Estados Unidos descarta por ahora imponer sanciones a Venezuela
El Departamento de Estado argumenta que podr¨ªa afectar al di¨¢logo entre Gobierno y oposici¨®n
Pese a sus quejas continuas por la cruenta represi¨®n de las manifestaciones opositoras en Venezuela, el Gobierno de Estados Unidos est¨¢ decidido a darle una oportunidad al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro. El Departamento de Estado consider¨® este jueves que imponer sanciones a Caracas, como proponen varias propuestas de ley en el Congreso, ser¨ªa ahora mismo ¡°contraproducente¡± en los intentos de resolver la crisis en el pa¨ªs y fomentar el respeto a los derechos humanos.
En una comparencia en el comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, la secretaria de Estado adjunta de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE UU, Roberta Jacobson, dijo que las penalizaciones podr¨ªan torpedear las incipientes conversaciones entre el oficialismo y la oposici¨®n; fomentar¨ªan el victimismo del Gobierno de Maduro y le supondr¨ªan un ¡°factor unificador¡± que impulsar¨ªa su habitual dial¨¦ctica contra Washington. La diplom¨¢tica justific¨®, adem¨¢s, que una parte de la oposici¨®n ha pedido a EE UU que no apueste por ahora por la v¨ªa de las sanciones.
Las propuestas que se est¨¢n debatiendo en el Senado y la C¨¢mara de Representantes -que aunque se aprobasen no prosperar¨ªan por el veto que impondr¨ªa la Administraci¨®n de Barack Obama- incluyen la prohibici¨®n de visados y la congelaci¨®n de sus activos en EE UU a los cargos oficiales venezolanos que han participado o promovido la represi¨®n de las manifestaciones opositoras que estallaron hace tres meses. En paralelo, Washington otorgar¨ªa un nuevo paquete de 15 millones de d¨®lares a grupos opositores para la promoci¨®n de la democracia en Venezuela. A mediados de marzo el comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado ya aprob¨® una proposici¨®n a favor de este tipo de medidas.
¡°[Las sanciones] reforzar¨ªan la narrativa de que esto se basa en el Gobierno de Venezuela contra nosotros cuando se basa en los venezolanos levant¨¢ndose por sus propios derechos¡±, adujo Jacobson. Los hechos parecen confirmar su diagn¨®stico. El martes Maduro avis¨® que, si Washington aprobase sanciones, su Ejecutivo se ver¨ªa obligado a responder "con firmeza¡± e insisti¨® en denunciar cualquier injerencia externa.
[Las sanciones] reforzar¨ªan la narrativa de que esto se basa en el Gobierno de Venezuela contra nosotros cuando se basa en los venezolanos levant¨¢ndose por sus propios derechos¡±
Pese a su cautela, la responsable de Am¨¦rica Latina avis¨® que la posibilidad de las penalizaciones se mantiene sobre la mesa si no se producen avances en el di¨¢logo entre el Gobierno y la oposici¨®n. ¡°Podr¨ªa llegar un momento en el futuro en el que sean ¨²tiles si no han habido movimientos sobre la mesa¡±, dijo. ¡°No es el momento, es una cuesti¨®n de escoger el momento correcto para lograr los objetivos¡±, terci¨®, por su parte, Tomasz Malinowski, secretario de Estado adjunto en Democracia y Derechos Humanos.
La tesis de Washington es que ahora mismo las sanciones no ser¨ªan efectivas para forzar al r¨¦gimen a mover ficha y hacer gestos a la oposici¨®n, como liberar a presos pol¨ªticos, reducir la brutalidad de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes, y garantizar en definitiva los derechos de libre expresi¨®n y manifestaci¨®n. Pero, al mismo tiempo, tratando de reforzar el argumento de que cada caso es diferente y de repeler las acusaciones de debilidad, Malinowski enfatiz¨® que las sanciones han sido ¡°efectivas¡± en denunciar la vulneraci¨®n de los derechos humanos en Birmania o lo est¨¢n siendo en castigar la ofensiva rusa en Ucrania.
Pero, a¨²n as¨ª, la cautela del Departamento de Estado hacia Caracas enfureci¨® a los senadores dem¨®cratas y republicanos m¨¢s beligerantes. Pero esta posici¨®n de prudencia no es nada nueva. A mediados de marzo, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, admiti¨® que las sanciones eran una posibilidad pero se mostr¨® reacio a ello. ¡°Estamos preparados, si es necesario, para invocar la Carta Democr¨¢tica Interamericana de la OEA e implicarnos de varias formas, con sanciones o de otra forma, pero la econom¨ªa all¨ª ya es bastante fr¨¢gil¡±, se?al¨® en la C¨¢mara de Representantes.
El dem¨®crata Bob Men¨¦ndez, presidente del comit¨¦, fue este jueves uno de los m¨¢s cr¨ªticos con las reservas de Jacobson y Malinowski. ¡°Mi paciencia personal se est¨¢ acabando. No quiero permanecer sentado mientras cientos de personas son detenidas y torturadas¡±, espet¨® en referencia al informe de Human Rights Watch, publicado el lunes, que denuncia un patr¨®n sistem¨¢tico de represi¨®n contra los opositores con la connivencia del Gobierno y el poder judicial. Y tambi¨¦n censur¨® el argumento de que las sanciones fomentar¨ªan el victimismo del r¨¦gimen venezolano porque, dijo, es un argumento habitual en todos los pa¨ªses sancionados, y las ¡°¨²nicas v¨ªctimas son las que est¨¢n en la c¨¢rcel¡±.
Podr¨ªa llegar un momento en el futuro en el que sean ¨²tiles si no han habido movimientos sobre la mesa¡±
Por su parte, el tambi¨¦n dem¨®crata Dick Durbin inst¨® a la Administraci¨®n Obama a cortar las importaciones de petr¨®leo venezolano -en 2013 fue su cuarto proveedor, pero a un nivel cuatro veces inferior al del primero, Canad¨¢-. La secretaria Jacobson rechaz¨® la propuesta aduciendo que afectar¨ªa a compa?¨ªas estadounidenses y ¡°golpear¨ªa¡± la calidad de vida de los venezolanos al disparar el precio de la gasolina. Un argumento que solevant¨® a Durbin: ¡°No podemos decir que resulte inconveniente. Todo esto se basa en que se noten [las sanciones] para resolver el problema¡±.
Pero el m¨¢s beligerante fue sin duda el republicano Marco Rubio, perteneciente al subgrupo del Tea Party, muy involucrado en los asuntos latinoamericanos y abanderado de la l¨ªnea dura con Caracas. El senador hispano relat¨® con detalle algunos de los horrorosos abusos sufridos por los opositores venezolanos y defendi¨® la importancia de sancionar a los altos cargos porque muchos de ellos, aleg¨®, ¡°viajan regularmente a Estados Unidos, mandan a sus hijos a estudiar aqu¨ª y se r¨ªen de nosotros porque saben que pueden salir indemnes de estas cosas¡±.
Desde que estallaran las protestas hace tres meses, la Administraci¨®n estadounidense ha criticado con dureza la represi¨®n y ha insistido en que la OEA es la plataforma m¨¢s adecuada para debatir la crisis en el pa¨ªs caribe?o. Pero en el organismo con sede en Washington, EE UU se ha quedado solo, junto a Canad¨¢ y Panam¨¢, en condenar con firmeza la actitud del Gobierno de Maduro y en reclamar un verdadero di¨¢logo con la oposici¨®n. En las ¨²ltimas semanas, EE UU ha aplaudido el di¨¢logo entre el Gobierno y la oposici¨®n promovido por Unasur, pero ha reclamado que derive en mejoras concretas.
En paralelo, ha evitado entrar en el juego dial¨¦ctico con Caracas, consciente que le es contraproducente porque solo hace que alimentar la dial¨¦ctica antiestadounidense de Maduro. El presidente venezolano ha mantenido por un lado sus ataques a EE UU, pero por el otro ha tratado de hacer gestos, como cuando el martes dijo que el presidente del Parlamento venezolano, el oficialista Diosdado Cabello, est¨¢ listo para viajar a Washington para debatir "un nuevo modelo de relaci¨®n" bilateral. Ambos pa¨ªses est¨¢n sin embajadores respectivos desde 2010.
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