Occidente frente a Rusia
Algunas propuestas para obligar a Rusia a salir de Crimea alcanzan hasta un punto de comicidad
Cualquiera que conozca un poco la historia de las truculentas relaciones de Alemania con Ucrania, le resultar¨¢ dif¨ªcil entender que, antes y despu¨¦s de la escapada del presidente Yanuk¨®vich a Rusia, el ministro alem¨¢n de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, visitase Kiev para apoyar un levantamiento popular que demanda dar preferencia a las relaciones con la UE, sin un acuerdo previo con Rusia.
Ni Alemania ni la UE pod¨ªan ignorar los estrechos v¨ªnculos que ligan Ucrania a Rusia. En algunas regiones incluso predomina una poblaci¨®n de habla rusa. El ucraniano, al fin y al cabo, es un dialecto del ruso que se elev¨® a categor¨ªa de lengua nacional. Solo en el oeste, donde Polonia y el Imperio austroh¨²ngaro estuvieron presentes alg¨²n tiempo, se detecta una clara conciencia nacional. A las ra¨ªces hist¨®ricas comunes se suma la dependencia energ¨¦tica y en general la econ¨®mica, al ser Rusia el primer socio comercial de Ucrania.
Tampoco cab¨ªa mirar a otro lado ante la presencia en la revuelta del viejo nacionalismo de ultraderecha. Ya hab¨ªa colaborado con las tropas de Hitler en la escisi¨®n de Ucrania de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, distingui¨¦ndose ya entonces por un antisemitismo furioso, que acusaba a todos los jud¨ªos de bolcheviques.
Pero, sobre todo era evidente que Rusia no pod¨ªa permanecer impasible ante la posibilidad de que Crimea pudiera pasar a ser controlada un d¨ªa por la OTAN. Hab¨ªa costado mucho arrebatar la Pen¨ªnsula al Imperio otomano, en este punto apoyado por el brit¨¢nico, que quer¨ªa impedir a todo trance que Rusia se abriese una salida al Mediterr¨¢neo, a la saz¨®n un maren¨®strum brit¨¢nico.
En fin, parece inconcebible que EE UU y la UE hubieran podido ofrecer a Putin en bandeja de plata la magn¨ªfica oportunidad de aprovechar la crisis para anexionar Crimea. Al alojar la flota del Mediterr¨¢neo, era un objetivo estrat¨¦gico fundamental, y adem¨¢s alcanzable, dado que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n es rusa.
A una cadena de errores, se suele reaccionar empalmando otra. Los pa¨ªses occidentales apelan al derecho internacional para condenar la anexi¨®n, como si esto pudiera surtir el menor efecto. No habr¨¢ que recalcar que en el comportamiento de las grandes potencias el respeto al derecho internacional no juega el menor papel. Putin ha respondido con una larga lista de violaciones del derecho internacional, desde Irak, Kosovo a Libia, de los pa¨ªses de la OTAN.
Algunas medidas propuestas para obligar a Rusia a abandonar Crimea alcanzan hasta un punto de comicidad, como el no dejar entrar a determinadas personas en los pa¨ªses de la OTAN, o expulsar a Rusia del G-8, cuando lo importante es pertenecer al G-20. Las m¨¢s efectivas son sin duda las que ata?en a las relaciones comerciales, pero tambi¨¦n las m¨¢s contraproducentes para las dos partes. Te dejo tuerto, pero al precio de perder yo tambi¨¦n un ojo.
Alemania depende del gas ruso. La oferta americana de sustituirlo por el suyo puede ser un buen negocio para EE UU pero dada la distancia y los gastos del transporte, uno catastr¨®fico para Alemania. Adem¨¢s, el precio que paga por el gas Rusia lo emplea en la compra de bienes industriales alemanes.
?C¨®mo se explica, entonces, algo que parece inexplicable que Alemania hubiera estado a la cabeza del apoyo occidental a la opci¨®n de Ucrania por la UE, sin tomar en consideraci¨®n los intereses de Rusia?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.