Otro rostro del menor no acompa?ado: el abandonado por padres migrantes
Infantes y adolescentes sufren por la ausencia y la lejan¨ªa de sus progenitores, v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas en Centroam¨¦rica
¡°Me siento triste porque mi mam¨¢ est¨¢ en Estados Unidos¡±.
¡°Cuando se fue mi pap¨¢ me sent¨ª triste y yo no quer¨ªa que se fuera¡±.
¡°Yo le dije a mami que me llevara en la maleta¡±.
¡°Yo me siento mal en mi casa porque no est¨¢ mi pap¨¢, me duele que se fue¡±.
¡°Yo no conozco a mi pap¨¢ en persona, me siento muy triste y me pregunto ?por qu¨¦ nos dej¨®? Pero me lo pregunto en la mente para no hacer sufrir m¨¢s a mi mam¨¢¡±.
Las frases son apenas un retazo de los t¨ªmidos testimonios de dolor, ausencia, soledad y ansiedad de infantes y adolescentes costarricenses de P¨¦rez Zeled¨®n, un poblado del sector surcentral de Costa Rica con la peculiaridad de que es generador de una masiva migraci¨®n ilegal a Estados Unidos: al igual que otras zonas de Centroam¨¦rica, y en vez de menores de edad ¡°no acompa?ados¡± migrantes, all¨ª abundan ni?os, ni?as y j¨®venes sin compa?¨ªa de padres y madres que, sin estudios o baja escolaridad y empujados por el desempleo, los bajos salarios y la pobreza, migraron al exterior.
Aunque est¨¢n hastiados de las promesas incumplidas de sus progenitores sobre un pronto retorno a casa y de la escasa comunicaci¨®n, las v¨ªctimas del abandono conocen aspectos cruciales de la migraci¨®n ilegal. Saben que existe el 'coyote' o traficante de seres humanos y que una forma de viajar es ¡°irse mojado¡±, a?ejo t¨¦rmino que pese a que remite a ingresar a suelo estadounidense tras cruzar el r¨ªo Grande, que divide a M¨¦xico y Estados Unidos, describe al migrante indocumentado.
Los testimonios recopilados y los hallazgos del fen¨®meno del menor que queda abandonado en P¨¦rez Zeled¨®n son parte de las investigaciones de Alianza por Tus Derechos, una organizaci¨®n no gubernamental de Costa Rica que es aliada de Save the Children, una entidad no estatal de Suecia.
Uno de los principales descubrimientos es ¡°el abandono emocional que sufren las personas menores de edad, lo que les genera depresiones, ansiedad y tristeza¡±, dijo la costarricense Roc¨ªo Rodr¨ªguez, directora ejecutiva de Alianza. Consultada por EL PA?S, Rodr¨ªguez explic¨® que ¡°la situaci¨®n econ¨®mica (de los menores) no cambi¨® al irse su padre o su madre del pa¨ªs. Hay una p¨¦rdida de comunicaci¨®n con sus progenitores, que se olvidan de los ni?os que dejan en el pa¨ªs¡±.
¡°El problema sigue vigente y en aumento. Los menores de edad abandonados, aunque se quedan con familiares cercanos, a?oran volver a ver a sus familiares, sin importar que esto implique que ellos tambi¨¦n migren del cant¨®n. La soluci¨®n, no total, pero si paliativa, es generar empleo digno y de calidad en la zona que permita a los adultos brindar la atenci¨®n econ¨®mica necesaria a sus hijas e hijos¡±, a?adi¨®. Hay que evitar, subray¨®, que los menores emigren en busca del sustento econ¨®mico.
Arraigo versus migraci¨®n
A diferencia de sus vecinos de Centroam¨¦rica, marcados por su crisis social end¨¦mica, por ser expulsores y generadores de migraci¨®n ilegal tras padecer guerras, dictaduras militares y frecuentes desastres naturales, Costa Rica se ha caracterizado por un mayor arraigo de sus habitantes, con estabilidad pol¨ªtica y, por carecer de ej¨¦rcito, con opci¨®n de gastar en educaci¨®n, salud y en un Estado benefactor. Por eso, Costa Rica es receptor de una masiva migraci¨®n de nicarag¨¹enses desde hace m¨¢s de 35 a?os.
Sin que exista un dato exacto, se calcula que unos 100.000 costarricenses viven en Estados Unidos. El n¨²mero de guatemaltecos en esa naci¨®n supera el mill¨®n y medio y el de salvadore?os se acerca a los dos millones, mientras m¨¢s de 3.000 hondure?os emigran al mes a suelo estadounidense.
P¨¦rez Zeled¨®n, sin embargo, ha sido hist¨®ricamente una fuente de constante migraci¨®n internacional, en comparaci¨®n con otras zonas del pa¨ªs. Un censo del estatal Instituto de Estad¨ªsticas y Censos de Costa Rica mostr¨® que de los 122.187 habitantes que ten¨ªa en 2000 ese cant¨®n, 36.520 (30%) viv¨ªan en Estados Unidos y Canad¨¢. El m¨¢s reciente censo nacional, de 2011, revel¨® que de los 134.534 habitantes de P¨¦rez Zeled¨®n, 39.396 (29%) resid¨ªan en esas naciones norteamericanas.
La causa para migrar es ¡°b¨¢sicamente econ¨®mica por falta de fuentes de empleo, trabajos debidamente remunerados, y por la creaci¨®n e instauraci¨®n de una cultura de migraci¨®n al obtener la mayor¨ªa de edad¡±, dijo la costarricense Adriana Guevara, psic¨®loga y coordinadora de programas de Alianza.
Guevara describi¨® que los menores abandonados padecen traumas. ¡°Vamos a encontrar culpa, resentimientos, sentimientos de abandono, confusi¨®n de los roles familiares impuestos, depresi¨®n, falta de control de l¨ªmites. En adolescentes, existe la b¨²squeda de aceptaci¨®n en grupo de iguales, lo que si no es adecuadamente encausado puede desencadenar en uso y abuso de drogas l¨ªcitas e il¨ªcitas, integraci¨®n de pandillas, embarazos, promiscuidad sexual, deserci¨®n escolar, entre otros¡±, narr¨®.
En los descendientes de los migrantes, afirm¨®, ¡°se deposita gran dosis de culpa, ya que continuamente se les recuerda del ¡®sacrificio¡¯ que est¨¢ efectuando su familiar en el extranjero, para que ellos y ellas puedan estudiar y salir adelante, o sea, se les responsabiliza de tal acci¨®n. Hay un costo afectivo de la partida del familiar¡±.
En la familia ¡°se da una ruptura importante y sus efectos depender¨¢n de cu¨¢l miembro migr¨® y si fue el padre, la madre, ambos y con quien quedan los ni?os, ni?as y adolescentes. En P¨¦rez Zeled¨®n han sido en su mayor¨ªa los hombres que han migrado, por lo que tenemos familias donde la cabeza del hogar es la madre, que debe ejecutar a la vez ambos roles (madre y padre). Si quedan con abuelos o abuelas, encontramos brechas generacionales que impiden una adecuada imposici¨®n de l¨ªmites¡±, asegur¨®.
Con un panorama de desarraigo y desintegraci¨®n familiar y sin medidas estatales de contenci¨®n, la consolidada cultura regional migratoria en P¨¦rez Zeled¨®n exhibe m¨²ltiples testimonios de los menores que quedaron abandonados por la migraci¨®n de sus padres y madres, en una acumulaci¨®n de grandes resentimientos porque sus progenitores no les quieren.
¡°Quiero que mi pap¨¢ venga, seamos felices y una familia junta¡±.
¡°Yo me siento mal porque mi pap¨¢ no me llama promete y no cumple nada¡±.
¡°Me siento mal en mi casa porque no est¨¢ mi pap¨¢, eso me duele¡±.
¡°Me siento muy sola porque mi mami no est¨¢ conmigo, a veces cuando veo sus fotos lloro¡±.
¡°Lo que m¨¢s quiero en el futuro es estar con mi pap¨¢ y no quiero en el futuro sino ya¡±.
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