El giro de Putin con Ucrania alivia y desconcierta a EE UU y Europa
La Administraci¨®n Obama desconf¨ªa de las intenciones del Kremlin al aceptar las elecciones Washington dice no observar ningun retirada de tropas cerca de la frontera ucrania
La crisis ucrania ha disparado en Estados Unidos y Europa la demanda de especialistas en Rusia, medio jubilados tras la ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico. Los viejos kremlin¨®logos, especialistas en desentra?ar los mensajes del Kremlin, vuelven a estar solicitados. Ahora se trata de interpretar los mensajes e intenciones de un solo hombre, el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, imprevisible, poco fiable y enigm¨¢tico a ojos de las capitales occidentales.
El ¨²ltimo movimiento de Putin ¡ªla decisi¨®n de aceptar las elecciones en Ucrania el 25 de mayo, la desautorizaci¨®n del refer¨¦ndum prorruso previsto para el domingo en el este del pa¨ªs y el anuncio de la retirada de las tropas rusas junto a la frontera¡ª ha desencadenado las especulaciones sobre sus verdaderos motivos. ?Una trampa para EE UU y la Uni¨®n Europea (UE)? ?Una se?al de que los objetivos de Mosc¨² al desestabilizar Ucrania ya se han conseguido? ?O una victoria de la diplomacia?
La reacci¨®n al giro ¡ªhasta unas horas antes el presidente ruso hab¨ªa defendido posiciones opuestas¡ª mezcla el alivio y el desconcierto. Alivio, porque lo que parec¨ªa un choque de trenes inevitable, una deriva violenta ante la que norteamericanos y europeos ten¨ªan poca idea de c¨®mo actuar, puede ahora quedar en suspenso. Y desconcierto, porque nadie se f¨ªa de Putin ni de sus pr¨®ximos movimientos en el tablero ucranio.
La semana pasada, el presidente de EE UU, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, fijaron un plazo para imponer una nueva ronda de sanciones. Si Rusia torpedeaba las elecciones del 25 de mayo, amenazaron Obama y Merkel, se activar¨ªan medidas contra sectores clave de la econom¨ªa rusa. Las sanciones ya adoptadas afectan a empresas y personas del entorno del presidente ruso o implicadas en la toma de la regi¨®n ucrania de Crimea.
Alemania celebra el nuevo ¡°tono constructivo¡± de Mosc¨² y pide que se traduzca en decisiones pr¨¢cticas
La decisi¨®n de Putin permite aparcar unas sanciones que buena parte del establishment industrial y pol¨ªtico alem¨¢n rechazaba. Quiz¨¢ ahora quede margen para la diplomacia y para ¡®desescalar¡¯ ¡ªen la jerga de la Casa Blanca¡ª la tensi¨®n. El presidente ruso tiene previsto asistir a la conmemoraci¨®n del desembarco en Normand¨ªa el pr¨®ximo junio. All¨ª coincidir¨¢, por primera vez desde que comenz¨® el conflicto, con Obama y Merkel.
La pol¨ªtica de Obama hasta ahora ha consistido, pese a las presiones en Washington para golpear m¨¢s duro a Mosc¨², en esperar a los europeos ¡ªy a su principal interlocutor, Merkel¡ª para coordinar cualquier medida.
El ministro alem¨¢n de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, celebr¨® el jueves el ¡°tono constructivo¡± de Putin, informa Luc¨ªa Abell¨¢n en Bruselas. ¡°Quiz¨¢ estemos en un momento crucial¡±, a?adi¨®. Steinmeier constat¨® que nada est¨¢ resuelto: los elementos prorrusos en el este de Ucrania han deso¨ªdo la petici¨®n del Kremlin de desconvocar el refer¨¦ndum. La UE se dispone a ampliar las sanciones el pr¨®ximo lunes, cuando se re¨²nan los ministros de Exteriores.
EE UU es m¨¢s esc¨¦ptico. ¡°Ya veremos¡±, respondi¨® el subsecretario de Estado William Burns, de gira en Kazajst¨¢n, cuando un periodista le pregunt¨® por el cambio aparente de Putin ante Ucrania. El d¨ªa anterior, el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo a la prensa que retirada de las tropas rusas cercanas a la frontera con Ucrania ser¨ªa positiva, pero a?adi¨®: ¡°Hasta la fecha, no hay ninguna prueba de que la retirada se haya realizado¡±.
El l¨ªder ruso coincidir¨¢ en junio con Obama en la conmemoraci¨®n del desembarco en Normand¨ªa
El del mi¨¦rcoles no es primer movimiento de presidente ruso que alivia y desconcierta a EE UU y Europa. En septiembre de 2013, cuando EE UU se dispon¨ªa a atacar Siria con misiles, Mosc¨² ofreci¨® un acuerdo de ¨²ltima hora que evit¨® la intervenci¨®n. Tambi¨¦n entonces el gesto mereci¨® una mezcla de desconcierto? ¡ª?qu¨¦ buscaba Putin?¡ª y alivio: se hab¨ªa evitado la guerra. ¡®Leer¡¯ a Putin ¡ªanticipar sus decisiones y comprender los mecanismos de su razonamiento¡ª ha resultado ser una de las tareas m¨¢s complicadas para Obama en la Casa Blanca. Los putin¨®logos tienen trabajo.
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