Duelo final de presiones por el futuro del S¨¢hara en Washington y la ONU

El pr¨®ximo 31 de abril, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debatir¨¢ la prolongaci¨®n del actual mandato en el S¨¢hara Occidental de la Minurso (la misi¨®n de la ONU que vigila desde 1991 el alto el fuego en la excolonia espa?ola). Y la campa?a en marcha de presiones pol¨ªticas, econ¨®micas y diplom¨¢ticas est¨¢ desatada y en su recta final. Marruecos quiere evitar de nuevo a toda costa que la ONU discuta y apruebe incluir en ese mandato futuro de la nueva Minurso cualquier alusi¨®n a la vigilancia de los derechos humanos en ese territorio y para ello est¨¢ desplegando todos sus encantos. Incluidas las m¨¢s in¨¦ditas reformas legales. El Frente Polisario no se quiere quedar atr¨¢s. Este pr¨®ximo lunes enviar¨¢ a su embajadora m¨¢s simb¨®lica, Aminatu Haidar ¡ªque adquiri¨® renombre por su huelga de hambre en Espa?a tras ser expulsada de El Aai¨²n¡ª, a comparecer ante la comisi¨®n de Exteriores del Congreso norteamericano.

La semana pasada, el rey Mohamed VI anunci¨®, nada m¨¢s regresar de una larga gira africana, la aprobaci¨®n en Consejo de Ministros de un proyecto de ley para terminar con los juicios a civiles en los tribunales militares. Una demanda que hab¨ªan planteado muchas organizaciones humanitarias y que el Gobierno de Estados Unidos le requiri¨® en noviembre pasado cuando Mohamed VI visit¨® la Casa Blanca. Tambi¨¦n la hab¨ªan solicitado Francia, Espa?a, Suiza y Argelia, el vecino y tradicional aliado del Polisario.

El ¨²ltimo precedente de un pol¨¦mico juicio militar sobre civiles ocurri¨® en Marruecos en febrero de 2013, cuando un tribunal juzg¨® a 23 activistas saharauis acusados de matar a 11 miembros de las fuerzas de seguridad en 2010 en Gdim Izik, cerca de El Aai¨²n. El Gobierno tambi¨¦n ha anunciado, en este mismo contexto, que nombrar¨¢ a funcionarios en cada Ministerio para investigar las denuncias tramitadas por los ciudadanos ante el Comit¨¦ Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y que esas quejas deber¨¢n recibir respuesta p¨²blica en tres meses.

Este proyecto de ley introduce otros cambios encaminados a promover la justicia militar, "diferenci¨¢ndola del modelo del tribunal de excepci¨®n, y a inscribirla dentro de las instituciones judiciales especializadas, valedoras de los derechos y de las libertades, en cuanto a la competencia, organizaci¨®n y procedimientos, as¨ª como la composici¨®n de la Corte del tribunal militar", se especifica en el texto. En ese marco, el proyecto prev¨¦ excluir a los civiles de la competencia del tribunal militar sean cual sean los cr¨ªmenes cometidos y excluye a los militares de la competencia del tribunal militar si cometen cr¨ªmenes de derecho com¨²n.

Los analistas, en cualquier caso, no creen que al Gobierno marroqu¨ª le haya entrado un furor proderechos humanos en unas semanas. Lo interpretan m¨¢s como otro gesto en su campa?a por situar Marruecos como un pa¨ªs m¨¢s moderno que sus vecinos del Magreb en un momento clave, a muy pocas semanas de que se vote en la ONU la supervisi¨®n sobre el S¨¢hara. En el Ejecutivo de Rabat se habla de ¡°paso hist¨®rico¡±, y hasta portavoces de algunas ONG, como Amnist¨ªa Internacional, han valorado su importancia. Otras organizaciones sociales han minimizado ese avance y cuestionan el comportamiento en algunos casos violentos del gobierno marroqu¨ª.

En esa l¨ªnea, el portavoz y emisario del Frente Polisario en Espa?a, Bucharaya Bey¨²n, tild¨® este movimiento de Marruecos simplemente de pura t¨¢ctica. ¡°Para nosotros no significa nada, es igual que juzguen a nuestros activistas en tribunales civiles o militares, van a ser condenados de la misma manera¡±, declar¨® a EL PA?S. El Polisario entiende que lo importante en esta disputa sigue sin resolverse: ¡°Hay que dar m¨¢s tiempo al mandato de la Minurso; el enviado especial, Christopher Ross, tiene que concitar un mayor respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU porque en su ¨²ltima visita solo le recibi¨® en Marruecos un secretario de Estado y ni siquiera vio a un ministro; y ahora es m¨¢s necesario que nunca que tenga poderes para vigilar el cumplimiento de los derechos humanos, porque si no la poblaci¨®n se va a ver empujada a radicalizarse¡±.