Pinchos antiindigentes en Londres
Boris Johnson ha criticado el despliegue de p¨²as met¨¢licas en portales para disuadir a vagabundos
Si Londres viene compitiendo en los ¨²ltimos a?os con Nueva York por el centro de gran urbe del mundo capitalista occidental, los pinchos de mental colocados frente a opulentas viviendas para evitar que all¨ª se instalen los vagabundos confirman una vocaci¨®n que ni siquiera comparten las autoridades locales. El alcalde de la capital brit¨¢nica, Boris Johnson, ha sido una de las primeras voces en criticar el despliegue de esas p¨²as met¨¢licas en el rellano de algunos portales de los bloques de pisos del emergente barrio del Southwark con el objetivo de disuadir que acampen los sin techo.
¡°Una idea fea, contraproducente y est¨²pida¡±, han sido los calificativos vertidos por el conservador Johnson ante la exposici¨®n por la prensa de esos pinchos ¡°antivagabundos¡± que el vecindario de esta pr¨®spera zona del sur del r¨ªo T¨¢mesis considera una medida de prevenci¨®n y de seguridad. ¡°Tengo amigas en el edificio que temen volver a casa por la noche o que ya se han visto intimidadas, incluso amenazadas, en el portal¡±, es el comprensivo argumento esgrimido por m¨¢s de una residente, frente a la idea com¨²nmente aceptada entre la ciudadan¨ªa de que la legi¨®n de vagabundos que pueblan las noches de Londres es en realidad inofensiva.
El asunto ha enconado el debate sobre el grado de peligrosidad o de verg¨¹enza, seg¨²n los baremos, que entra?a la realidad de m¨¢s de seis millares de personas sin techo ni recursos pululando por las calles de una capital cuya City mueve muchos miles de millones cada d¨ªa. Los habitantes de Londres no se sienten, en general, amenazados por la presencia en las calles, en las bocas de metro y en contadas ocasiones en los portales de alg¨²n edificio de esas personas desvalidas y, en muchos de los casos, aquejadas de alg¨²n problema mental que dificulta su reinserci¨®n. En el ¨²ltimo a?o, su n¨²mero se ha visto incrementado en el 13%, seg¨²n estimaciones de la BBC que no ha querido avalar ni desmentir el ayuntamiento de la ciudad.
El discurso que prima la seguridad frente a cualquier otro derecho, que caracteriza la atenci¨®n a los m¨¢s vulnerables de la sociedad como una ¡°trampa¡± en la que ha incurrido el Estado asistencial, est¨¢ especialmente en boga entre las filas de los conservadores brit¨¢nicos a partir del auge en las recientes elecciones locales y europeas del partido derechista Ukip. Johnson, un miembro de las ¨¦lites formadas en el exclusivo centro de Eaton, es sin embargo un pol¨ªtico astuto, populista y tambi¨¦n acalde popular que intenta adaptarse a las pulsaciones de la ciudadan¨ªa. Centenares de londinenses, que acabar¨¢n siendo miles, han firmado ya una petici¨®n para que se retiren los controvertidos y discriminatorios clavos ¡°antimendigos¡± del paisaje urbano. Londres es una ciudad tan pac¨ªfica como afecta a esas ¡°oleadasas¡± de disensi¨®n. En las populares salas de apuestas, la puja m¨¢xima prev¨¦ que los pol¨¦micos pinchos acabaran desaparecindo¡
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