Elegir sin debatir
PP y PSOE quieren debates de cart¨®n-piedra, con preguntas pactadas en las europeas
Observen a los dos principales candidatos a la presidencia de la Comisi¨®n Europea, el popular y luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker y el socialista alem¨¢n Martin Schulz, rindiendo cuentas p¨²blicamente por su trabajo de estos a?os y confrontando por toda Europa sus ideas sobre la crisis y c¨®mo salir de ella. Lo est¨¢n haciendo, como los otros candidatos (el liberal belga Guy Verhofstadt y el t¨¢ndem Verde Jos¨¦ Bov¨¦-Ska Keller), en debates televisados y tambi¨¦n en entrevistas de prensa conjuntas como la que este jueves publicaron varios medios europeos, entre ellos este diario. Dejando atr¨¢s las complejidades institucionales y pol¨ªticas que decidir¨¢n finalmente si estas personas ser¨¢n o no presidentes de la Comisi¨®n despu¨¦s del d¨ªa 25 (un tema que trato con m¨¢s detalle en el blog Caf¨¦ Steiner en elpais.com), hay que decir que esta era precisamente la idea detr¨¢s de la propuesta de designar candidatos a la presidencia de la Comisi¨®n: poner nombre y apellidos a las ideas y permitir, por fin, iniciar un verdadero debate europeo.
Este debate es insuficiente, pero es buen comienzo. Tiene que superar todav¨ªa m¨²ltiples dificultades, entre ellas el idioma, aunque no es esta una dificultad insalvable. Un debate entre los principales candidatos europeos celebrado en Espa?a y conducido por periodistas espa?oles ser¨ªa sin duda sumamente interesante, aun en otro idioma. Quiz¨¢ as¨ª lograr¨ªamos que nuestros principales partidos salieran del carril en el que rutinariamente se encierran con cada elecci¨®n. Porque comienza la campa?a y llueven ramplones argumentarios que hacen las veces de papilla de ideas ya previamente deglutida para que los electores no se tengan que molestar en masticar, como si fueran beb¨¦s que se atragantan a poco que les pongas un concepto sobre el que reflexionar, un desaf¨ªo que considerar, un dilema que enfrentar, una pregunta sobre cuya respuesta interrogarse. Pero es que, adem¨¢s de los esl¨®ganes vac¨ªos y el insufrible tono grit¨®n-mitinero, la ciudadan¨ªa tiene que aguantar las ingeniosidades y brillantes latigazos al contrario que los candidatos y candidatas ponen de su propia cosecha.
Es todo tan penosamente familiar que no es de extra?ar que los ciudadanos tengan la tentaci¨®n de taparse los o¨ªdos y esperar a que todo pase. Las enrevesadas negociaciones sobre bloques tem¨¢ticos entre los secretarios de Organizaci¨®n de PP y PSOE, Carlos Floriano y ?scar L¨®pez, para organizar un debate entre los dos candidatos, de las que este jueves daba cuenta este diario, lo dicen todo sobre el penoso estado de la calidad nuestra democracia: quieren debates de cart¨®n-piedra, con preguntas previamente pactadas y periodistas relegados a la tarea de cronometradores. Cualquier cosa antes de debatir de forma abierta y sin condiciones ante la ciudadan¨ªa. No parece pues que se haya entendido nada sobre la desafecci¨®n con la pol¨ªtica y sus causas. La pol¨ªtica europea, se dice con frecuencia, es demasiado lejana y opaca. Pero seguramente coincidir¨¢n en que, en ocasiones como esta, es la pol¨ªtica nacional la parece que mora en otra galaxia democr¨¢tica.
@jitorreblanca
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