No tengo miedo, tambi¨¦n nos lo han quitado
El l¨ªder opositor venezolano encarcelado reitera su inocencia y su confianza en un cambio pol¨ªtico en Venezuela
Leopoldo Santiago, mi hijo de un a?o de edad, dio sus primeros pasos en la c¨¢rcel militar de Ramo Verde; el contexto hizo que el que com¨²nmente ser¨ªa uno de los momentos m¨¢s felices para un padre, fuera para m¨ª, uno de los m¨¢s duros; un momento para reflexionar, para cuestionarme y al final¡ confirmar lo acertado del camino que he tomado, el camino de la lucha por el futuro de mis hijos, de la ni?ez y juventud venezolana, de un pueblo asfixiado y humillado que merece libertad, que merece paz, que merece justicia y la oportunidad de progresar.
Cuando tom¨¦ la decisi¨®n de hacer frente a las falsas acusaciones en mi contra, sab¨ªa perfectamente lo que me esperaba; era consciente de que ser¨ªa otra v¨ªctima de una justicia injusta, de un proceso infame, como lo han sido tantos presos pol¨ªticos que ha cobrado este r¨¦gimen; que tendr¨ªa que dejar a mi familia, confiando en que su fortaleza y amor por nuestro pa¨ªs los mantendr¨ªa en pie; sab¨ªa que pasar¨ªa en aislamiento y soledad, un tiempo s¨®lo definido por el deseo de cambio del pueblo venezolano¡ Yo lo decid¨ª as¨ª y no me arrepiento.
Tengo muy claro que mi presencia en Ramo Verde no es consecuencia de lo sucedido el 12-F, sino el resultado de una larga persecuci¨®n por parte de la sinraz¨®n, de un r¨¦gimen intolerante, represivo y corrupto. Desde enero de 2013, el presidente Maduro me amenaz¨® con meterme en prisi¨®n y fue muy reiterativo en ello durante todo el a?o. Tambi¨¦n es importante recordar que el Gobierno del presidente Ch¨¢vez me inhabilit¨® para participar en las elecciones del 2008 para la Alcald¨ªa Mayor, con un 70% de aprobaci¨®n; y en 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenci¨® a mi favor.
Mi estancia aqu¨ª y lo sucedido en la fiscal¨ªa no son m¨¢s que el claro reflejo de que est¨¢bamos en lo correcto, de que era necesaria esa chispa que encendiera en los venezolanos ese deseo tan latente de lograr un cambio social y pol¨ªtico. Que mi encarcelamiento est¨¦ contribuyendo en alguna medida al despertar de los venezolanos, vale la pena¡ Saber que m¨¢s all¨¢ de estas rejas, cada d¨ªa miles de venezolanos exigen en las calles un cambio pronto, pac¨ªfico y constitucional, vale la pena¡ Que por fin, el mundo comience a prestar atenci¨®n a lo que sucede en Venezuela, que nuestros hermanos m¨¢s all¨¢ de las fronteras se sumen a nuestro llamado¡ vale la pena. Que el d¨ªa de ma?ana podamos ver a nuestros hijos con la frente en alto al haber luchado por ofrecerles libertad y progreso, vale la pena¡ Que juntos, los venezolanos, consigamos dejar atr¨¢s una historia de divisi¨®n, violencia y corrupci¨®n habr¨¢ valido la pena.
Tras m¨¢s de 30 d¨ªas de aislamiento, alejado de la poblaci¨®n carcelaria, mi mente y mi esp¨ªritu se mantienen fuertes. Se me qued¨® grabada la frase de una pancarta que le¨ª el 12-F [inicio de las protestas]: ¡°Nos han quitado tanto, que nos quitaron hasta el miedo¡¡±. A pesar de la incertidumbre que representa estar en manos de un verdugo que tiene preso a todo el pueblo venezolano, que ha expropiado el futuro de los j¨®venes y pisado su presente, no tengo miedo¡ tengo la compa?¨ªa de mi inocencia y la certeza de haber hecho lo correcto.
Desde esta celda, me lastima m¨¢s que nunca lo que mi familia y todas las familias venezolanas est¨¢n padeciendo; me lastiman todos los compatriotas ¡ªsin exclusi¨®n¡ª que han perdido la vida; me lastima el secuestro de nuestra libertad...
Pero tambi¨¦n, hoy m¨¢s que nunca, reconozco la fortaleza de mi esposa, de mis padres y mis hermanas que han continuado con la lucha, que no desfallecen en esa tarea de seguir llamando al despertar y la unidad; reconozco y admiro la entereza de esos padres que piden que la muerte de sus hijos no sea en vano; agradezco las muestras de cari?o y solidaridad que me han llegado hasta aqu¨ª y acompa?an mis d¨ªas; pero sobre todo, me enorgullezco de mis compa?eros de lucha, del valiente pueblo venezolano que se compromete todos los d¨ªas con la patria y no descansa en su af¨¢n de lograr el cambio.
Lo he dicho ya, salir de esta crisis que tiene sumida a Venezuela en la penumbra depende de todos; de que cada uno desde donde nos toca, demostremos que estamos dispuestos a luchar; a hacernos sentir y dejar saber cu¨¢ntos somos los que deseamos un cambio; contagiando nuestra valent¨ªa y solidaridad a todos los que se encuentran descontentos con lo que est¨¢n viviendo. Debemos demostrar que ya no estamos dispuestos a seguir bajo un modelo fracasado y corrupto; ni a creer en un falso intento por establecer la paz a punta de plomo.
La escasez, la inflaci¨®n, la crisis hospitalaria, la inseguridad, la falta de libertad y respeto a los derechos humanos limitando la libertad de expresi¨®n, nos afectan a todos por igual¡ Nuestra lucha es la lucha de todos los venezolanos; una lucha para que los padres puedan ver a sus hijos dar sus primeros pasos en una Venezuela libre, segura y en paz.
Han pasado ya 15 a?os, no podemos esperar m¨¢s, Venezuela necesita un cambio. Fuerza y fe.
Leopoldo L¨®pez, l¨ªder opositor venezolano en prisi¨®n, es presidente de Voluntad Popular.
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