Biden se reunir¨¢ con Rousseff en Brasil en junio
La cita busca la reconciliaci¨®n diplom¨¢tica entre Brasil y Estados Unidos tras el esc¨¢ndalo del espionaje de la NSA
La incipiente reconciliaci¨®n diplom¨¢tica entre Estados Unidos y Brasil, tras el varapalo que supuso el espionaje masivo de la NSA, se visualizar¨¢ en junio al m¨¢s alto nivel en una reuni¨®n entre el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff. Desde mediados de abril se sab¨ªa que Biden visitar¨¢ Brasil en junio para asistir a un partido del Mundial de f¨²tbol y se hab¨ªa especulado mucho sobre una hipot¨¦tica reuni¨®n con Rousseff, pero esta a¨²n no hab¨ªa sido anunciada oficialmente.
As¨ª lo hizo este mi¨¦rcoles la secretaria de Estado adjunta de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE UU, Roberta Jacobson, durante su intervenci¨®n en la asamblea anual del Consejo de las Am¨¦ricas. ¡°El vicepresidente tiene previsto atender el Mundial y se reunir¨¢ con la presidenta Rousseff cuando lo haga¡±, revel¨® Jacobson.
Un d¨ªa despu¨¦s de las palabras de Jacobson, la Casa Blanca anunci¨® oficialmente este jueves la reuni¨®n entre Biden y Rousseff despu¨¦s de que el vicepresidente estadounidense llamara por tel¨¦fono a la presidenta brasile?a. El encuentro -en el que tambi¨¦n estar¨¢ presente el vicepresidente brasile?o, Michel Temer- tendr¨¢ lugar en Brasilia el martes 17 de junio. El d¨ªa antes Biden asistir¨¢ en Natal al partido del Mundial entre las selecciones de Estados Unidos y Ghana.
Durante la llamada, el vicepresidente estadounidense ¡°reafirm¨® la importancia de la relaci¨®n bilateral¡± y subray¨® el ¡°compromiso¡± de EE UU de ampliar la vinculaci¨®n entre ambos gigantes a un ¡°amplio abanico de ¨¢reas¡±, seg¨²n detalla un comunicado de la Casa Blanca. Ambos pol¨ªticos tambi¨¦n hablaron de la importancia de ¡°trabajar conjuntamente con otros pa¨ªses de Am¨¦rica para hacer frente a los actuales desaf¨ªos pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales¡±, lo que presumiblemente incluye la actual inestabilidad en Venezuela, respecto a la cual Brasilia -que goza de influencia sobre el Gobierno de Caracas- ha abrazado una postura mucho m¨¢s benevolente que Washington.
La responsable del Hemisferio Occidental admiti¨® que la relaci¨®n bilateral ha vivido un ¡°periodo dif¨ªcil¡± por las revelaciones de que EE UU escrut¨® el correo electr¨®nico de la mandataria brasile?a, pero se mostr¨® confiada en que ganen vigor en los pr¨®ximos meses. ¡°Hay mucho que continua en la relaci¨®n aunque los titulares digan que la relaci¨®n se ha congelado¡±, afirm¨® tras ser preguntada por el clima actual de entendimiento entre los dos gigantes del continente.
Jacobson insisti¨® en que para Estados Unidos el acercamiento a Brasil es vital y que por ello, al margen del distanciamiento gubernamental, se mantiene una s¨®lida vinculaci¨®n econ¨®mica, tur¨ªstica, cultural o deportiva. En este sentido, record¨® que, junto a China, Brasil es el ¨²nico pa¨ªs en el que Washington est¨¢ abriendo nuevos consulados y destac¨® que hay una ¡°creciente interacci¨®n¡± entre ambas poblaciones.
Cogiendo de ejemplo la visita de Biden, la diplom¨¢tica puso en valor que la relaci¨®n ¡°est¨¢ mejorando¡± a nivel gubernamental y pronostic¨® que ganar¨¢ velocidad tras las elecciones presidenciales en Brasil en octubre.
En 2011 el presidente de EE UU, Barack Obama, visit¨® Brasil y en 2012 Rousseff acudi¨® a EE UU. Fue el reflejo de la mejora progresiva de las relaciones tras el malestar que caus¨® en Washington la mediaci¨®n en mayo de 2010 del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva en la crisis nuclear iran¨ª. Hace cerca de un a?o el vicepresidente Biden y Rousseff ya se reunieron en Brasilia. Entonces el clima de entendimiento entre los dos gigantes era m¨¢ximo. El momento de la consolidaci¨®n definitiva de unas relaciones que aspiran a ser al m¨¢s alto nivel entre las dos mayores econom¨ªas y democracias del continente americano se iba a vislumbrar con la distintiva visita de estado de Rousseff a Washington en octubre de 2013.
Sin embargo, las revelaciones en septiembre del exanalista de la NSA Edward Snowden sobre el espionaje masivo a la presidenta y su c¨ªrculo cercano hicieron saltar por los aires todo el progreso alcanzado y dilapidaron la confianza de Brasilia con Washington. Tras saber que hab¨ªa sido ampliamente escrutada por EE UU, Rousseff decidi¨® cancelar su reuni¨®n con Obama. Al margen de sus consecuencias pol¨ªticas, el espionaje de la NSA fue un factor clave para que el Gobierno brasile?o se decantara por el fabricante sueco Saab en lugar del estadounidense Boeing para un pedido millonario de aviones de combate.
Desde entonces se ha ido consolidando una mejora gradual hasta el punto que a finales de marzo el embajador de Brasil en EE UU, Mauro Vieira, dijo que la mandataria ¡°desea mucho venir¡± a Washington para recuperar la entrevista pendiente con Obama, pero dio a entender que dif¨ªcilmente se producir¨¢ antes de las elecciones presidenciales de octubre en Brasil.
El Gobierno de Obama ha dado explicaciones al de Rousseff sobre los largos tent¨¢culos de la NSA y sus planes de reforma, pero no ha llegado la preciada disculpa oficial reclamada por Brasilia. En paralelo, se han producido algunos gestos conciliadores de ambas partes: en diciembre las autoridades brasile?as descartaron categ¨®ricamente cualquier posibilidad de conceder asilo a Snowden, mientras EE UU se sum¨® en la ONU a la iniciativa brasile?a sobre la importancia de la privacidad en Internet y particip¨® en abril en la conferencia internacional sobre la gobernanza en la red promovida por Rousseff. Tambi¨¦n en marzo se visualiz¨® una nueva muestra de acercamiento de la Administraci¨®n estadounidense con las visitas a Brasilia del secretario del Tesoro, Jack Lew, y precisamente de Jacobson.
Pese a este incipiente deshielo, las dos potencias mantienen algunos puntos de fricci¨®n en diversos asuntos al margen de la NSA. Por ejemplo, Brasil tiene que decidir si impone represalias comerciales contra EE UU por su contencioso por las subvenciones a la producci¨®n de algod¨®n. Y, en el terreno diplom¨¢tico, a Washington le gustar¨ªa que Brasilia abrazara una actitud mucho m¨¢s cr¨ªtica con la represi¨®n del Gobierno venezolano contra las protestas opositoras.
En paralelo a las esferas pol¨ªticas, los empresarios de ambos pa¨ªses han estado presionando a los dos gobiernos para dejar atr¨¢s el esc¨¢ndalo Snowden y relanzar la relaci¨®n bilateral, conscientes de la magnitud y el potencial del v¨ªnculo econ¨®mico. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Departamento de Estado, Brasil es el octavo socio comercial de EE UU, que es el primer inversor extranjero en el gigante emergente; mientras que EE UU es el segundo destino de las exportaciones brasile?as. En 2012 el intercambio comercial bilateral alcanz¨® los 76.000 millones de d¨®lares.
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