La misa en Bel¨¦n, una celebraci¨®n entre la fe y la pol¨ªtica
Cristianos de Gaza, Cisjordania, Jerusal¨¦n Este y el norte de Israel acudieron a la ver al Papa

El papa Francisco se encontr¨® este domingo en Bel¨¦n rodeado de caravaggios nada convencionales, cuadros trocados en dardos pol¨ªticos gracias al arte del Photoshop que le daban la bienvenida a la plaza del Pesebre. La mano del Santo Tom¨¢s que hurga en las heridas de Jes¨²s se transforma en la de un soldado israel¨ª que revisa la documentaci¨®n de un palestino. Los adoradores de la Madonna del Rosario se giran hacia otra mujer con beb¨¦, una refugiada palestina de L¨ªbano. El Bautista tirado sobre su espalda, a punto de ser decapitado, pasa a ser un ni?o palestino inmovilizado por un uniformado gracias al corta-pega de los artistas. Por si ten¨ªa dudas de que su viaje no pod¨ªa ser ¡°estrictamente religioso¡±, las paredes que rodeaban la Natividad, la cuna de Cristo, se lo gritaban a cada paso.
Los fieles se identificaban de pleno con la apuesta arriesgada de su Gobierno. Los llegados de Cisjordania, Gaza, Jerusal¨¦n Oriental o el norte de Israel quer¨ªan que se se?alase el conflicto. La fiesta fue tambi¨¦n mitin. Se mezclaban la emoci¨®n de la fe y la llamada a la lucha en Stela Kanfakk, jud¨ªa conversa, 88 a?os, llegada de Haifa con la ¡°confianza¡± de que Francisco traer¨¢ la paz a esta tierra. O el joven George Khader, de Beit Sahour, universitario, encerrado en Cisjordania desde hace 14 a?os. ¡°Si ser cristiano es ir contra la injusticia, los palestinos lo somos m¨¢s que nadie, porque la sufrimos cada d¨ªa¡±, relataba junto al escenario donde unos seminaristas entonaban canciones para el ¡°Baba Franc¨ªs¡±.
Francisco entr¨® en la plaza feliz tras divisar a antiguos parroquianos de Argentina colocados estrat¨¦gicamente entre el p¨²blico para darle una sorpresa, banderas de su patria entre un mar de rojo, negro y verde palestino. Las sotanas corr¨ªan de un lado a otro, de pronto, transmitiendo la noticia: el Papa ha rezado en el muro. Para entonces los 8.000 presentes ya casi le hab¨ªan borrado el nombre, de tanto gritarlo, en una masa de empujones donde mandaba la calma, sin apenas polic¨ªas ¡ªel propio padre Jorge lo pidi¨®¡ª con boy scouts sin armas.
Las dos horas de pasi¨®n colectiva ¡ª¡°Este Papa s¨ª¡±, dec¨ªa un vecino¡ª se convirtieron en emoci¨®n particular en las familias llamadas a su mesa. Gente con litigios por tierras ocupadas (Cremis¨¢n, Iqrit), salidos de Gaza por permiso especial, madres de presos. ¡°Es muy humilde. Sabe escuchar y ha prometido dedicarnos tiempo. Pens¨¦ que ser¨ªa incre¨ªble pero es m¨¢s de lo que me imaginaba. Nos da esperanza¡±, resum¨ªa El¨ªas Abu Mohor. Francisco, a su espalda, dec¨ªa adi¨®s con energ¨ªa al pueblo de Bel¨¦n.
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