Kiev debe priorizar la unidad
Cuando Rusia deje atr¨¢s la pen¨ªnsula y avance por el este ucranio no podremos fingir estar sorprendidos
Al llegar a Jarkov hace unos d¨ªas, me sorprendi¨® la relativa calma de la ciudad. Era un d¨ªa soleado y los grandes espacios abiertos y bulevares de esta t¨ªpica ciudad postsovi¨¦tica casi parec¨ªan serenos. Mientras camin¨¢bamos hacia el Ayuntamiento, no vimos indicios de tensi¨®n en la ciudad, ni siquiera de un fervor inusual. Los centros comerciales estaban llenos de gente que aprovechaba el fin de semana para comprar. La ¨²nica pista de algo fuera de lo habitual eran las cintas negras y naranjas que algunos transe¨²ntes llevaban prendidas en la chaqueta. M¨¢s tarde supe que eran el emblema de San Jorge, en recuerdo a los ca¨ªdos durante la guerra.
A medida que nos acerc¨¢bamos a la plaza principal de la ciudad, el ambiente empez¨® a volverse tenso. Hab¨ªa cordones de polic¨ªas ucranios bloqueando la entrada del Ayuntamiento, frente a una multitud de manifestantes prorrusos que agitaban banderas rusas y gritaban ¡°Ross¨ªa [Rusia]¡± y ¡°refer¨¦ndum¡±. Alrededor del gigantesco monumento a Lenin hab¨ªa otra muchedumbre que afirmaba estar all¨ª para defender la estatua frente a los nacionalistas ucranios. Puede que estos grupos estuviesen furiosos, pero eran poco numerosos y solo sumaban unos pocos cientos de personas que no parec¨ªan tener intenciones violentas. Los que hablaron con nosotros se quejaban de la ley ling¨¹¨ªstica, de la falta de puestos de trabajo y del acceso sin visado al territorio ruso, que tal vez desaparecer¨ªa si las relaciones con Rusia se deterioraban, as¨ª como de las nuevas autoridades de Kiev, a las que los manifestantes no consideraban ni verdaderamente nuevas ni leg¨ªtimas.
Me pregunto qu¨¦ ha pasado para que, en el transcurso de una semana, una concentraci¨®n de manifestantes relativamente tranquilos ¡ªpreocupados, incluso descontentos con el cambio pol¨ªtico ocurrido en Kiev, pero en absoluto radicales¡ª se haya convertido en una multitud de alborotadores violentos que instigan protestas en las que ha muerto gente. Esto no habr¨ªa sucedido sin un contexto pol¨ªtico m¨¢s amplio y una estrategia planeada de antemano, tal vez ideada en Mosc¨². La situaci¨®n que se ha dado en Crimea ¡ªmarcada por la llegada de las llamadas fuerzas de autodefensa y por la petici¨®n de un refer¨¦ndum¡ª puede repetirse pronto en Donetsk, Jarkov y otras zonas del este de Ucrania. Algunos de los elementos de esta situaci¨®n estaban presentes en Jarkov hace ya una semana; por ejemplo, los manifestantes ped¨ªan un refer¨¦ndum, pero cuando se les preguntaba para qu¨¦, las respuestas eran a menudo contradictorias y confusas. Aunque al principio los manifestantes manten¨ªan un cierto orden y calma, parece que la llegada de los ¡°turistas pol¨ªticos¡± rusos en los ¨²ltimos d¨ªas ha cambiado el curso de las protestas y desatado la violencia.
Parece que el plan de Mosc¨² en este asunto consiste en provocar una escalada de la violencia que desacredite a las autoridades ucranias y le d¨¦ a Rusia un pretexto para intervenir, como m¨¢s o menos ha declarado tras los acontecimientos de Donetsk, en los que han muerto cuatro personas. Por tanto, ni siquiera podremos fingir estar sorprendidos cuando Rusia deje atr¨¢s Crimea y siga avanzando por el este de Ucrania, ya que sus intenciones est¨¢n claras como el agua.
?Puede Occidente hacer algo para evitar que esto suceda? Occidente no es impotente: puede, por ejemplo, apoyar al Ej¨¦rcito ucranio con un respaldo indirecto compartiendo informaci¨®n secreta y proporcionando ayuda no militar. Sin embargo, por encima de todo, esto pone a prueba la unidad nacional de los propios ucranios. Es importante que los ucranios de todas las tendencias tengan la sensaci¨®n de que este Gobierno es realmente suyo. Esto exigir¨ªa ensanchar su base pol¨ªtica e incluir en ¨¦l a elementos patri¨®ticos del Partido de las Regiones, as¨ª como a otros pol¨ªticos del Este. Deben evitarse las leyes que generan descontento en el este, como la ley ling¨¹¨ªstica.
A los ucranios del Este les preocupan sobre todo su futuro econ¨®mico, su seguridad y lo que consideran una amenaza para su identidad. El hecho de tranquilizarlos haci¨¦ndoles saber que el Gobierno de Kiev tiene en cuenta esas inquietudes y responder¨¢ a ellas har¨ªa m¨¢s por el bien de la unidad de Ucrania que el apoyo occidental.
Marcin Zaborowski es director del Instituto Polaco de Asuntos Internacionales.
Traducci¨®n de News Clips.
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