China sigilosa

La fricci¨®n se produce en la frontera occidental, pero la futura correlaci¨®n de fuerzas se juega en Asia central y la frontera oriental con China. Una de las mayores inc¨®gnitas que suscita la crisis de Crimea la ofrece la actitud de Pek¨ªn, inicialmente prudente y sigilosa, posteriormente equidistante y siempre objeto de cortejo por parte de todos, tanto de Mosc¨² como de Washington. Vislumbrar la posici¨®n china respecto a esta nueva Rusia anexionista es crucial para orientarse respecto al mapa geopol¨ªtico que saldr¨¢ de la sorda confrontaci¨®n que tiene lugar sobre el mapa de Ucrania.

Hay un m¨®vil muy directo en la acci¨®n de Vlad¨ªmir Putin, que suscita sin duda la simpat¨ªa de Xi Jinping, y es su temor a la expansi¨®n desde la vecina Ucrania del modelo de sociedad abierta, elecciones competitivas y libertades p¨²blicas que la Uni¨®n Europea sigue ofreciendo y exigiendo a quienes se le acercan, a pesar de inquietantes retrocesos como el de la Hungr¨ªa de Orban. Pero tambi¨¦n hay un ensue?o imperial que funciona en direcci¨®n contraria y evoca la tensi¨®n sino-sovi¨¦tica de la guerra fr¨ªa, cuando China era un pa¨ªs del Tercer Mundo que solo superaba a Rusia en poblaci¨®n, en vez de la pujante segunda econom¨ªa mundial que es ahora.

Y luego est¨¢n los hechos: Pek¨ªn se ha abstenido en dos votaciones en Naciones Unidas, una en el Consejo de Seguridad el 15 de marzo contra la celebraci¨®n del refer¨¦ndum de independencia de Crimea, y otra en la Asamblea General el 27, contra la anexi¨®n de esa parte del territorio ucranio por Rusia, una forma de escenificar su equidistancia y de subrayar tambi¨¦n el aislamiento de Mosc¨², que tuvo que usar el veto en solitario, aunque luego se deshizo en halagos hacia el comportamiento chino.

China cultiva con habilidad la diplomacia del silencio, pero cuenta con razones poderosas para distanciarse de Putin. Unas son internas: el derecho de autodeterminaci¨®n, los refer¨¦ndums y las secesiones no le convienen, sobre todo para que no cunda el ejemplo en casa. Otras son externas: Rusia ha sido un rival estrat¨¦gico, con el que ha mantenido contenciosos territoriales como el actual de Ucrania. De m¨¦todo: a China no le gusta el juego de la inestabilidad al que es tan propicia la autocracia rusa; considera sagradas la integridad territorial y la soberan¨ªa nacional, con las que Putin ha devuelto la pelota de Kosovo a los occidentales. De ideolog¨ªa: China no cree en una uni¨®n euroasi¨¢tica, de momento aduanera, tal como la sue?an los fil¨®sofos neosovi¨¦ticos de extrema derecha que inspiran al Kremlin.

Y sobre todo geopol¨ªticas: Pek¨ªn no teme a la Uni¨®n Europea como la teme Mosc¨², al contrario, desea que sea fuerte y act¨²e de contrapeso frente a Rusia y a EE UU; y, en cualquier caso, prefiere mantenerse alejada del desgaste que sufren las grandes potencias cada vez que se enredan en conflictos de su elecci¨®n, como EE UU en Irak o ahora Rusia en Ucrania, pues son la oportunidad para avanzar posiciones gracias a las derrotas de los adversarios. Sin descuidar la econom¨ªa: Pek¨ªn no tiene inter¨¦s alguno en una nueva guerra fr¨ªa, que terminar¨ªa con la etapa de enorme prosperidad que ha obtenido de la globalizaci¨®n.