Casi 10 millones de chinos en el examen m¨¢s multitudinario
La prueba de acceso a la universidad obliga a vetar actos ruidosos para no turbar a los alumnos
Este fin de semana en Foshan, en el sureste de China, se prohibieron todo tipo de actividades ruidosas que pudieran desconcentrar a los estudiantes. En Pek¨ªn las autoridades habilitaron canales verdes especiales en algunas de las principales avenidas para que los alumnos pudieran llegar a tiempo a la prueba. Y por todo el pa¨ªs padres, abuelos y otros familiares ansiosos se deshicieron en ofrendas y oraciones para desear buena suerte a sus v¨¢stagos. Era el fin de semana del gaokao, el examen anual de entrada a la universidad en China y probablemente el de mayor presi¨®n del mundo.
Un total de 9,3 millones de alumnos se presentaban en todo el pa¨ªs a estas pruebas, que en dos d¨ªas culminan 12 a?os de estudios y dan acceso a 6,98 millones de plazas universitarias. Quienes obtengan la puntuaci¨®n m¨¢s alta podr¨¢n ingresar en los centros m¨¢s prestigiosos ¡ªla Beida o la Tsinghua pequinesas, la Fudan de Shangh¨¢i...¡ª y tener su futuro pr¨¢cticamente garantizado en un mercado laboral cada vez m¨¢s competitivo. Los que queden por debajo tendr¨¢n que conformarse con instituciones m¨¢s mediocres, o ni siquiera conseguir¨¢n plaza alguna. Siendo en la inmensa mayor¨ªa de casos hijos ¨²nicos, como resultado de la pol¨ªtica de contenci¨®n de natalidad de su pa¨ªs, los alumnos se juegan en este examen el hacer realidad o frustrar las esperanzas de varias generaciones de familiares depositadas sobre sus j¨®venes hombros.
No es de extra?ar, pues, que como contaba un estudio elaborado por el Instituto de Investigaci¨®n para la Educaci¨®n del Siglo XXI, y publicado en mayo, el temor a unas bajas calificaciones se encuentre detr¨¢s de un buen n¨²mero de suicidios entre los j¨®venes. O que se multipliquen el n¨²mero de escuelas especializadas en preparar a los alumnos exhaustivamente para este momento.
Una de ellas es la Escuela de Estudios Secundarios Henshgui, a unos 270 kil¨®metros al sur de Pek¨ªn. En los ¨²ltimos 20 a?os, al menos un 80% de los alumnos de este internado han conseguido ingresar en las universidades m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs. Pero con lemas como si no te has muerto por trabajar duro, trabaja a¨²n m¨¢s duro y un horario que comienza a las 5.30 y concluye a las 22.10, la agencia de noticias oficial china, Xinhua, apunta que la escuela "recibe amplias cr¨ªticas por privar a los muchachos de su libertad personal y convertirles en robots".
El gaokao en s¨ª ha sido objeto de cr¨ªticas similares: que el ¨¦nfasis en una calificaci¨®n alta prima la repetici¨®n como m¨¦todo de ense?anza y desincentiva la creatividad y el pensamiento cr¨ªtico. O que el sistema es desfavorable para los hijos de los inmigrantes rurales, que hasta 2011 ten¨ªan que presentarse al examen en sus lugares de origen, no all¨ª donde hubieran estudiado. Aun tras la reforma de 2012, hay algunas demarcaciones, como Pek¨ªn o Shangh¨¢i, que como m¨ªnimo imponen complicados requisitos a los inmigrantes que quieran examinarse all¨ª.
Sus defensores alegan, por el contrario, que con todos sus defectos es el mejor sistema para garantizar que llegan a la universidad los m¨¢s capaces.
Dado que lo que est¨¢ en juego es nada menos que el futuro de los muchachos, no es de extra?ar que el copiar para aprobarlo sea otro de los grandes problemas. El a?o pasado, la ciudad de Zhongxiang, en Hubei, fue escenario de disturbios despu¨¦s de que se impusieran estrictas medidas de vigilancia a los estudiantes durante el gaokao. Los cerca de 2.000 manifestantes consideraban que copiar en el examen es algo tan extendido que no permitirlo dejaba en desventaja a estos alumnos. ¡°?Queremos imparcialidad! ?Si no nos dejan copiar, no hay imparcialidad!¡±, fue uno de los c¨¢nticos m¨¢s repetidos durante las protestas.
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