La patronal y los laboristas advierten a Cameron contra un salida de la UE
Juncker, futuro presidente de la Comisi¨®n, se compromete con los intereses de Reino Unido
El fiasco encajado el viernes por David Cameron en Bruselas le ha merecido en casa cr¨ªticas desde casi todos los flancos, pero ante todo se impone el veredicto de que la debilitada posici¨®n negociadora del primer ministro brit¨¢nico deja al Reino Unido un paso m¨¢s cerca de la salida de la Uni¨®n Europea. As¨ª lo han interpretado la patronal brit¨¢nica ¡ªque este domingo alert¨® sobre los enormes riesgos para la econom¨ªa nacional de una renuncia a la Uni¨®n y el sector m¨¢s recalcitrante de los conservadores euroesc¨¦pticos. El principal antagonista de Cameron no est¨¢ en Europa, sino en el seno de su propio partido.
El peso entre las filas tories de los defensores de cerrar la puerta a la UE forz¨® a su discutido l¨ªder a prometer la convocar¨ªa de un refer¨¦ndum sobre la cuesti¨®n en 2017. Esto es, s¨®lo si logra revalidar el apoyo a su Gobierno en las elecciones generales del pr¨®ximo a?o. La ¡°humillaci¨®n¡± que, seg¨²n el consenso de los medios nacionales, le supuso quedarse pr¨¢cticamente solo en su veto al luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisi¨®n Europea cuestiona, a ojos de los brit¨¢nicos, la capacidad de Cameron para arrancar a Bruselas una devoluci¨®n de competencias a Londres, la ¨²nica forma de evitar una ruptura. Ese es el engarce en Europa por el que apostar¨ªa el primer ministro en un futuro plebiscito, pero antes deber¨ªa garantizar a sus diputados la libertad de hacer campa?a por la salida de la Uni¨®n. En medios pol¨ªticos, se estima que al menos la mitad de los 305 parlamentarios conservadores seguir¨ªan esa ¨²ltima v¨ªa.
Cameron mantuvo este domingo, no obstante, una conversaci¨®n telef¨®nica con Juncker en la que el luxemburgu¨¦s, seg¨²n una nota difundida por Downing Street, se mostr¨® ¡°totalmente comprometido a encontrar soluciones a las preocupaciones del Reino Unido¡±.
Dar la espalda a la UE entra?ar¨ªa una p¨¦rdida de empleo, de crecimiento y de la competitividad de sus empresas, advierte el director general de la patronal CBI, John Cridland, en una tribuna publicada este domingo en The Observer como reacci¨®n al desenlace de la cumbre del viernes en Bruselas. ¡°La Uni¨®n Europea es nuestro principal mercado exportador y una pieza fundamental para nuestro futuro econ¨®mico¡±, subraya ante el auge de los euroesc¨¦pticos que, como el diputado tory Daniel Hannan, ya han salido a escena para proponer ¡°una relaci¨®n al estilo de Suiza, en la que s¨®lo estaremos en el mercado europeo, y fuera de todo lo dem¨¢s¡±. La f¨®rmula no funcionaria, rebate Cridland, ¡°porque nos obligar¨ªa a cumplir sus reglas [de la UE] sin la posibilidad de influir en estas¡±.
Los argumentos de la patronal son compartidos por el l¨ªder de la oposici¨®n, David Milliband, convencido de que Reino Unido ¡°est¨¢ m¨¢s cercano a la puerta de salida de la UE¡±. Desde que el Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP) consiguiera romper la hegemon¨ªa de las grandes formaciones brit¨¢nicas en las municipales de mayo, para convertirse tambi¨¦n en la fuerza m¨¢s votada en los comicios europeos, su discurso antieuropeo y antiinmigraci¨®n ha sido integrado con mayor o menor sutileza por laboristas y conservadores.
El primero en caer en esa trampa ha sido Cameron. Uno de sus consejeros pol¨ªticos, Dominic Cummings, admit¨ªa este domingo al Sunday Times que ¡°si una renegociaci¨®n [de los t¨¦rminos de adhesi¨®n del Reino Unido] deja el control de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n en manos de la UE, ser¨¢ percibido como una gran derrota¡±.
La designaci¨®n de Juncker desagrada incluso a muchos brit¨¢nicos que quieren seguir siendo ciudadanos de la UE, y que ven al ex primer ministro luxemburgu¨¦s como la encarnaci¨®n de un eur¨®crata poco abierto a las reclamaciones de excepcionalidad con Reino Unido. Esa es la baza que jugar¨¢ este lunes el primer ministro ante el Parlamento, a la hora de justificar c¨®mo ¡°se pierden algunas batallas para ganar la guerra¡±. El problema de Cameron es que no est¨¢ librando la misma guerra que sus correligionarios, sobre los que ha perdido el control de la gesti¨®n de la agenda europea brit¨¢nica.
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