Lima se ahoga en su ca¨®tico tr¨¢nsito
La capital peruana es una metr¨®poli colapsada, sobrepoblada de microbuses y taxis y con un sistema de transporte en pa?ales
Si algo enerva a quienes visitan la capital peruana por primera vez es su tr¨¢nsito endemoniado. ¡°Usar el sistema de buses de Lima, Per¨², puede ser una experiencia que quiebra los nervios¡±, reza una p¨¢gina web dedicada a la creciente comunidad de extranjeros residentes en la ciudad. ¡°Lima tiene un sistema de transporte p¨²blico, pero definitivamente no es el mejor¡±, se?ala, con algo m¨¢s de elegancia, la web de viajes TripAdvisor. Tampoco los lime?os tienen buena impresi¨®n del servicio. La mayor¨ªa de encuestas lo colocan como el segundo problema m¨¢s grave de la ciudad, despu¨¦s de la delincuencia.
No es necesario ser experto para formular cr¨ªticas; estas saltan a la vista en una metr¨®polis que sufre sobrepoblaci¨®n de veh¨ªculos y d¨¦ficit de infraestructura vial, pero sobre todo de un desorden cr¨®nico que se expresa, por ejemplo, en que no hay un color o distintivo obligatorio para los taxis. O, mucho peor, en la alt¨ªsima incidencia de muertes por accidentes de tr¨¢nsito, atribuidas en gran medida a lo que la poblaci¨®n llama las combis asesinas, peque?as o medianas unidades de transporte de pasajeros que transitan a toda velocidad y violando sistem¨¢ticamente todas las normas del tr¨¢nsito.
¡°Cada lime?o te puede dar una lista larga de aspectos tortuosos del transporte¡±, se?ala Jeroen Prinsen, un holand¨¦s que reside desde el 2009 en Lima. ¡°Hay inseguridad, tanto porque te pueden robar como en los accidentes viales. Es inc¨®modo, siempre intentan entrar m¨¢s gente, aun si el carro ya esta lleno. El tr¨¢fico ya es un caos, pero muchas veces los buses demoran m¨¢s de lo necesario, porque les conviene buscar m¨¢s pasajeros en vez de intentar llegar m¨¢s r¨¢pido¡±, agrega.
Intentos de ordenamiento
¡°Somos conscientes de que tenemos un tr¨¢nsito imposible¡±, admiti¨® el a?o pasado la alcaldesa de Lima, Susana Villar¨¢n, embarcada ahora mismo en una reforma del transporte que intenta poner algo de orden en un sistema marcado por la informalidad y una competencia salvaje. Pocas compa?¨ªas tienen a sus conductores y cobradores en n¨®mina, por lo que estos se ganan la vida en funci¨®n al n¨²mero de pasajeros que logran subir a sus unidades. ¡°Los choferes no ven al pasajero como un usuario, sino como una moneda¡±, se?ala el consultor experto en transporte Lino de la Barrera. Esa lucha permanente por llenar los veh¨ªculos, bautizada como la guerra del centavo, convierte las avenidas lime?as en pistas de carrera y deriva en numerosos accidentes fatales.
Al mismo tiempo, la ciudad espera a fines de marzo el resultado de la licitaci¨®n de su segunda l¨ªnea de metro, la primera subterr¨¢nea, que cuando est¨¦ lista unir¨¢ el puerto del Callao con Ate, en el este de Lima. Se proyecta que cuando est¨¦ terminada (alrededor del 2020), esta obra de 35 kil¨®metros de longitud atender¨¢ unos 2,5 millones de viajes por d¨ªa y reducir¨¢ a 45 minutos un viaje que actualmente toma m¨¢s de dos horas. Ser¨¢ un paliativo, pero no alcanzar¨¢ para solucionar los problemas de una ciudad de m¨¢s de 8 millones de habitantes, en la que ahora mismo ya se realizan 15 millones de viajes diarios.
¡°Lima es quiz¨¢s la ¨²nica metr¨®poli sin un sistema de transporte p¨²blico masivo¡±, explica el arquitecto urbanista Jorge Ruiz de Somocurcio. ¡°Reci¨¦n empieza la implementaci¨®n de corredores de transporte exclusivo (Metropolitano) y el sistema Metro (Tren El¨¦ctrico) Cuando operen las l¨ªneas 1 y 2 atender¨¢n casi al 20% de la demanda. Pero en la actualidad los habitantes de la periferia de Lima pierden cuatro horas diarias en desplazarse a sus centros de trabajo y la ciudad pierde aproximadamente 1.000 millones de d¨®lares por a?o, en combustible y horas/hombre por el deficiente sistema de movilidad urbana¡±, agrega.
Aunque parezca parad¨®jico, la bonanza econ¨®mica que vive en el Per¨² en los ¨²ltimos a?os ha sido ha sido el remate para el drama del transporte en la capital. Las compras de autom¨®viles nuevos han batido r¨¦cords en los ¨²ltimos a?os: en el 2012 fueron 185.000 unidades y 192.000 en el 2013, seg¨²n la Asociaci¨®n Automotriz del Per¨². Para este a?o se cree que ingresar¨¢n al mercado otros 200.000 veh¨ªculos. La gran mayor¨ªa de ese parque automotor va a parar a Lima, una ciudad que ya tiene sus arterias colapsadas y pocos proyectos viales de envergadura en construcci¨®n.
¡°El d¨¦ficit de infraestructura vial en Lima es alto, pero eso es solo una parte del problema. Se requiere un plan de gesti¨®n del tr¨¢nsito. En eso, lamentablemente, no se ha avanzado pr¨¢cticamente nada¡±, advierte Lino de la Barrera.
Jeroen Prinsen recuerda que, cuando reci¨¦n lleg¨® al Per¨², sus amigos le aconsejaron tomar taxi y evitar las combis y autobuses. No obstante, ¨¦l prefiri¨® hacerle caso al consejo de su profesor de espa?ol y se embarc¨® en la odisea de intentar descifrar el transporte p¨²blico de Lima. Luego se propuso hacer un mapa con esa informaci¨®n. Recorri¨® Lima de punta a punta y de las m¨¢s l¨ªneas de 580 de transporte, se qued¨® con solo 12, a las que llam¨® Rutas Recomendadas. Su trabajo se puede descargar de Internet. ¡°Son las rutas que m¨¢s recomiendo a un turista atrevido que quiere tener la experiencia t¨ªpica¡±, explica.
Jeroen s¨ª rescata algunos aspectos que considera positivos del caos cotidiano: ¡°Primero, el transporte por micro es relativamente barato y por lo tanto bastante democr¨¢tico. No excluye a nadie. Segundo, existe una gran variedad de opciones para casi todos los posibles viajes. Tercero, en general hay mucho respeto por los mayores y las embarazadas. Y por ¨²ltimo, y tal vez lo m¨¢s impresionante: se ha generado todo un sistema, fuera de vista de la gente, de auto-organizaci¨®n del sector¡±. En gran medida, es el resultado de d¨¦cadas de escasa regulaci¨®n y competencia encarnizada, algo que las autoridades esperan poner fin.
Las cifras del desorden urbano
Lima tiene m¨¢s de 200.000 taxis, aunque la cifra no se conoce a ciencia cierta, pues solo una parte han sido registrados por el Concejo Metropolitano. El resto opera sin ning¨²n tipo de autorizaci¨®n. A modo de comparaci¨®n, en la ciudad de Nueva York sirven alrededor de 13.200 taxis.
Alrededor de 600 l¨ªneas de transporte urbano cruzan el ¨¢rea metropolitana de Lima y Callao. Son tantas que elaborar un mapa con sus recorridos resulta imposible.
M¨¢s de 34.000 veh¨ªculos de transporte p¨²blico operan en Lima. Gran parte de ellos son unidades peque?as (combis). Se estima que para cubrir las necesidades de la ciudad se necesitan solamente 16.500 autobuses.
Alrededor de 600 personas mueren en Lima cada a?o como consecuencia de accidentes de tr¨¢nsito.
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