Valls mantiene su plan de austeridad sin cambios
Diputados centristas y de la derechista UMP anuncian que apoyar¨¢n los recortes de los socialistas Hollande, abucheado durante su visita a la tumba del l¨ªder socialista Jean Jaur¨¨s
Criticado incluso por su propio partido y abandonado por los electores, que este mi¨¦rcoles le abuchearon en las calles durante una visita oficial a Tarn, la localidad natal del hist¨®rico l¨ªder socialista Jean Jaur¨¨s, Fran?ois Hollande ha delegado en su primer ministro, Manuel Valls, la ardua tarea de sacar adelante el llamado Pacto de Responsabilidad y Solidaridad y el Programa de Estabilidad exigido por Bruselas, dos caras de la misma moneda que recortar¨¢n en 50.000 millones de euros el gasto p¨²blico franc¨¦s en los pr¨®ximos tres a?os.
En su l¨ªnea de firmeza habitual, Valls present¨® este mi¨¦rcoles el plan de recortes m¨¢s ambicioso de la historia moderna del pa¨ªs ante el consejo de ministros sin mover una coma ni incorporar las sugerencias de los diputados socialistas discrepantes, que ped¨ªan que el ajuste no afecte al poder adquisitivo de los funcionarios y los pensionistas.
Como era previsible, el ajuste fue mejor recibido por el centro-derecha que por los asustados parlamentarios socialistas, y algunos diputados de la centrista UDI y de la derechista UMP salieron a escena para anunciar que votar¨¢n a favor de las medidas.
El plan trienal intenta mejorar la competitividad de las empresas y disminuir "el tren de vida del Estado" sin aumentar ulteriormente la presi¨®n fiscal, que bajar¨¢ tres d¨¦cimas, y reduciendo por el camino la estratosf¨¦rica deuda p¨²blica, que deber¨ªa pasar del 95,6% del PIB actual al 91,9% en 2017.
El texto aprobado este mi¨¦rcoles por el Gobierno, que ser¨¢ debatido y votado el 29 de abril en la Asamblea Nacional y enviado a Bruselas el 7 de mayo, confirma que los sueldos de los 5,5 millones de empleados p¨²blicos seguir¨¢n congelados hasta 2017, cambie o no la coyuntura econ¨®mica, igual que las pensiones, y estima que el gasto p¨²blico caer¨¢ desde el actual 56,7% del PIB hasta el 53,5% en el mismo periodo.
Los parlamentarios socialistas que se oponen al programa de austeridad hab¨ªan pedido a Valls que incluyera una cl¨¢usula de revisi¨®n de las medidas m¨¢s duras si el panorama econ¨®mico mejorase en los pr¨®ximos meses, pero el primer ministro se mostr¨® inflexible pese a que los salarios de la Administraci¨®n est¨¢n congelados desde 2010.
Seg¨²n las cifras oficiales, el plan reducir¨¢ en 18.000 millones los gastos generales del Estado, limitar¨¢ la inversi¨®n de los organismos locales en 11.000 millones, y quitar¨¢ 10.000 millones del sistema sanitario y 11.000 millones de otras prestaciones sociales.
En la parte positiva, el Gobierno sostiene que crear¨¢ 155.000 empleos este a?o y 200.000 en 2015, gracias a la reducci¨®n de las cargas laborales que pagan hoy las empresas, un cheque-regalo que el Gabinete valora en 30.000 millones de euros.
Adem¨¢s, el plan prev¨¦ que el d¨¦ficit p¨²blico bajar¨¢ hasta el 3,8% este a?o, al 3% el a?o que viene y al 1,3% en 2017. La cifra de 2015 ha aumentado en dos d¨¦cimas respecto al ¨²ltimo compromiso adoptado por Francia con la Comisi¨®n Europea, pese a que Par¨ªs incumpli¨® el a?o pasado su objetivo al cerrar el ejercicio con un desfase del 4,3%. El ministro de Finanzas y Presupuesto, Michel Sapin, explic¨® en una entrevista a Le Monde que Par¨ªs no ha pedido nuevos retrasos a la Comisi¨®n, pero que esta ha tenido en cuenta que el pacto ofrecido por Hollande a la patronal "obliga a ralentizar ligeramente el ritmo de reducci¨®n del d¨¦ficit".
Al adoptar el plan negociado con Bruselas y Berl¨ªn y presentarlo como un paso crucial para volver a crecer y a crear empleos en el sector privado, Par¨ªs gana tiempo hasta las elecciones europeas del 25 de mayo, con la esperanza de que un triunfo global de la izquierda sit¨²e al frente de la Comisi¨®n Europea al socialdem¨®crata alem¨¢n Martin Schulz, que se ha mostrado partidario de contabilizar el d¨¦ficit de otra forma, extrayendo el gasto en I+D y Educaci¨®n.
Esa situaci¨®n id¨ªlica consentir¨ªa a Par¨ªs, que arrastra una larga tradici¨®n de incumplimientos con Europa, aflojar el ritmo sobre la marcha y presionar mejor en Bruselas. La iron¨ªa de ese sue?o es que, de confirmarse los sondeos que hoy sit¨²an tercero al PS franc¨¦s, son los propios socialistas galos quienes podr¨ªan impedir la victoria global del centro-izquierda en Europa.
En este juego de apariencias, deseos y traiciones, el Gobierno de Valls ejerce de polic¨ªa malo para quedar bien con Europa mientras su mayor¨ªa parlamentaria juega el papel de polic¨ªa bueno para intentar frenar el desencanto de los votantes. "?Estamos decepcionados, se?or Hollande!", le espet¨® este mi¨¦rcoles una se?ora al presidente en Tarn, entre los abucheos de otros vecinos, que se tomaron casi como una ofensa la visita de Hollande a la tumba de Jaur¨¨s en el momento m¨¢s liberal de su mandato.
Sapin reconoci¨® que "la inquietud de la mayor¨ªa es comprensible tras el fracaso traum¨¢tico de las municipales", y acept¨® que "la contestaci¨®n en las filas socialistas es un hecho". Pero el ministro m¨¢s pr¨®ximo a Hollande record¨® tambi¨¦n que los diputados "fueron elegidos tras la victoria del presidente de la Rep¨²blica" y que eso "les otorga una responsabilidad especial". Sapin llam¨® a los parlamentarios socialistas a cerrar filas con el Gobierno. Y Valls prometi¨® que los detalles del plan de rigor ser¨¢n negociados con los sindicatos y la patronal.
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