicol¨¢s Maduro y el vicepresidente Jorge Arreaza, los agentes del orden empezaron a repeler la marcha opositora con cargas de gas lacrim¨®gena. La operaci¨®n dej¨® un saldo de 16 heridos, entre ellos, uno de consideraci¨®n, que recibi¨® de lleno en el rostro el impacto de una bomba lacrim¨®gena.
Ya en la Plaza Morelos, Maduro se felicit¨®, ante un centenar de j¨®venes oficialistas, por la ¡°impecable¡± actuaci¨®n de los cuerpos de seguridad y orden p¨²blico. ¡°Si hubi¨¦ramos dejar pasar la marcha fascista, estar¨ªamos contando los muertos y los destrozos¡±, asegur¨®.
El mandatario venezolano celebra esta noche una reuni¨®n extraordinaria del Consejo de Seguridad, un ente que agrupa a ministros del gabinete y autoridades militares y policiales. Maduro prometi¨® que del c¨®nclave surgir¨¢n ¡°medidas dr¨¢sticas¡± que su gobierno adoptar¨¢ para acabar con las protestas.
Tambi¨¦n esta noche ten¨ªan lugar los ya casi rutinarios des¨®rdenes de la Plaza Francia de Altamira, un sector del este de Caracas que representa un basti¨®n simb¨®lico de la oposici¨®n. Desde el martes en la noche la represi¨®n de la Guardia Nacional en la zona, con el despliegue de veh¨ªculos blindados, se ha acentuado. Numerosos vecinos sufren s¨ªntomas de asfixia derivados del uso a discreci¨®n de gases lacrim¨®genos por los cuerpos de seguridad. Cortes selectivos del suministro el¨¦ctrico en la zona y el vecino barrio de Chacao ¨Cotrora un pueblo del extrarradio caraque?o, que hoy da nombre al m¨¢s rico municipio capitalino- sirven de antesala a las arremetidas de la Guardia Nacional. Son muchos los testimonios en el lugar ¨Cas¨ª como en otros lugares de Venezuela- que aseguran que las cargas de las tanquetas y las brigadas antimotines vienen acompa?adas de temas musicales que aturden a trav¨¦s de altavoces. A menudo, esos temas corresponden a grabaciones de la voz del desaparecido comandante Ch¨¢vez, a quien gustaba cantar y dej¨® muchos registros de esa afici¨®n.
El Gobierno acusa a los manifestantes de causar destrozos en las calles
En el mismo sentido de escalada, el gobierno denunci¨® hoy a trav¨¦s de sus medios informativos que los grupos de manifestantes de oposici¨®n causaron destrozos en las ¨¢reas p¨²blicas y mezzanines de un edificio de oficinas cercano a la Plaza Altamira, la Torre Brit¨¢nica. El edificio aloja diversas oficinas gubernamentales, incluyendo la Direcci¨®n de Aviaci¨®n Civil, y tambi¨¦n sirve de refugio a familias desplazadas por os deslaves de diciembre de 2010. Tambi¨¦n la propaganda oficial se ceb¨® en un conato de saqueo que habr¨ªan generado los protestantes en un supermercado de la zona, y los da?os causados en otras sedes de organismos del Estado.
Durante su intervenci¨®n vespertina en la Plaza Morelos, el presidente Maduro lleg¨® a solicitar al alcalde del municipio Chacao, Ram¨®n Muchacho, su renuncia para organizar elecciones y designar un sustituto. Muchacho gobierna la jurisdicci¨®n donde tienen lugar las protestas de Altamira. El gobierno revolucionario acusa a Muchacho, as¨ª como a otros de sus colegas opositores del ¨¢rea metropolitana, como los alcaldes de los municipios Sucre, Baruta y El Hatillo, de indolencia o complicidad encubierta ante los disturbios. Se?ala que esas autoridades hacen poco para disuadir a los manifestantes o incluso para despejar los escombros que d¨ªa tras d¨ªa sirven de materia prima para armar barricadas.
Este mi¨¦rcoles el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emiti¨® ¨®rdenes para que esos alcaldes, as¨ª como el burgomaestre del municipio San Diego, suburbio de la ciudad de Valencia, contribuyan a controlar los des¨®rdenes y mantener despejadas las v¨ªas. El TSJ es ampliamente controlado por el gobierno chavista, que lo convirti¨® en una maleable herramienta de sus pol¨ªticas.
Los alcaldes opositores vienen advirtiendo que los cuestionamientos acerca de su desempe?o durante la crisis de orden p¨²blico buscan preparar el terreno para una intervenci¨®n forzosa contra sus gobiernos locales. Se trata de municipios cuyos votantes en distintas ocasiones han propinado derrotas a los candidatos y propuestas del chavista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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