El calvario de la cuna cristiana siria
Los vecinos de Malula esperan regresar despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito expulsara a los yihadistas
La hist¨®rica ciudad de Malula que hace tres a?os recib¨ªa 70.000 turistas atra¨ªdos por sus monasterios milenarios y ¨¢vidos por transitar sus calles ¨²nicas en el mundo porque sus vecinos hablan arameo, la lengua de Cristo, se ha convertido en una ciudad fantasma. Soldados del Ej¨¦rcito sirio custodian muchas de sus esquinas mientras unas pocas decenas de civiles pululan l¨ªvidos por la ciudad tras descubrir lo que queda de sus casas.
La localidad, anta?o destino tur¨ªstico, ha quedado arrasada
El pasado abril, los soldados del Ej¨¦rcito sirio junto con combatientes de Hezbol¨¢ (milicia-partido chi¨ª liban¨¦s y firme aliado del r¨¦gimen sirio) arrebataban el control de Malula a los rebeldes. La batalla dur¨® siete meses, desde septiembre de 2013 hasta el pasado 4 de abril. ¡°Los islamistas entraron por detr¨¢s de la iglesia, all¨ª¡±, cuenta la vecina Antoinette Calune. ¡°Mi casa es la que est¨¢ justo al lado¡±, logra relatar con los ojos enrojecidos mientras se?ala un boquete ennegrecido en medio de un panel de casas derruidas. Antoniette y su hermano han venido desde Damasco, donde buscaron refugio, para ver por primera vez tras nueve meses lo que queda de su hogar. Lo que encuentran es poco m¨¢s que una pared. ¡°No podemos volver hasta que el Gobierno no haya hecho una evaluaci¨®n de los da?os, no podemos tocar nada¡±, a?ade antes de regresar al autob¨²s que recorrer¨¢ los 56 kil¨®metros que le separan de la capital.
Lo que relata Antoinette se repite en otras ciudades sirias como Homs o Alepo, donde la destrucci¨®n ha sido incluso mayor, pero el retorno, la reconstrucci¨®n y la recuperaci¨®n del patrimonio cultural se antojan m¨¢s lentos en Malula. El milenario monasterio de Santa Tecla fue tomado por facciones radicales islamistas del frente Al Nusra que montaron su base all¨ª y dentro de las antiguas grutas. Restos de bocadillos enmohecidos, sacos de dormir y munici¨®n esparcida en el suelo delatan que los rebeldes fueron cogidos por sorpresa antes de huir. Los iconos han sido destrozados, los frescos tiroteados y las im¨¢genes de santos cubiertas por lonas. En el monasterio de Mar Sarkis, los bancos de la iglesia est¨¢n ocupados por montones de piedras y arena mientras una polvorienta Biblia en ¨¢rabe preside el pulpito bajo el que manojos de rosarios se enroscan entre restos de metal y morteros. Los vecinos musulmanes se muestran tan indignados como los cristianos ante tal profanaci¨®n.
¡°Los hombres armados [como denominan los vecinos a los rebeldes sirios] intentaron usar Malula para provocar un conflicto sectario y confesional. Pero no lo han conseguido¡±, espeta Mijael Ula, miembro del comit¨¦ de defensa local, compuesto por civiles armados que apoyan al Ej¨¦rcito sirio.
No han logrado causar un conflicto confesional Un vecino
Bachar Halale, alba?il de 65 a?os, observa fumando los restos calcinados de su casa. Como experto en el ramo, asegura que la reconstrucci¨®n de la vivienda llevar¨¢ m¨¢s de un a?o. Bachar reh¨²sa calificar de guerra civil o sectaria al conflicto que desangra su pa¨ªs. ¡°Aqu¨ª todos hemos convivido siempre en armon¨ªa sin saber qui¨¦n es cristiano o musulm¨¢n. Los islamistas rebeldes no lograr¨¢n volvernos a los unos contra los otros¡±, afirma Bachar.
La destrucci¨®n de Malula se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha que libra el r¨¦gimen contra los alzados en armas. Malula ¡ªcon un 75% de habitantes cristianos y un 25% musulmanes sun¨ªes¡ª representa la convivencia religiosa en medio de un conflicto que muchos se empe?an en leer en clave confesional. Con una poblaci¨®n de 5.000 habitantes, Malula perdi¨® solo cinco vecinos en esta guerra que se ha cobrado m¨¢s de 160.000 vidas. Pero nadie en la localidad olvida que ¡°los m¨¢rtires¡± locales eran cristianos, lo que acent¨²a el miedo de las minor¨ªas cristiana (10% de los sirios) y alau¨ª (16%) ante los grupos yihadistas. En Siria los relatos sobre gente degollada o ejecutada por la religi¨®n que profesan corren como la p¨®lvora apoyados en v¨ªdeos de decapitaciones colgados en Internet. Sin embargo, los grupos rebeldes intentaron en un inicio evitar las poblaciones cristianas con el fin de alejar toda cr¨ªtica internacional que pudiera privarles de un apoyo occidental en la lucha pol¨ªtica o armada.
Su ubicaci¨®n ha condenado a la estrat¨¦gica Malula porque est¨¢ a 1.500 metros de altura y situada en el corredor entre Damasco y Homs, vital tanto para los rebeldes como para el r¨¦gimen.
A pesar de que en Malula no viven musulmanes chi¨ªes, una bandera amarilla de Hezbol¨¢ ondea junto a la siria en lo alto de la ciudad y sobre un pedestal vac¨ªo que varios meses atr¨¢s aun albergaba una enorme estatua de la virgen hoy reducida a pedazos. Ocupada por islamistas sun¨ªes radicales, recuperada por soldados sirios y milicianos chi¨ªes libaneses, y vaciada de sus habitantes tanto cristianos como musulmanes, Malula est¨¢ condenada a jugar un papel confesional en el conflicto.
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