Si los coches van bien, Eslovaquia va bien
La industria de automoci¨®n, motor econ¨®mico del pa¨ªs, mira de reojo la crisis en Ucrania Los trabajadores del sector logran los mejores sueldos, pero temen perder el empleo
¡°Mientras los coches vayan bien, Eslovaquia ir¨¢ bien¡±, sentencia Drahos Koppan embutido en su mono azul. Recita el mantra de un pa¨ªs que ha pasado de los tanques del comunismo a los coches del capitalismo. Un camino al principio dif¨ªcil, pero luego sobre ruedas, desde que el terciopelo ¡ªprimero en forma de revoluci¨®n y luego de divorcio¡ª acab¨® con el r¨¦gimen totalitario (1989) y con Checoslovaquia (1993). Ahora, al soplar su d¨¦cima vela en la Uni¨®n Europea, Eslovaquia es ya el mayor productor mundial de autom¨®viles por habitante, pero mira de reojo hacia el Este, a su vecina Ucrania y a la vieja metr¨®poli, Mosc¨². Y tambi¨¦n hacia el Oeste: Bruselas riega aqu¨ª los fondos per c¨¢pita m¨¢s cuantiosos, pero baraja sanciones a ese importante mercado que es Rusia. Mientras, los fabricantes rebajan sus previsiones.
La industria del motor hace rugir la econom¨ªa de este pa¨ªs que ronda los 5,4 millones de habitantes y el mill¨®n de autom¨®viles fabricados al a?o. En pleno coraz¨®n de Centroeuropa, las grandes firmas ¡ªVolkswagen, PSA y KIA¡ª y la industria auxiliar encuentran mano de obra h¨¢bil, d¨®cil, barata y de sobra. Por eso, aunque el caucho sint¨¦tico se fabrique en Vizcaya, aqu¨ª se convierte en juntas de radiador o conducciones con el trabajo de Koppan y sus compa?eros. ?l es responsable de mantenimiento el¨¦ctrico en la factor¨ªa Cicautxo, que la Corporaci¨®n Mondrag¨®n instal¨® en 2005 en Nov¨¦ Z¨¢mky, una ciudad de 47.000 habitantes.
Cuando cay¨® el comunismo, Koppan ten¨ªa 13 a?os, la industria eslovaca era sobre todo b¨¦lica ¡ªcarros de combate incluidos¡ª y en esta inmensa nave a un centenar de kil¨®metros de Bratislava se fabricaban bombas de riego para el algod¨®n de Kazajst¨¢n. Ahora 530 trabajadores, en tres turnos, elaboran componentes de goma para las grandes plantas automovil¨ªsticas de toda Europa y tambi¨¦n para electrodom¨¦sticos. Las 3.000 toneladas de caucho que llegan cada a?o desde Berriatua, a 48 horas de viaje, salen en piezas hacia una docena de pa¨ªses. La factor¨ªa va viento en popa. ¡°La producci¨®n y las ventas se han multiplicado por cuatro desde 2010¡±, explica su responsable, el vizca¨ªno Jos¨¦ Mar¨ªa Ogando. Prev¨¦ facturar 40 millones de euros este a?o, frente a los 33 del pasado. La clave est¨¢ en los bajos salarios, s¨ª, pero tambi¨¦n influye ¡°la cercan¨ªa geogr¨¢fica que demandan los clientes¡±.
Huele a goma y el runr¨²n de las m¨¢quinas es incesante. ¡°Con el comunismo, todo el mundo ten¨ªa trabajo, casa gratis y precios bajos. Ahora hay que trabajar duro¡±, resume Koppan. Sus compa?eros est¨¢n de acuerdo. ¡°Antes las cosas eran m¨¢s f¨¢ciles. Ahora ganamos m¨¢s, pero todo es m¨¢s caro. Yo creo que en eso salimos perdiendo¡±, tercia Karol Toma, de 50 a?os y carnicero en el pasado. Se consideran afortunados por trabajar en el sector del autom¨®vil, el que mejor paga (un pe¨®n en Cicautxo, y lo son la mitad de los trabajadores, gana 500 euros limpios al mes en un pa¨ªs donde el salario m¨ªnimo es de 352 euros brutos). Ni hablar de mirar atr¨¢s. Cada uno debe sacarse las casta?as del fuego. ¡°Hay un sentimiento general de inseguridad y un auge del individualismo. Las dificultades se ven como un problema personal, y no colectivo¡±, se?ala Zuzana Kusa, del Instituto de Sociolog¨ªa de la Academia de Ciencias.
El monocultivo del motor preocupa solo relativamente. ¡°La cuesti¨®n no era que se invirtiera demasiado en este sector, sino que hubiera inversi¨®n extranjera, y eso se ha conseguido¡±, plantea el analista Juraj Karpis, del Instituto de Estudios Econ¨®micos y Sociales ¡ªun think tank independiente¡ª. La entrada en el euro, en 2009, ha encarecido la mano de obra ¡ª¡°es m¨¢s cara que en Hungr¨ªa¡±¡ª, elevado los precios y favorecido el crecimiento, pero el consumo no despega. ¡°La econom¨ªa dom¨¦stica permanece estancada. Los salarios aportan solo el 38% de la renta nacional [en torno al 45% en Espa?a]¡±. Y est¨¢ la paradoja: ¡°El producto interior bruto (PIB) crece, pero eso no influye en el poder adquisitivo ni en el empleo, necesitamos crecer casi al 5% para crear puestos de trabajo. Lo que crece de verdad son los beneficios de las empresas, y se los llevan. El valor a?adido se va de Eslovaquia¡±, afirma Karpis.
¡°Los coches no son un amenaza, sino una oportunidad¡±, defiende en el Ministerio de Econom¨ªa Ivan Pesout, director general de Estrategia. Echa cuentas: la industria automovil¨ªstica aporta el 12% del PIB, y hasta el 17% si se tienen cuenta los servicios que requiere. Entre empleo directo e indirecto, da trabajo a m¨¢s de 200.000 personas. La mayor compa?¨ªa, Volkswagen, tiene un cashflow (flujo de caja) que equivale a casi la mitad del presupuesto nacional. El objetivo ahora, con las grandes factor¨ªas a tope de capacidad, es atraer a m¨¢s empresas auxiliares del motor ¡ªexisten m¨¢s de 300¡ª, de forma que ¡°aten a los grandes productores para que no puedan irse¡±. Es la estrategia contra una deslocalizaci¨®n que dejar¨ªa inerme al pa¨ªs, el gran pinchazo.
Mientras, los fabricantes pisan fuerte. ¡°Esta industria supone el 26% de las exportaciones de Eslovaquia y el 46% de su producci¨®n industrial¡±, detalla J¨¢n Pribula, secretario general de la Asociaci¨®n de la Industria Automovil¨ªstica (ZAP, que agrupa a la mayor parte de las compa?¨ªas del ramo). Con todo, han levantado ligeramente el pie del acelerador y prev¨¦n un descenso de la producci¨®n para este a?o de casi el 9%: de los 987.718 coches de 2013 a algo m¨¢s de 900.000. Pribula lo achaca a la puesta en marcha de nuevos modelos, pero admite que ¡°tambi¨¦n pueden influir Rusia y Ucrania¡±. A la primera va buena parte de la producci¨®n de la alemana Volkswagen y de la coreana KIA. Un eventual endurecimiento de las sanciones econ¨®micas de la UE a Mosc¨² desinflar¨ªa la econom¨ªa eslovaca.
Esta parece la ¨²nica preocupaci¨®n que la UE ¡ªdestinataria del 80% de las exportaciones de Bratislava¡ª suscita en este pa¨ªs campe¨®n del euro-optimismo y que bate r¨¦cords de abstenci¨®n en los comicios europeos ¡ªmenos del 20% de participaci¨®n¡ª. ¡°La gente percibe que la pertenencia a la UE nos ha beneficiado mucho [el 80% de la inversi¨®n p¨²blica se hace con el dinero de los contribuyentes comunitarios] y conf¨ªa m¨¢s en las instituciones europeas que en las nacionales¡±, sostiene Grigorij Meseznikov, del Instituto de Asuntos P¨²blicos (IVO, un think tank independiente). Pero no votan.
¡°Las elecciones europeas no nos preocupan, no creo que cambien nada. Lo que nos preocupa es perder el empleo¡±, resume Drahos Koppan en Nove Zamky. ¡°Esa es la gran preocupaci¨®n nacional¡±, apostilla la soci¨®loga Kusa. Un temor aderezado con la escasa protecci¨®n social ante los despidos y por un paro del 14%, ¡ªel 30% entre los j¨®venes¡ª en un pa¨ªs donde faltan ingenieros. Un pa¨ªs, tambi¨¦n, donde la palabra huelga no figura en el vocabulario ¡ª¡°nunca hubo en el sector¡±, reconoce Pribula¡ª. ¡°Los empresarios aseguran que dar una mayor protecci¨®n a los trabajadores o subir el salario m¨ªnimo provocar¨¢ m¨¢s desempleo y que los inversores se ir¨¢n¡±, detalla esta soci¨®loga, ¡°la gente se lo cree y conf¨ªa m¨¢s en los empresarios que en el Gobierno¡±.
¡°Ya tengo casa y coche, la cuesti¨®n ahora es mantenerlo¡±, reflexiona Koppan. Mientras los coches vayan bien, Eslovaquia ir¨¢ bien.
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