La pol¨¦mica por el canje del sargento Bergdahl se intensifica en EE UU
La ret¨®rica de ¡°no dejar a ning¨²n hombre atr¨¢s en ninguna batalla" pone contra las cuerdas a Obama
Apelando a un sentimiento incontestable, el amor de unos padres por su hijo, el presidente Barack Obama declar¨® el jueves que ¡°de ninguna manera¡± iba a pedir ¡°disculpas¡± por haber logrado un acuerdo para liberar al sargento Bowe Bergdahl a cambio de cinco presos talibanes encerrados en Guant¨¢namo. ¡°No voy a pedir perd¨®n por devolver a un joven a sus padres¡±, prosigui¨® Obama, que concluy¨® la frase diciendo que los norteamericanos seguro de que eran conscientes de que siempre se trata del hijo de alguien.
Obama est¨¢ esta semana en Europa, intentando poner en pr¨¢ctica la idea de que EE UU puede ser el l¨ªder del mundo a golpe de coalici¨®n y sin recurrir a la guerra. Y sin embargo, toda la ret¨®rica que la doctrina Obama pensaba impartir, ya fuera en Varsovia, Bruselas o Normand¨ªa, ante los l¨ªderes del G 7 o el reci¨¦n elegido presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, qued¨® aparcada ante la insistencia de la prensa norteamericana de centrase en el tema Bergdahl.
La ret¨®rica que en otros tiempos y con otros colores pol¨ªticos funciona -¡°no dejar a ning¨²n hombre atr¨¢s en ninguna batalla¡±-, est¨¢ poniendo ahora contra las cuerdas al presidente, que en los ¨²ltimos d¨ªas sufre un aut¨¦ntico acoso y derribo por parte de republicanos y creadores de opini¨®n -las tertulias de la FOX-, que ya hablan de un Bengasi 2.0. Sin embargo, Obama se defendi¨® ayer y contraatac¨® al decir que ni hab¨ªa tiempo para avisar al Congreso -que estipula 30 d¨ªas de aviso para sacar a alguien de Guant¨¢namo- ni la salud del soldado se lo pod¨ªa permitir.
El presidente declar¨® estar acostumbrado a las controversias que se cocinan en Washington, algo que esperaba. Pero advirti¨® que este asunto no es una abstracci¨®n, ¡°no es f¨²tbol pol¨ªtico¡±, qui¨¦n pasa la pelota a qui¨¦n. ¡°Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, soy responsable de esos chicos¡±, garantiz¨® Obama. ¡°Vimos una oportunidad y la tomamos. No me voy a disculpar por eso¡±, insisti¨® el mandatario. Tras un largo proceso negociador con Catar, que ha ejercido de mediador en las negociaciones con los talibanes y ahora acoge a los cinco presos de Guant¨¢namo, la Administraci¨®n en algunos momentos pens¨® que hab¨ªan perdido la batalla y que nunca recuperar¨ªan con vida al joven sargento.
A finales del a?o pasado, los talibanes enviaban un v¨ªdeo con el que probaban que Bergdahl estaba vivo ¨Cen la cinta, el soldado mencionaba la muerte de Nelson Mandela, lo que aseguraba que la grabaci¨®n era actual y no pasada-. Sin embargo, en las im¨¢genes se ve¨ªa a un joven que parec¨ªa enfermo y d¨¦bil, en ocasiones incluso ausente.
Ese v¨ªdeo fue mostrado en la noche del mi¨¦rcoles a la totalidad de los senadores del Congreso en una sesi¨®n a puerta cerrada, con el objetivo ¨²ltimo de explicar a los 100 hombres y mujeres por qu¨¦ la Administraci¨®n tom¨® la decisi¨®n que tom¨® sin tener en cuanta el protocolo de los 30 d¨ªas de aviso. ¡°No ten¨ªa buen aspecto [Bergdahl]¡±, concedi¨® el republicano por Illinois Mark Kirk. ¡°Supongo que esa imagen impact¨® emocionalmente al presidente cuando lo vio¡±, concluy¨® Kirk.
Pero como suele suceder en Washington, no todo el mundo estaba contento y cada quien se ocupa de su propia agenda. Para varios senadores republicanos, hab¨ªa muchas cuestiones que quedaban en el aire. El senador de West Virginia Joe Manchin declar¨® que la informaci¨®n -clasificada- que les hab¨ªan ofrecido funcionarios del espionaje dejaba ¡°m¨¢s preguntas que respuestas¡±. De momento, la semana que viene hay una audiencia a puerta cerrada del Comit¨¦ de Fuerzas Armadas de la C¨¢mara, aunque los senadores reclaman una propia y a puerta abierta.
Hasta el momento, todos los esfuerzos que ha hecho la Casa Blanca -equivocados o no- por glorificar la figura de Bergdahl -Susan Rice hablando de una carrera de ¡°honor y distinci¨®n¡±; Chuck Hagel y ¡°la victoria¡±; Obama en el jard¨ªn de la Casa Blanca- han sido contrapuestos con mayor intensidad por la demonizaci¨®n que del joven militar est¨¢ haciendo de ¨¦l la derecha m¨¢s reaccionaria, que acusa al joven de desertor y hasta asesino, al haber provocado su desaparici¨®n la muerte de otros seis compa?eros de filas que participaron en su b¨²squeda en 2009.
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