Un DC-3 desapareci¨® misteriosamente en Espa?a hace 34 a?os sin dejar rastro
El hijo del piloto de aquel aparato sigue luchando en los tribunales para que se aclare el suceso Stephen Whitaker cree que la aeronave fue, en realidad, utilizada por la CIA en una operaci¨®n
Al desembarcar en Barcelona nos asustamos porque el [avi¨®n] Douglas DC-3 no hab¨ªa llegado. Pedimos informaci¨®n a [la torre de control] de Zaragoza y nos dijeron que el avi¨®n hab¨ªa despegado [el 3 de octubre de 1980 del aeropuerto madrile?o c¨ªvico-militar] de Cuatro-Vientos media hora despu¨¦s de nuestra salida. Ya sosegados, decidimos cenar en Barcelona (¡)¡±. Wal Davis, que vol¨® hasta El Prat (Barcelona) en un avi¨®n Cessna, era el encargado de filmar en vuelo, para un documental, al DC-3 y a otro avi¨®n hist¨®rico de transporte, un Junker JU 52 que hac¨ªa el mismo recorrido.
?A la ma?ana siguiente Wal Davis supo que el avi¨®n al que esperaba hab¨ªa desaparecido sin dejar rastro. ¡°Se llam¨® a Zaragoza¡± y dijeron ¡°que ning¨²n DC-3 hab¨ªa cruzado su espacio a¨¦reo¡±, dijo. ¡°Se obtuvo la misma respuesta en todas partes¡±, relat¨® Davis a la prensa. Empez¨® entonces una b¨²squeda del aparato que no dio resultado. Treinta y cuatro a?os despu¨¦s la suerte del DC-3 sigue siendo un enigma. ¡°Los casos de desaparici¨®n de aeronaves, se ven rodeados del misterio que produce la falta de datos¡±, reza en sus conclusiones el informe t¨¦cnico espa?ol sobre aquel suceso.
No solo en los cielos de Asia se evaporan aviones, como el Boeing 777 de Malaysian Airlines con 239 pasajeros y tripulantes a bordo, sino tambi¨¦n en los de Espa?a. Un tercio de siglo despu¨¦s Stephen Whitaker, uno de los nueve hijos del piloto de aquel DC-3, sigue peleando en los tribunales de EE UU para tratar de esclarecer qu¨¦ sucedi¨® con aquel vetusto aparato a cuyos mandos estaba su padre, Harold William Whitaker, de 61 a?os, un militar estadounidense jubilado. El copiloto era Lawrence Jer?me Eckmann, de 35 a?os, padre de cinco hijos, teniente coronel del Ej¨¦rcito del Aire norteamericano conocido por sus habilidades conduciendo helic¨®pteros.
El DC-3 matr¨ªcula ECT-025 fue comprado por 900.000 pesetas (5.409 euros) en una subasta, en 1979, al Ej¨¦rcito del Aire espa?ol por la empresa alemana Kurfiss Aviation, hoy en d¨ªa disuelta. La dirig¨ªa G¨¹nter Kurfiss, un personaje extravagante del que la prensa alemana public¨® fotos, en los a?os setenta, adquiriendo otro DC-3 a unos generales de Ouganda por 18.000 d¨®lares (13.600 euros) y cinco cajas de whisky. En diez meses, entre 1980 y 1981, cuatro de los DC-3 de Kurfiss Aviation se estrellaron o desaparecieron con 14 tripulantes.
G¨¹nter Kurfiss contrat¨® a Harold Whitaker y Lawrence Eckmann para que, tras repararla, trasladasen a la vieja aeronave ¨Chab¨ªa sido fabricada en 1944- de Cuatro Vientos hasta el aeropuerto de Frankfurt. All¨ª hab¨ªa montado Air Classik, un museo est¨¢tico del aire.
Pese a los arreglos, el aparato ¡°no reun¨ªa las condiciones m¨¢s adecuadas para los vuelos tal y c¨®mo se realizan en la actualidad¡±, reconoce el informe de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de Accidentes de Aviaci¨®n Civil (CIAAC) espa?ola. ¡°Dado el fin que se destinaba la aeronave [museo], se le concedi¨® un certificado de aeronavegabilidad restringido (...)¡±, a?ade en su informe.
Con prisas para alcanzar el Cessna, desde donde Davis deb¨ªa filmar al DC-3, y para evitar volar de noche, el comandante Whitaker despeg¨® a las 15h.29 de Cuatro Vientos sin autorizaci¨®n y por una pista no adecuada. A bordo solo le acompa?aba Eckmann. Su primera escala era Perpi?¨¢n, seg¨²n la CIAAC, y no Barcelona, como dijo Davis. Las condiciones meteorol¨®gicas eran buenas excepto en la provincia de Lleida donde hab¨ªa ¡°calima con baja visibilidad vertical¡±.
Nada se sabe de lo que le sucedi¨® avi¨®n tras despegar de Madrid si se except¨²a que una avioneta Piper PA-28 comunic¨® a la torre de control que se desvi¨® para evitar colisionar con un DC-3 a la altura de Villaviciosa de Od¨®n (oeste de Madrid). ¡°Se desconoce totalmente lo ocurrido¡±, recalca la CIAAC. Whitaker y su copiloto no mantuvieron ning¨²n contacto radiof¨®nico con la torre de Cuatro Vientos ni con el Cessna y el Junker, a los que deb¨ªan alcanzar en el aire, ¡°pese a que hab¨ªan acordado comunicarse en la frecuencia 135.90¡±.
¡°La posible desorientaci¨®n, unida a la falta de ayudas para la navegaci¨®n, pudo originar el accidente, y al no haberse encontrado restos de la aeronave, es posible que cayera al mar, hundi¨¦ndose¡±, concluye la investigaci¨®n espa?ola. De hecho un Aviocar del servicio de salvamiento del Ej¨¦rcito del Aire y un helic¨®ptero del escuadr¨®n 803 rastrearon la costa catalana entre Barcelona y la frontera francesa. Pero el silencio radiof¨®nico hace sospechar que el avi¨®n pudo caer en cualquier otro lugar.
Stephen Whitaker, el hijo del piloto, entiende que tanto misterio puede tener otra explicaci¨®n: la empresa Kurfiss ¡°compraba aviones y contrataba tripulaciones para vend¨¦rselas a la CIA¡± para sus operaciones encubiertas, seg¨²n cuenta desde su casa de Montpelier en Vermont (EE UU). Lleva a?os trabajando en esa l¨ªnea de investigaci¨®n en Espa?a y, sobre todo, en EE UU. El DC-3 ha sido uno de los aparatos preferidos de la inteligencia estadounidense para sus operaciones secretas. Pese a su vetustez ha sido todav¨ªa utilizado en 2011 en Libia en 2011 para ayudar a los rebeldes que luchaban contra el r¨¦gimen de Moamar el Gadafi.
A las autoridades espa?olas, Stephen Whitaker les ha solicitado, desde enero de 2008, todo el expediente (libros de mantenimiento de la aeronave, trazas de radar, certificados etc¨¦tera) que se consultaron durante la investigaci¨®n. Hasta ahora le han sido denegados por la v¨ªa administrativa al no haber aportado ¨¦l ¡°nuevos datos¡± que obliguen a reabrir la investigaci¨®n.
En su pa¨ªs hace ya un par de a?os que Whitaker opt¨® por la v¨ªa judicial despu¨¦s de que varios organismos p¨²blicos rechazasen sus peticiones. Invocando la ley de transparencia estadounidense (FOIA) ha reclamado a la CIA, y tambi¨¦n al Pent¨¢gono y al Departamento de Estado, que le proporcionen todo lo que contienen sus archivos sobre el DC-3 que pilotaba su padre y sobre los otros tres aparatos similares de Kurfiss Aviation que sufrieron accidentes esos mismos meses.
La semana pasada, dos d¨ªas despu¨¦s de la desaparici¨®n del vuelo de Malaysian Airlines, el juez de distrito Colleen Kollar-Kotelly le dio parcialmente la raz¨®n. Afirm¨® en su sentencia que la CIA hab¨ªa invocado abusivamente algunas de las exenciones previstas en la FOIA para negarse a buscar la informaci¨®n solicitada por Whitaker. ¡°Ahora estoy buscando a un buen abogado espa?ol, no muy caro, que sepa del derecho de acceso a la informaci¨®n, y que me ayude a conseguir una copia de todo el material recopilado¡± para llevar a cabo la investigaci¨®n en Espa?a, anuncia.
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