La revisi¨®n del mapa energ¨¦tico europeo

Europa afronta una eventual crisis en el suministro de gas ruso por Ucrania mejor preparada que en el pasado y en condiciones menos propicias para Rusia. Pero la crisis actual no es solo una disputa comercial sobre precios, sino una ocupaci¨®n con riesgo de r¨¦plica y escalada. El mejor paralelismo es la anexi¨®n de Abjazia y Osetia del Sur en la guerra con Georgia de 2008, que dej¨® a las tropas rusas a pocos kil¨®metros del corredor que transporta los hidrocarburos del Caspio por el C¨¢ucaso hacia Turqu¨ªa y Europa. Tras las interrupciones de 2006 y 2009 Ucrania ha perdido peso como consumidor y pa¨ªs de tr¨¢nsito del gas ruso, en un esfuerzo de diversificaci¨®n por ambas partes. Ha reducido su consumo de gas y empezado a importar desde Eslovaquia, aunque sigue dependiendo en un 90% de Rusia. Esta ha diversificado sus rutas con los gaseoductos Nord Stream del B¨¢ltico y Blue Stream del mar Negro, y en oto?o iniciar¨¢ la secci¨®n submarina del South Stream entre las costas rusa y b¨²lgara del mar Negro.

La interdependencia energ¨¦tica entre Rusia y la UE tambi¨¦n ha cambiado. La pol¨ªtica europea m¨¢s eficaz ha sido aplicar su normativa energ¨¦tica y de competencia para atemperar el poder de mercado de Gazprom, cuyas finanzas se han deteriorado tanto que el tiempo puede haber empezado a correr en su contra. Precisamente por ello, la ocupaci¨®n de Crimea es un salto cualitativo que exige una respuesta acorde. A diferencia de lo que ocurre en el mercado europeo, Rusia aventaja a la UE en la pugna por los recursos y rutas post-sovi¨¦ticas. El empecinamiento de la Comisi¨®n por diversificar suministros en el ¨¢rea de influencia rusa no pasar¨¢ a la historia de la geopol¨ªtica de la energ¨ªa como una de sus m¨¢s brillantes estrategias. El contraste entre ¨¦xito interior y decepci¨®n exterior muestra tanto la eficacia normativa interna de la UE como sus carencias geopol¨ªticas. Estas pueden disculparse, pero resulta incomprensible la incapacidad para acompa?ar la dimensi¨®n regulatoria con una integraci¨®n f¨ªsica de sus mercados, que no cuentan con interconexiones gasistas ni el¨¦ctricas para ejercer la solidaridad comunitaria, y menos con Ucrania.

La crisis de Ucrania urge a reconfigurar el mapa energ¨¦tico europeo. Los proyectos gasistas de inter¨¦s com¨²n seleccionados hace apenas unos meses por la Comisi¨®n evidencian ahora la cortedad de miras de su visi¨®n a largo plazo. El proyecto extra-comunitario estrella, el gaseoducto Transcaspiano hasta Turkmenist¨¢n, extiende la vulnerabilidad frente a Rusia del C¨¢ucaso al Caspio, y del gas azer¨ª al de Asia Central, a?adiendo a China a la ecuaci¨®n. Ni siquiera se contemplan vectores tan prometedores como la revoluci¨®n no convencional norteamericana y su potencial en el norte de ?frica, Am¨¦rica Latina y algunos Estados miembros, o los nuevos recursos en aguas profundas de ?frica occidental y Brasil. Los corredores intra-europeos de interconexi¨®n reciben una atenci¨®n limitada, dificultando una mayor integraci¨®n de las energ¨ªas renovables para reducir la vulnerabilidad frente a Rusia. Para el gas, la mayor decepci¨®n es la incapacidad de acometer el corredor Norte-Sur Occidental (NSI West Gas), integrando la Europa atl¨¢ntica y mediterr¨¢nea, y abriendo la v¨ªa para mejorar la diversificaci¨®n europea y su capacidad de abastecimiento de corto plazo ante cortes de suministro mediante los gaseoductos con Argelia y las plantas de regasificaci¨®n atl¨¢nticas y mediterr¨¢neas.

Por situaci¨®n geogr¨¢fica, plantas de GNL (gas natural licuado) y gaseoductos, el ramal ib¨¦rico de dicho corredor optimizar¨ªa el acceso a los corredores mediterr¨¢neos hacia el golfo P¨¦rsico y el Norte de ?frica, y a los atl¨¢nticos hacia el golfo de Guinea, Am¨¦rica Latina y Norteam¨¦rica. La crisis en Ucrania ha impulsado a EE UU a considerar la exportaci¨®n a Europa de su gas de esquisto para presionar a Rusia, y la UE deber¨ªa aprovecharlo. Ya en clave espa?ola, la insuficiente interconexi¨®n gasista con Francia impide conectar a la UE con esa cartera de suministradores alejados de Rusia. Pero en vez de contentarse con el habitual Cherchez la France!, habr¨ªa que preguntarse por qu¨¦ es m¨¢s problem¨¢tico para la Comisi¨®n interconectar Espa?a y Francia que disputar a Rusia su influencia en Asia Central. Espa?a deber¨ªa esforzarse por aportar argumentos para reconfigurar la pol¨ªtica energ¨¦tica europea y ejercer la voluntad de solidaridad que permiten sus infraestructuras y posici¨®n geogr¨¢fica.

Gonzalo Escribano es director del Programa de Energ¨ªa del Real Instituto Elcano. S¨ªgame en Twitter @g_escribano