Schulz da su apoyo a una coalici¨®n liderada por el conservador Juncker
El l¨ªder socialdem¨®crata pide a cambio concesiones al candidato del PPE y asegura que Juncker le quiere en la Comisi¨®n
El presidente de la Euroc¨¢mara y candidato socialdem¨®crata a las elecciones europeas, el alem¨¢n Martin Schulz, ha dado este jueves un apoyo sin fisuras al l¨ªder conservador, el luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker, para lograr la silla m¨¢s preciada de Bruselas: la presidencia de la Comisi¨®n Europea. Schulz pone ¨²nicamente dos condiciones a ese respaldo. Por un lado, que el programa de Juncker para los pr¨®ximos cinco a?os haga concesiones al centroizquierda e incluya ¡°asuntos relacionados con la justicia social, la reducci¨®n de desigualdades, est¨ªmulos a favor del crecimiento y el empleo y f¨®rmulas para que el cr¨¦dito vuelva a fluir¡±. Por otro, Schulz quiere ser el n¨²mero dos de Juncker en la Comisi¨®n, en un papel similar al que juega el vicecanciller Sigmar Gabriel en la gran coalici¨®n alemana de Angela Merkel. ¡°Juncker me quiere en su Comisi¨®n¡±, asegur¨® ayer en un encuentro con varios peri¨®dicos, ¡°y eso facilitar¨ªa las cosas entre los dos grandes partidos¡±.
Schulz, en fin, abre la puerta a una coalici¨®n europea liderada por Juncker, algo que hab¨ªa apuntado su partido pero que nunca hab¨ªa explicitado el l¨ªder socialdem¨®crata tras el 25-M. Conservadores y socialistas suman m¨¢s de 400 esca?os en el Parlamento Europeo, suficientes para garantizar el nombramiento. Pero son los primeros ministros, en el Consejo Europeo, quienes proponen el nombramiento, y ah¨ª han surgido voces discordantes, capitaneadas por el brit¨¢nico David Cameron, que no quiere ver a Juncker ni en pintura. Schulz no ve dificultades insalvables por ese flanco: ¡°Juncker tiene el pleno apoyo de la C¨¢mara, pero tambi¨¦n una amplia mayor¨ªa en el Consejo¡±.
¡°Este es un momento decisivo para la democracia europea. Si no queremos dar voz a los extremistas, los dos grandes partidos tendr¨¢n que hacer gala de una gran responsabilidad, y este es el primer paso. Es obligado tender puentes¡±, apunt¨® Schulz ante las previsibles muecas de disgusto entre muchos socialistas. El nuevo jefe del Partido Popular en la Euroc¨¢mara, el alem¨¢n Manfred Weber, confirm¨® que ve posible esa alianza y advirti¨® que habr¨¢ ¡°una crisis institucional¡± si los pa¨ªses desoyen al Parlamento y no apoyan a Juncker.
Pero entre la realidad y el deseo est¨¢n los problemas, que empiezan en Alemania, prosiguen en Italia y son m¨¢s que evidentes en Reino Unido, Hungr¨ªa y Suecia. Fuentes del propio PPE dan a Juncker una probabilidad del 50% de convertirse en presidente de la Comisi¨®n. La ambig¨¹edad de Merkel y la oposici¨®n frontal de Cameron hacen que ese proceso est¨¦ a¨²n muy abierto. Solo la Euroc¨¢mara cierra filas en favor de Juncker, consciente de que se juega su influencia en la pr¨®xima legislatura ¡ªy m¨¢s all¨¢. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, inici¨® ayer los contactos con populares, socialistas y liberales. ¡°Van Rompuy ha venido a consultar y se ha llevado una respuesta: Jean-Claude Juncker¡±, afirm¨® un en¨¦rgico Schulz.
A pesar de la aparente luna de miel entre las dos grandes familias, la presidencia de la Comisi¨®n es una especie de carrera de obst¨¢culos. El primero que debe sortear Juncker es la oposici¨®n de Cameron, que ha llegado a amenazar con la salida de Reino Unido de la UE si el federalista y socialcristiano luxemburgu¨¦s ¡ªrecluido en su pa¨ªs desde la noche electoral¡ª se sale con la suya. A ese ¨®rdago ha contribuido la prensa brit¨¢nica con todo tipo de navajazos hacia la figura de Juncker, a quien han llegado a atribuir un pasado familiar nazi. ¡°Es una verg¨¹enza lo que est¨¢ pasando: es injusto e indecente¡±, apunt¨® Schulz, que revel¨® que ha conversado frecuentemente con Juncker durante las dos ¨²ltimas semanas. ¡°Puede que tanto Cameron con sus amenazas como la prensa brit¨¢nica con sus ataques est¨¦n consiguiendo el efecto contrario del que persiguen¡±, a?adi¨®.
La segunda dificultad es la calculada ambig¨¹edad de Merkel: ¡°La canciller es una figura clave, pero no es la ¨²nica voz importante, y no parece l¨®gico que apueste por un choque institucional, que llegar¨ªa si el nombre elegido no es el de uno de los candidatos a las elecciones¡±, a juicio de Schulz.
El tercer y ¨²ltimo obst¨¢culo pasa por desactivar las minor¨ªas de bloqueo en el Consejo, y para eso la ¨²ltima palabra le corresponde a otro socialdem¨®crata: el primer ministro italiano, Matteo Renzi. ¡°Es evidente que el entusiasmo en mi partido por Juncker es limitado. Por eso debe haber concesiones. Italia va a jugar un papel clave en la nueva Uni¨®n despu¨¦s del apoyo del electorado a Renzi, superior al 40%: Juncker deber¨ªa satisfacer algunas de las aspiraciones italianas¡±, enfatiz¨® Schulz. Lo que pide Renzi es m¨¢s flexibilidad con las reglas fiscales para los pa¨ªses que, como Italia, van a acometer reformas. Adem¨¢s de alg¨²n cargo goloso, como la presidencia del Consejo para un italiano.
El cortejo entre Parlamento y Consejo ha empezado. Contra el des¨¢nimo en su propio partido por el apoyo a Juncker, Schulz alude al ¡°momento decisivo, hist¨®rico¡± que afronta la construcci¨®n europea, con viejos diablos en forma de radicales saliendo del armario. Para vencer las reticencias de Merkel, Schulz cuenta con la presi¨®n de la prensa alemana. Pero socialdem¨®cratas y conservadores incluso tantean ya recetas para rebajar la resistencia de Cameron. ¡°Populares y socialistas estamos de acuerdo en devolver competencias a los niveles de gobierno locales, regionales y nacionales cuando sean m¨¢s eficientes. Hay que estudiar en qu¨¦ debe haber m¨¢s Europa y en qu¨¦ menos¡±, apunta Schulz, que incluso se atreve con asuntos m¨¢s delicados: ¡°La libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, capitales y personas est¨¢ garantizada dentro de la Uni¨®n. Es uno de los pilares b¨¢sicos de la UE. Pero la libre circulaci¨®n de personas no incluye el acceso directo a todas las garant¨ªas que ofrece cada Estado miembro¡±. Sorprende ese gui?o descarado a David Cameron, que denuncia desde hace meses el denominado turismo de prestaciones en la Uni¨®n, pese a que no hay un solo dato que sustente esa tesis.
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