El enemigo n¨²mero uno del chavismo
Leopoldo L¨®pez mantiene una seria disputa con el Gobierno desde los d¨ªas del golpe de Estado de abril de 2002
Para lograr la excarcelaci¨®n de Leopoldo L¨®pez (Caracas, 1971) sus abogados intentaron convencer a la jueza Adriana L¨®pez, quien firm¨® su pase a juicio por los disturbios ocasionados el 12 de febrero en Caracas, del arraigo en Venezuela del dirigente pol¨ªtico. Recordaron que el l¨ªder opositor ha enfrentado unos 20 procesos entre judiciales y administrativos en toda la era chavista sin marcharse del pa¨ªs. Es cierto: L¨®pez tiene un amor casi suicida con Venezuela si se toma en cuenta el diagn¨®stico de organizaciones como Human Rights Watch sobre la utilizaci¨®n pol¨ªtica de la justicia en este pa¨ªs. Lejos de quebrarse, dicen sus allegados, L¨®pez se muestra fuerte y convencido de que pronto saldr¨¢ de esta, igual que de todas las que ha vivido.
L¨®pez, casado con la deportista Lilian Tintori y padre de dos ni?os, es hijo de Leopoldo L¨®pez Gil, expresidente de Fundayacucho, el programa de becas para estudiantes universitarios inaugurado en el gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, y de Antonieta Mendoza, perteneciente a una de las familias m¨¢s influyentes del sector privado en el pa¨ªs. Por su origen casi arist¨®crata ¨Cpor la ra¨ªz materna desciende del Libertador Sim¨®n Bol¨ªvar y es pariente de Crist¨®bal Mendoza, primer presidente de la primera Rep¨²blica en 1811- se convirti¨® en el rival por definici¨®n del chavismo que se asume como el traductor de los pobres. No parec¨ªa ese su destino cuando estudiaba secundaria en el colegio Santiago de Le¨®n de Caracas, ni mucho menos cuando complet¨® la educaci¨®n media en el Hun School de Princeton.
Leopoldo L¨®pez, que obtuvo un grado en Econom¨ªa en el Kenyon College, parec¨ªa destinado a formar parte del elenco de alguna empresa transnacional, pero al regresar a Venezuela decidi¨® participar en la formaci¨®n que fund¨® la Asociaci¨®n Civil Primero Justicia, la g¨¦nesis del partido que a?os m¨¢s tarde postul¨® a Henrique Capriles como su candidato presidencial. Para ello cont¨® con dinero proveniente de Petr¨®leos de Venezuela gracias a las gestiones de su madre, que entonces pertenec¨ªa a la n¨®mina de la estatal energ¨¦tica.
En 2008 fue inhabilitado por la Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica para ejercer cargos de elecci¨®n popular debido a ese aporte. Fue una dulce venganza para el chavismo, que nunca le perdon¨® su actuaci¨®n durante el golpe de Estado de abril de 2002, cuando encabez¨® allanamientos policiales en b¨²squeda de los ministros del ca¨ªdo gobierno de Hugo Ch¨¢vez. L¨®pez, que entonces era alcalde del municipio Chacao, hab¨ªa tenido una gesti¨®n destacada, apuntaba a convertirse en el alcalde metropolitano de Caracas. Aunque logr¨® una decisi¨®n favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que se restituyeran sus derechos pol¨ªticos, el Estado venezolano se neg¨® a cumplir.
L¨®pez parec¨ªa destinado a la ¨¦lite de los negocios, pero al regresar a Venezuela decidi¨® participar en pol¨ªtica
Al no poder participar en elecciones se dedic¨® a establecer v¨ªnculos con los sectores populares a trav¨¦s de su trabajo en el partido Un Nuevo Tiempo, al que hab¨ªa llegado tras separarse en 2006 de Primero Justicia. En 2009 fue apartado de esa tolda por desobedecer la l¨ªnea pol¨ªtica para fundar el partido de centro derecha Voluntad Popular, una organizaci¨®n a la medida de sus intereses. Los constantes cambios de partido quiz¨¢ evidencian la imposibilidad de L¨®pez de amoldarse a las estrategias de otros. Ese modo de conducirse le ha ocasionado serias diferencias con los veteranos dirigentes de la socialdemocracia venezolana y con el ala moderada que controla la Mesa de la Unidad, la alianza de organizaciones pol¨ªticas opuestas al Gobierno.
En 2012 fue precandidato presidencial en las primarias de la oposici¨®n, pero se retir¨® al comprobar sus escasas oportunidades de derrotar al favorito de la contienda Henrique Capriles. En 2014 quedar¨ªa nuevamente habilitado para correr por cualquier cargo p¨²blico, pero decidi¨® adelantarse y solicitar en la calle un cambio inmediato de gobierno. Ahora que est¨¢ preso ha comenzado otro juego de impredecibles consecuencias.
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