El Ej¨¦rcito brasile?o toma el mayor fort¨ªn del narco carioca en 15 minutos
1.500 hombres y 21 carros blindados de la Marina penetraron este domingo en el Complexo da Mar¨¦. La ocupaci¨®n armada de las 16 favelas en R¨ªo culmin¨® sin que se disparase una sola bala
¡°En una guerra anunciada solo muere quien quiere¡±, reza un dicho extendido entre la tropa de la polic¨ªa militar de R¨ªo de Janeiro. La ocupaci¨®n armada del Complexo da Mar¨¦, anunciada por el Gobierno de R¨ªo hasta la saciedad y ejecutada con profusi¨®n de medios b¨¦licos siguiendo el gui¨®n de tantas otras operaciones anteriores, culmin¨® en poco m¨¢s de quince minutos y sin dar un solo disparo. 1.500 hombres y 21 carros blindados de la Marina brasile?a penetraron al alba en el laber¨ªntico y correoso complejo de 16 favelas transportando unidades del Batall¨®n de Operaciones Especiales (BOPE), que fueron los encargados de barrer por primera vez los meandros del megasuburbio y dar por buena una ocupaci¨®n que en realidad se ven¨ªa fraguando poco a poco durante la ¨²ltima semana.
Mar¨¦, con m¨¢s de 130.000 habitantes y enclavado entre v¨ªas estrat¨¦gicas de la sede ol¨ªmpica (la autopista que conecta el aeropuerto internacional Antonio Carlos Jobim con la capital y la transitada Avenida Brasil) era el fort¨ªn m¨¢s inexpugnable del narcotr¨¢fico carioca en los ¨²ltimos a?os. El territorio se lo repart¨ªan las dos principales facciones narco (Comando Vermelho ¨CCV- y Amigos dos Amigos ¨CADA-) y grupos de milicianos, convirti¨¦ndolo en un aut¨¦ntico emporio del crimen donde diariamente se facturaban cientos de miles de reales con la venta de drogas y donde la dial¨¦ctica de las pistolas y la extorsi¨®n hab¨ªan cercenado cualquier libertad individual del vecindario local.
Un primer balance del Gobierno de R¨ªo elev¨® a m¨¢s de cien las personas detenidas entre la operaci¨®n cerco y la ocupaci¨®n final, entre ellos el l¨ªder narco Marcelo Santos das Dores ¡°Menor P¡±, cuya ley imperaba en once favelas del Complejo de Mar¨¦. Emboscado por polic¨ªas federales en una espectacular operaci¨®n ultrasecreta, Menor P fue capturado el pasado jueves en un edificio de clase media del barrio de Jacarepagu¨¢, en la zona oeste de R¨ªo. La informaci¨®n obtenida tras la detenci¨®n del delincuente habr¨ªa sido crucial para seguir el rastros de otros lugartenientes conocidos en Mar¨¦. Pero la realidad es que en este complejo de favelas operaban muchos m¨¢s de 118 criminales (los detenidos hasta primera hora del domingo). Es evidente que durante los d¨ªas previos a la ocupaci¨®n un elevado numero de mandos y soldados del narcotr¨¢fico abandon¨® el conocido basti¨®n para buscar refugio en otras favelas m¨¢s perif¨¦ricas donde sus facciones a¨²n mantienen cierto control territorial. Esta es la gran contradicci¨®n de la estrategia de pacificaci¨®n: las ocupaciones se planean y se anuncian a bombo y platillo para llevarlas a cabo sin posibilidad de combate, y ello implica renunciar al factor sorpresa, crucial si se pretende capturar a los criminales. La pol¨ªtica de pacificaci¨®n renunci¨® hace a?os al enfrentamiento armado con los delincuentes, cosechando ¨¦xitos aparentes, pero tambi¨¦n agravando el problema del narcotr¨¢fico en ¨¢reas que antes gozaban de relativa paz.
EL PA?S acompa?¨® a varias unidades del BOPE, del Batall¨®n de Acciones T¨¢cticas con Perros y de la Coordinadora de Recursos Especiales (CORE) de la Polic¨ªa Civil durante la operaci¨®n de este domingo en la favela Nova Holanda. Mientras los fusileros navales daban cobertura desde los carros blindados y varios helic¨®pteros tripulados por tiradores de ¨¦lite efectuaban vuelos rasantes sobre los precarios tejados de lata o amianto, la t¨¢ctica en el terreno consisti¨® en desplegar centenas de unidades de entre 5 o 8 hombres para realizar registros en domicilios y a transe¨²ntes. Los agentes, por momentos en actitud tensa y ostensiva, ped¨ªan la documentaci¨®n a cualquier persona en plena calle y realizaban las comprobaciones de antecedentes criminales en peque?os computadores de mano. Durante las patrullas varios veh¨ªculos robados fueron identificados y los perros antinarc¨®ticos localizaron una mochila escondida en un callej¨®n sin salida que conten¨ªa un cargador de fusil de asalto, munici¨®n de arma corta y cientos de papelas de marihuana embaladas con las iniciales CV.
Los comandos realizaron cientos de resgistros simult¨¢neas incrementando por minutos la estad¨ªstica de armas y drogas incautadas. En otros puntos de las 16 favelas fueron encontrados fusiles de asalto, ametralladoras, cargadores y 450 kilos de marihuana, aparte de coches y motos robadas (datos difundidos por el Gobierno de R¨ªo durante la ma?ana del domingo). Mientras tanto, el grueso de la poblaci¨®n local permanec¨ªa encerrada en sus casas por el temor al choque armado. Los rezagados de la noche o los pocos que hac¨ªan fila en las panader¨ªas a primera hora de la ma?ana se resist¨ªan a hablar con los periodistas. ¡°Vamos a ver qu¨¦ sucede a partir de ahora, porque la situaci¨®n no puede ser peor de lo que era¡±, coment¨® Mar¨ªa, que vende pescado en una de las arterias principales de Nova Holanda. Seg¨²n el propietario del puesto vecino, que prefiri¨® no identificarse, ¡°no va a mejorar nada ya que en otras favelas las Unidades de Polic¨ªa Pacificadora (UPP) han sido un fracaso¡±. ¡°La poblaci¨®n de estas favelas desconf¨ªa de las fuerzas policiales ya que las identifica con la truculencia y la falta de respeto¡±, explica por su parte Mario Sim?o, coordinador de la organizaci¨®n Observatorio de Favelas.
Sin embargo, para el secretario de Seguridad P¨²blica de R¨ªo de Janeiro, Jos¨¦ Mariano Beltrame, la toma de Mar¨¦ deja un ¡°legado¡± a la ciudad ya que ¡°no se trata de algo exclusivo para Copa del Mundo o los Juegos Ol¨ªmpicos, sino para la poblaci¨®n. Vamos a devolverle este territorio a quien lo merece y es su due?o, que es la poblaci¨®n¡±, sentenci¨®. La ocupaci¨®n de Mar¨¦, de hacerse efectiva en los pr¨®ximos meses tras la implantaci¨®n de una nueva UPP formada por 1.500 efectivos, amplia considerablemente el radio de territorios que han dejado de estar bajo el control del narcotr¨¢fico carioca. Ahora resulta crucial el refuerzo de otras ¨¢reas que ultimamente parecen haberse escapado del control de la polic¨ªa, como el Complexo do Alem?o, ocupado en 2010, o la favela de Rocinha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.