El refugio que da respiro a los inmigrantes en tr¨¢nsito
Centenares de ni?os 'sin papeles' aguardan en un centro de Texas a ser procesados
Sus ojos est¨¢n clavados en quienes entran al refugio, mientras su madre le seca el cabello apresurada. Ana no habla, no saluda, s¨®lo mira atenta a sus cortos 7 a?os. Su piel morena est¨¢ quemada por el sol y sus inmensos ojos caf¨¦ no dejan escapar ni un parpadeo.
¡°Diga hola mija¡±, insiste su mam¨¢, ¡°es que no dice mucho¡±, agrega mientras la toma para llevarla a las carpas, montadas en medio del estacionamiento en la iglesia Sagrado Coraz¨®n.
Ah¨ª, Caridades Cat¨®licas hace lo que puede para asistir a los inmigrantes que salen tras ser procesados por la Patrulla Fronteriza. Es s¨®lo una parada antes que tomen los buses a diferentes lugares del pa¨ªs, donde se reunir¨¢n con sus familiares.
Pero es algo, despu¨¦s de varios d¨ªas recluidos, durmiendo en el suelo, sin ba?arse y hambrientos. Un t¨ªmido juego de baloncesto rompe el silencio de quienes esperan por un ba?o, muda de ropa y comida, mientras la mayor¨ªa descansa en las carpas.
¡°S¨®lo el primer nombre¡± dice Em¨¦rita al aproximarse con sus dos hijos Cintia y H¨¦ctor, luego que accedieran a dar su testimonio. Llevan un par de horas en el refugio.
Hace un poco m¨¢s de dos semanas partieron desde Honduras. La vida ah¨ª se complic¨® luego que las pandillas mataran a su hermano, entraran a robar a su casa en Olancho y tuviera que mudarse con su madre a San Pedro Sula para sobrevivir. Fue entonces cuando decidi¨® tomar el riesgo y comenzar el viaje para cruzar la frontera.
¡°Ac¨¢ en inmigraci¨®n yo hice el intento de contarles y no me quisieron escuchar¡±, dice con frustraci¨®n y l¨¢grimas. ¡°Ese no es su trabajo, ellos se encargan de arrestarlos y son los jueces los que la van a o¨ªr¡±, dice una de las voluntarias, Ofelia, mientras le ayuda a calmarse.
Su destino final era Chicago, donde vive su esposo. Sin coyote de por medio, pidiendo posada y durmiendo en el monte, as¨ª describe Em¨¦rita el camino que emprendi¨® con sus hijos. Con la ayuda de otros inmigrantes logr¨® llegar a lo que cree era el sector de Brownsville.
¡°Era un puente grande y est¨¢bamos abajo¡±, recuerda H¨¦ctor, en un intento por ser m¨¢s espec¨ªfico con la ubicaci¨®n. ¡°Pasamos fr¨ªo, hambre, calor, yo ten¨ªa una idea de a qu¨¦ nos ¨ªbamos a enfrentar, pero quer¨ªa buscar algo mejor para ellos¡±, cuenta Em¨¦rita.
La Patrulla Fronteriza los encontr¨® deshidratados y durmiendo en el suelo. Estuvieron detenidos cuatro d¨ªas mientras procesaban sus casos. ¡°Hab¨ªan ba?os pero no ten¨ªan agua, el espacio era bien reducido, la gente estaba una encima de otro, dorm¨ªamos en el suelo¡±, recuerda.
Con ellos s¨®lo tienen dos papeles que cuidan atentos. El boleto de bus para Chicago y la cita que les dieron para ir a la corte de inmigraci¨®n en la misma ciudad, el pr¨®ximo 9 de julio.
En tiempos de crisis
El refugio provisional de Caridades Cat¨®licas fue organizado la segunda semana de junio. La idea parti¨® dentro de la comunidad de McAllen, cuando los cuidadanos comenzaron a llevar ropa y alimentos a las estaci¨®n de autobuses, donde la Patrulla Fronteriza dejaba a los inmigrantes en espera de sus boletos, a veces durante todo el d¨ªa.
Norma Pimentel, una de las monjas a cargo del lugar, explica que la idea es coordinar la ayuda. Alrededor de 200 personas llegan a la iglesia diariamente por algunas horas, para luego volver a la estaci¨®n.
¡°Queremos darles una atenci¨®n humana y estaremos aqu¨ª el tiempo que se necesite, mientras sigan llegando las familias¡±, explica.
Este mes el Departamento de Seguridad Nacional indic¨® que durante este a?o fiscal 52,000 menores solos han sido procesados en la frontera, mientras otros 39,000 han llegado en n¨²cleos familiares.
La pr¨®xima semana el debate pol¨ªtico sobre el cruce de indocumentados llegar¨¢ precisamente a McAllen, donde el presidente del Comit¨¦ de Seguridad Nacional en la C¨¢mara de Representantes, el republicano Michael McCaul, realizar¨¢ una audiencia sobre el flujo de ni?os centroamericanos cruzando la frontera.
Hasta aqu¨ª llegar¨¢n el gobernador de Texas, Rick Perry, junto al director del Departamento de Seguridad P¨²blica (DPS) Steve McCraw y el agente de la Patrulla Fronteriza, Kevin Oaks.
Actualmente, DPS ha reforzado personal en la frontera enfocado en la vigilancia y arrestos, para lo cu¨¢l el estado destin¨® 1,3 millones de d¨®lares semanales. Sin embargo, las autoridades locales insisten en que el Gobierno y Congreso deben ofrecer una soluci¨®n permanente y concreta a la crisis.
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