La UE teme a un gobernante reforzado
Bruselas tuvo que lidiar con los deslices autoritarios de Viktor Orb¨¢n, un l¨ªder que intent¨® laminar el Estado de derecho
La UE teme nuevas andanadas del m¨¢s controvertido de sus primeros ministros. Tras los previsibles mensajes de felicitaci¨®n que enviar¨¢n las instituciones comunitarias a Viktor Orb¨¢n se esconde el recelo hacia un l¨ªder que ha desafiado a Bruselas. Sus deslices autoritarios colmaron la paciencia del presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, y de la vicepresidenta Viviane Reding, ambos de su misma familia pol¨ªtica, el Partido Popular Europeo.
Bruselas ha aprendido una importante lecci¨®n en Hungr¨ªa. Hasta que Orb¨¢n comenz¨® a laminar los principios del Estado de derecho, los europeos cre¨ªan que la democracia estaba garantizada por el hecho de pertenecer al club comunitario. Los sucesivos cambios en la Constituci¨®n h¨²ngara para apartar a jueces molestos, limitar la libertad de prensa y controlar al banco central del pa¨ªs encendieron todas las alarmas en el Ejecutivo comunitario, impotente ante un desaf¨ªo como el que planteaba Orb¨¢n.
Tres a?os despu¨¦s de que la Comisi¨®n comenzara a censurar los cambios legislativos en Budapest, el proceso dista de ser un ¨¦xito. El Ejecutivo comunitario alz¨® la voz cuando comprob¨® que Orb¨¢n pretend¨ªa deshacerse de los jueces que consideraba m¨¢s molestos oblig¨¢ndolos a retirarse a los 62 a?os. Por ello le abri¨® un procedimiento de infracci¨®n.
Bruselas tambi¨¦n censur¨® la potestad que se daba a la fiscal¨ªa para transferir casos de un juzgado a otro, presumiblemente con la intenci¨®n de adaptar las sentencias al gusto de la Administraci¨®n. Y se escandaliz¨® ante la ocurrencia de Orb¨¢n para responsabilizar a los ciudadanos de su desprecio a los c¨¢nones europeos: imponerles una tasa si el pa¨ªs recib¨ªa alguna multa por incumplir los preceptos comunitarios.
Con cruces de cartas y retoques en las normas, Hungr¨ªa logr¨® salir m¨¢s o menos indemne de esta ofensiva. Algo similar ocurri¨® con los ataques a la libertad de expresi¨®n. Las autoridades h¨²ngaras suavizaron sus propuestas, aunque ni en este caso ni en los anteriores la Comisi¨®n es capaz de decir si las modificaciones restablecen el respeto al Estado de derecho. Formalmente, solo queda pendiente un caso en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, relativo al golpe a la independencia de la autoridad nacional de protecci¨®n de datos.
La involuci¨®n de Hungr¨ªa ha puesto a prueba el escaso margen de maniobra de Bruselas, enfrentada a un primer ministro que incluso se presentaba como v¨ªctima de los ataques comunitarios. Convencida de que faltan instrumentos legales para atajar las erosiones al Estado de derecho, el Ejecutivo comunitario present¨® el mes pasado una herramienta de alerta temprana para frenarlas. A pocas semanas de las elecciones europeas, est¨¢ por ver que los jefes de Estado y de Gobierno accedan en la pr¨®xima legislatura a crear un instrumento que permita escrutar su nivel democr¨¢tico.
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