La Iglesia alerta contra una Argentina ¡°enferma de violencia¡±
Los obispos critican en un documento el ¡°c¨¢ncer social¡± de la corrupci¨®n
La Conferencia Episcopal Argentina difundi¨® este viernes un documento dur¨ªsimo en el que ya desde el primer p¨¢rrafo constata ¡°con dolor y preocupaci¨®n que Argentina est¨¢ enferma de violencia¡±. A partir de ah¨ª, el ¨®rgano que integra a todos los obispos del pa¨ªs describe un panorama en el que reparte cr¨ªticas a gobernantes, jueces y a medios de comunicaci¨®n. Los obispos alertan tambi¨¦n sobre el ¡°c¨¢ncer social¡± de la corrupci¨®n y sobre c¨®mo la sociedad se est¨¢ acostumbrando a ¡°la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira¡±.
La Iglesia cat¨®lica recuerda que no se puede responsabilizar ni estigmatizar a los pobres
¡°Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario¡±, advierte el escrito titulado Felices los que trabajan por la paz. ¡°Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o est¨¢n intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar. Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino tambi¨¦n en agresividad. Una violencia cada vez m¨¢s feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoraci¨®n de la vida propia y ajena¡±, se?ala el documento.
Tras describir ese panorama, la Iglesia cat¨®lica recuerda que no se puede responsabilizar ni estigmatizar a los pobres. ¡°Ellos sufren de manera particular la violencia y son v¨ªctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias. Conviene ampliar la mirada y reconocer que tambi¨¦n son violencia las situaciones de exclusi¨®n social, de privaci¨®n de oportunidades, de hambre y de marginaci¨®n, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentaci¨®n de riqueza de parte de otros¡±.
La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los medios, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia se promueve una dial¨¦ctica que alienta la divisi¨®n y la agresividad
El comunicado alude a la ola de linchamientos que padeci¨® el pa¨ªs el mes pasado:?¡°La reiteraci¨®n de estas situaciones alimenta en la poblaci¨®n el enojo y la indignaci¨®n, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada `justicia por mano propia¡±.Varios representantes del Gobierno a menudo se quejan de la lentitud con que opera a veces la Justicia y del tratamiento sensacionalista que ofrecen diversos medios ante las noticias sobre inseguridad. La Iglesia no elude criticar a unos y a otros. Respecto a la Justicia, lo obispos se?alan: ¡°Frente al delito, deseamos ver jueces y fiscales que act¨²en con diligencia, que tengan los medios para cumplir su funci¨®n, y que gocen de la independencia, la estabilidad y la tranquilidad necesarias. La lentitud de la Justicia deteriora la confianza de los ciudadanos en su eficacia¡±. En cuanto a los medios: ¡°La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los diversos medios de comunicaci¨®n, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia en nuestro pa¨ªs se promueve una dial¨¦ctica que alienta las divisiones y la agresividad¡±.
Adem¨¢s de la violencia, la Conferencia Episcopal abord¨® el problema de la corrupci¨®n, a la que califica como un ¡°c¨¢ncer social causante de injusticia y muerte¡±. ¡°Desviar dineros que deber¨ªan destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educaci¨®n, transporte. Estos delitos habitualmente prescriben o su persecuci¨®n penal es abandonada, garantizando la impunidad.? Son estafas econ¨®micas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la Rep¨²blica y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley¡±.
Los obispos critican tambi¨¦n el sistema carcelario y advierten que ¡°debe cumplir su funci¨®n sin violar los derechos fundamentales de todos los presos¡±. ¡°Nos duele y preocupa que casi la mitad de los presos no tenga sentencia. La mayor¨ªa de ellos son j¨®venes pobres y sin posibilidades para contratar abogados que defiendan sus causas¡±, se?ala el escrito.
La Iglesia ya se hab¨ªa pronunciado en otras ocasiones sobre el crecimiento del narcotr¨¢fico en el pa¨ªs. Pero es la primera vez que los obispos abordan el problema de la inseguridad -primera preocupaci¨®n de los argentinos en todas las encuestas- con tanta contundencia.
Desde el oficialismo, la respuesta s¨®lo tard¨® varias horas en llegar. Y lleg¨® a trav¨¦s de la organizaci¨®n juvenil La C¨¢mpora, cuyo fundador fue M¨¢ximo Kirchner, hijo de la presidenta. Jos¨¦ Ottavis, uno de los principales dirigentes de La C¨¢mpora, vicepresidente de la C¨¢mara de Diputados bonaerense y designado el viernes secretario general del Partido Justicialista, se?al¨®: ¡°La Argentina no est¨¢ enferma. S¨ª vivimos una Argentina enferma de violencia en el 55, en el 76, en el 89 y en el 2001¡±, se?al¨® en referencia a dos golpes de Estado (1955 y 1976) respaldados por la Iglesia y a dos crisis econ¨®micas (1989 y 2001) que derivaron en las salidas anticipadas de dos presidentes no peronistas. Ottavis a?adi¨®: ¡°Seguramente al pa¨ªs le faltan cosas para tener una salud completa. Pero despu¨¦s de haber superado todo eso, es bueno acordarse [de] lo que es de verdad una Argentina enferma de violencia, para no volver a cometer esos errores¡±.
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