Bota Europa

S¨ª, han le¨ªdo bien. Bota con b. Con v no se puede, porque violar¨ªa la ley electoral. Es Espa?a un curioso pa¨ªs donde debido a una interpretaci¨®n de la ley electoral tan restrictiva como absurda por parte de la Junta Electoral Central, los poderes p¨²blicos no pueden instar a los electores a la participaci¨®n, s¨®lo informar de la fecha y procedimiento de votaci¨®n. Dicho de una forma m¨¢s clara: la abstenci¨®n aparece en nuestra legislaci¨®n como un bien jur¨ªdico que debe ser protegido en las mismas condiciones que la participaci¨®n; fomentar esta supondr¨ªa ¡°orientar el voto de los electores¡±, algo que el art¨ªculo 50.1 de la ley electoral (LOREG) proh¨ªbe.

Esta prohibici¨®n, que s¨®lo afecta a Espa?a, no as¨ª a los otros 27 miembros de la Uni¨®n, da lugar a situaciones rid¨ªculas. Como la campa?a institucional del Parlamento Europeo es ¨²nica para toda la UE, resulta que a su paso por los Pirineos, toda la carteler¨ªa, logos, folletos, cu?as de radio y videos tienen que ser expurgados de cualquier peligrosa incitaci¨®n al voto, como en tiempos con la pornograf¨ªa. El censor espa?ol tiene entonces que irse al programa de edici¨®n de im¨¢genes de turno y quitar esa bonita urna azul que alguien hab¨ªa puesto en la pegatina, editar el cartel para quitar la palabra Vota o recortar el video para que no salga nadie introduciendo una papeleta en una urna.

M¨¢s all¨¢ de las incomodidades pr¨¢cticas que esta limitaci¨®n genera, su calificaci¨®n desde el punto de vista pol¨ªtico no puede ser otra que la del disparate. Puede que esta sea una afirmaci¨®n pol¨¦mica en un momento de m¨¢xima desafecci¨®n, seguramente justificada, con la pol¨ªtica, pero no cabe duda de que un sistema democr¨¢tico ser¨¢ m¨¢s representativo de la ciudadan¨ªa cuanto m¨¢s elevada sea la participaci¨®n. Votar no es lo mismo que no votar. Prueba de ello es que en algunos pa¨ªses de nuestro entorno (B¨¦lgica, Chipre, Grecia, Italia y Luxemburgo) pervive la obligatoriedad del voto, que incluye sanciones que van desde los 25 euros de los belgas a los 200 de los chipriotas o a los 1.000 para los luxemburgueses reincidentes. Cosa bien distinta es que dichas sanciones sean excepcionales o que, t¨ªpicamente, como es el caso de Italia, no est¨¦n previstas, pero la Constituci¨®n italiana establece en su art¨ªculo 48 que votar es un deber c¨ªvico, porque eso es lo que es. Sin ir tan lejos, parece evidente que dada una oferta razonable de opciones electorales, a las que se puede sumar, como voto de castigo o protesta, el voto deliberadamente nulo o el voto blanco, cuesta entender que participaci¨®n y abstenci¨®n puedan ser equiparados.

Adem¨¢s, en el caso de las elecciones europeas se utiliza un sistema proporcional y, en casi todos los pa¨ªses, con un distrito ¨²nico, lo que permite lograr representaci¨®n a partidos que en otras circunstancias no suelen obtenerla. Para colmo, en estas elecciones europeas, no s¨®lo existe una oferta m¨¢s que suficiente de partidos cr¨ªticos con la Uni¨®n Europea sino un auge m¨¢s que previsible de partidos euroesc¨¦pticos o, directamente, eur¨®fobos. Curiosamente, si adoptamos la acepci¨®n m¨¢s com¨²n en Am¨¦rica Latina del verbo botar, el t¨ªtulo de esta columna ser¨ªa un buen eslogan de campa?a para ellos.

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