El comisionado de Michoac¨¢n: ¡°Que nadie lo dude: haremos valer la ley¡±
Encarcelado el l¨ªder rebelde de las autodefensas.
La figura del cirujano Jos¨¦ Manuel Mireles, que en su d¨ªa brill¨® mundialmente como l¨ªder de las autodefensas de Michoac¨¢n, baila ahora sobre el filo de la navaja. Su intento de resucitar el levantamiento armado, en clara confrontaci¨®n con el Gobierno federal, le ha acarreado su encarcelamiento en la prisi¨®n de Sonora, a m¨¢s de 1.500 kil¨®metros de su lugar de apresamiento. El gesto supone un mensaje claro del presidente Enrique Pe?a Nieto: en Tierra Caliente, el epicentro de las protestas, no mandan las autodefensas, ni el cartel de Los Caballeros Templarios ni siquiera los poderes locales; en ese volc¨¢nico territorio la autoridad reside en el todopoderoso comisionado Alfredo Castillo Cervantes, el hombre enviado por el presidente para apaciguar la zona y aplastar al narco. ¡°Que nadie dude de que haremos valer la ley¡±, afirm¨® este lunes Castillo flanqueado por militares del alta gradaci¨®n.
Mireles fue detenido el viernes pasado junto a otras 83 personas en el pueblo de La Mira, en la costa del Pac¨ªfico, donde hab¨ªa irrumpido unos d¨ªas antes con un peque?o ej¨¦rcito para hacerse con el control de la localidad. La toma, que emulaba los d¨ªas de esplendor de las autodefensas en su lucha contra Los Templarios, marcaba el inicio de una ofensiva mayor. Mireles hab¨ªa declarado p¨²blicamente que su objetivo era alcanzar Morelia, la capital del Estado. Lo que hasta entonces era un juego dial¨¦ctico, se hab¨ªa convertido en un desaf¨ªo abierto. Las alarmas saltaron. Apenas 36 horas despu¨¦s eran apresados Mireles y sus seguidores bajo los cargos de portar armas de fuego prohibidas, entre ellas 40 fusiles de grueso calibre de uso exclusivo del Ej¨¦rcito. A esta infracci¨®n penal se a?adi¨® en el caso del cirujano una guinda venenosa: un delito contra la salud por el supuesto hallazgo de una bolsa de marihuana y otra de coca¨ªna en su jeep Cherokee blanco. ¡°No hablamos de tr¨¢fico, ni de venta de droga, solo de posesi¨®n; el juez tendr¨¢ que estimar si lo env¨ªa a un centro de adicciones para su tratamiento¡±, aprovech¨® para se?alar el comisionado.
La contundente acci¨®n federal contra Mireles muestra c¨®mo han cambiado las tornas en pocos meses. Las autodefensas surgieron en 2013 como reacci¨®n popular ante el fracaso de la autoridad estatal en Michoac¨¢n. Las partidas armadas iniciaron una sangrienta lucha contra los Templarios, un c¨¢rtel con ¨ªnfulas pseudoreligiosas, que tras desembarazarse de los temibles zetas, hab¨ªa sometido a vasallaje a amplias zonas del Estado. La guerra alcanz¨® tales proporciones que el Gobierno de Pe?a Nieta decidi¨® intervenir y a principios de a?os envi¨® un ej¨¦rcito de casi 10.000 polic¨ªas federales y militares, bajo las ¨®rdenes del comisionado Castillo. La persecuci¨®n a Los Templarios se combin¨® con un fuerte plan de inversiones p¨²blicas y un acuerdo con las autodefensas para absorberlas en la guardia rural, un cuerpo bajo control federal. La mayor¨ªa de los cabecillas de las partidas populares se sumaron a este pacto que implicaba el registro de armas y la prohibici¨®n de portarlas para aquellos que no se integrasen.
Mireles, que en un principio se mostr¨® favorable, se fue distanciando paulatinamente hasta que decidi¨® tomar su propio camino, no sin antes lanzar fuertes acusaciones de connivencia con el narco contra quienes se hab¨ªan acogido al plan de paz.
Para justificar el apresamiento, el comisionado Castillo, que durante meses hizo la vista gorda ante el hecho de miles de personas portasen armas ilegales en su lucha contra el cartel, enfatiz¨® que ¡°las condiciones en Michoac¨¢n hab¨ªan cambiado¡± y que Mireles hab¨ªa roto los acuerdos de pacificaci¨®n. Cit¨® como ejemplo de los progresos logrados que se hab¨ªa sustituido a la pr¨¢ctica totalidad de la polic¨ªa municipal de Tierra Caliente por su conexi¨®n con Los Templarios, y que la nueva guardia rural ya contaba con casi 900 efectivos, con un sueldo de 8.000 pesos al mes, el triple que los anteriores agentes. ¡°No podemos permitir que personas por la libre confronten flagrantemente al Estado¡±, remach¨® Castillo.
La detenci¨®n de Mireles no ha generado grandes olas de apoyo, pero s¨ª que ha vuelto a poner sobre el tapete uno de los compromisos incumplidos del Gobierno central: la detenci¨®n de Servando G¨®mez Mart¨ªnez, alias La Tuta, l¨ªder de Los Templarios. Su captura es una reclamaci¨®n general en Michoac¨¢n. Y el hecho de que siga libre y mostrando su poder a diario da argumentos a los partidarios de Mireles. ¡°Yo no s¨¦ el se?or Castillo con qu¨¦ autoridad habla de romper acuerdos, si ¨¦l ha roto todos y cada uno de los que ha hecho en Michoac¨¢n desde que lleg¨®, empezando por la soberan¨ªa del Estado¡±, se?al¨® la abogada de Mireles.
Esta no es la primera vez que el Gobierno federal pone entre rejas a un l¨ªder de la revuelta popular michoacana. El mes pasado qued¨® en libertad el levantisco Hip¨®lito Mora, fundador de las autodefensas y cabecilla de la polic¨ªa comunitaria de La Ruana. Hab¨ªa sido arrestado en marzo bajo la acusaci¨®n de planear el asesinato de dos miembros de las milicias. Ambos fueron emboscados y quemados. El caso contra Mora, cuya rivalidad con los fallecidos era conocida, se sustentaba en confusas declaraciones de allegados de las v¨ªctimas. El acusado siempre neg¨® las imputaciones. Finalmente se le puso en libertad por falta de pruebas. Mora defiende ahora la v¨ªa de pacificaci¨®n ofrecida por el Gobierno.
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