¡°Dadme armas y libero Siria en 10 d¨ªas¡±
La zona fronteriza de Ersal se ha convertido en refugio de los rebeldes sirios en territorio liban¨¦s tras la toma de Calam¨²n por las tropas de El Asad
Entre controles militares del Ej¨¦rcito liban¨¦s y canteras de piedra se abre el camino a Ersal, a 17 kil¨®metros de la frontera con Siria y ¨²ltimo refugio rebelde. Ya no se avistan las furgonetas cargadas de hombres, mujeres y ni?os con las caras desencajadas por el miedo y el pelo polvoriento del camino aferrados a los pocos enseres que pod¨ªan salvar en una apresurada huida bajo las bombas del Ej¨¦rcito sirio. Tras la toma de la regi¨®n de Calam¨²n por las tropas del r¨¦gimen de Bachar el Asad el pasado mes ¡ªun duro golpe para la oposici¨®n¡ª tan s¨®lo los combatientes rebeldes cruzan esta pedregosa regi¨®n.
La falta de alimentos y posiblemente de financiaci¨®n han sacado al ca¨ªd Abu Shalem de las monta?as que le sirven de guarida. A sus 47 a?os, Abu Shalem, originario de Juba Adin donde a¨²n se habla el arameo, luce una larga barba manchada por las canas. Lidera el mayor grupo de rebeldes que queda en Calam¨²n. ¡°La derrota ha sido una sorpresa y una traici¨®n. Durante 27 d¨ªas resistimos con mis 253 hombres la lucha en Barja [regi¨®n situada entre Yabrud y Ranc¨²s] perdiendo a 37 compa?eros mientras que los 600 hombres de Ranc¨²s, con una geograf¨ªa m¨¢s favorable para el combate, se retiraron en cuatro d¨ªas dejando el terreno libre para el r¨¦gimen.
"Tuvimos que replegarnos¡±, relata este l¨ªder islamista en una casa a medio camino entre las monta?as y Ersal. Los rebeldes acusan a las autoridades civiles de Calam¨²n y al r¨¦gimen de Catar de haber pactado con el r¨¦gimen de El Asad el abandono de la lucha dejando el terreno libre al Ej¨¦rcito sirio para recuperar la regi¨®n y asegurar la estrat¨¦gica ruta que comunica Damasco con Homs.
Abu Shalem que hoy lidera Ansar El Hayat (literalmente, la victoria de la vida) el mayor grupo de combatientes con 216 hombres, asegura que tan s¨®lo quedan 600 de los 5.000 que luchaban en Calam¨²n. ¡°Cometimos un gran error al luchar desde las casas. Pero ahora empieza la guerra de verdad. Nos hemos replegado a las monta?as y efectuaremos incursiones r¨¢pidas de peque?as katibas [brigadas] contra el Ej¨¦rcito al estilo de las guerrillas sudamericanas¡±, prosigue el ca¨ªd.
Orador nato, Abu Shalem se distancia en su discurso de otras facciones islamistas como Liwa Al Tahrir El Sham, ISIL o Al Nusra con cuyos l¨ªderes coordina ciertas operaciones pero no comparte m¨¦todos. ¡°Mis hombres son hijos de Calam¨²n y est¨¢n determinados a morir defendiendo su tierra. No queremos dinero. Dadme armas de largo alcance y yo s¨®lo liderar¨¦ a los hijos de Siria para liberarla en 10 d¨ªas. Si no, nos quedan 10 a?os de lucha¡±, concluye.
Desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011 las autoridades locales de Ersal declararon su apoyo a los rebeldes. Oasis sunita en medio de la regi¨®n chi¨ªta de la Bekaa controlada por la milicia-partido Hezbol¨¢ (firme aliado del r¨¦gimen de El Asad) Ersal se ha visto pol¨ªtica y geogr¨¢ficamente asilada del resto del L¨ªbano, cuyo Ej¨¦rcito controla los 11 puntos de entrada a la ciudad.
¡°Hay 35.000 libaneses en esta ciudad y hemos registrado a 120.000 refugiados sirios¡±, relata Ali Mohamed Hujeiri, alcalde de Ersal. Eso supone el 12% del mill¨®n que contabiliza la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en el L¨ªbano.
Las lonas blancas y azules de los 60 campos para dar cobijo a los refugiados relucen bajo el sol. ¡°La mitad viven en casas y el resto en tiendas. No queda m¨¢s espacio¡±, asegura Mohsen Jabour, trabajador de ICU, una ONG siria. De cada cuatro habitantes en Ersal tres son sirios cargados de espeluznantes relatos de guerra y destrucci¨®n. ¡°No tenemos dinero ni para comprar leche¡±, asegura Oum Mohammed que tuvo que pagar 230 euros para huir de Yabrud. ¡°Con el miedo de los bombardeos se me cort¨® la leche y no puedo amamantar¡±, lamenta apretando a su reci¨¦n nacido contra el pecho.
Las infraestructuras de Ersal est¨¢n desbordadas y Naciones Unidas, ONG internacionales y sirias trabajan contra reloj para proveer educaci¨®n, sanidad y abastecimiento de agua, luz y alimentos. El doctor sirio Abu Bakr ha abierto el primer hospital de Ersal junto con una cl¨ªnica que con unos 50.000 euros mensuales llegados de Catar y de la Cruz Roja, intenta atender a los 700 pacientes diarios.
Entre los refugiados se establecen diferentes jerarqu¨ªas. Los que llevan un par de a?os habitan peque?as estructuras de cemento, mientras que los llegados tras la batalla de Calam¨²n se exponen al frio o el calor bajo tiendas compuestas por varias tablas de madera y una fina lona. Los campamentos cobran nombre seg¨²n quien los habite. As¨ª en el campamento de "los hijos de los m¨¢rtires" habitan viudas y hu¨¦rfanos y en el de "los Mualem",? los profesores que huyeron de Yabrud.
Los m¨¢s desafortunados son los refugiados atrapados en el limbo de los escasos seis kil¨®metros que separan el ¨²ltimo control militar liban¨¦s del territorio sirio. Abandonados en un llano traen consigo sus reba?os. Al sonido de un avi¨®n sirio mujeres y ni?os corren instintivamente a esconderse en una de las tiendas. Como si la fr¨¢gil estructura que no resistir¨ªa la patada de un ni?o pudiera ampararles.
¡°La aviaci¨®n siria bombardea los alrededores de Ersal cada semana. No podemos volver a Siria ni entrar en Ersal y seguimos bajo las bombas¡±, relata uno de los l¨ªderes del grupo. ¡°La mayor¨ªa de los 120.000 refugiados no podr¨¢n volver a una Siria de El Asad. Est¨¢n condenados al exilio, o a la muerte si regresan¡±, concluye el alcalde de Ersal.
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