La paradoja del f¨²tbol y la violencia
Los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina han encontrado en el deporte un potente aliado para prevenir y combatir el crimen
En este campeonato mundial de f¨²tbol hemos visto patadas, codazos, cabezazos y hasta un mordisco. Las celebraciones de los resultados tampoco han sido del todo pac¨ªficas: el primer triunfo de Colombia dej¨® muertos y heridos en Bogot¨¢; y en Chile, las celebraciones acabaron con autobuses incendiados y enfrentamientos con la polic¨ªa.
El deporte, adem¨¢s, est¨¢ asociado con las ¡°barras bravas¡± en algunos pa¨ªses latinoamericanos, los?hooligans europeos, la llamada ¡°guerra del f¨²tbol" en Centroam¨¦rica (1970), y hasta con el aumento de casos de violencia dom¨¦stica en Inglaterra, seg¨²n un reciente estudio.
Parad¨®jicamente, el mismo deporte que provoca estos hechos en los estadios y fuera de ellos, puede ser tambi¨¦n un instrumento para lograr todo lo contrario: que personas o sociedades con riesgo de caer en la violencia aprendan a vivir en paz.
¡°Es un deporte que convoca, que genera pasi¨®n, que atrae, que es colectivo, que requiere interacci¨®n, por lo cual tiene grandes ventajas para usarlo como herramienta para desarrollar en los ni?os y en los j¨®venes competencias que les permite resolver de manera pac¨ªfica los conflictos¡±, explica Martha Laverde, experta en educaci¨®n del Banco Mundial.
?La respuesta a la creciente inseguridad ciudadana es entonces construir m¨¢s canchas de f¨²tbol y menos comisar¨ªas? Laverde advierte que, en realidad, el proceso no es tan simple. ¡°No es el juego por el juego, se requiere tener una intencionalidad y esto es lo que hacen tantas organizaciones en el mundo al usar el f¨²tbol como el medio para desarrollar una cultura de paz¡±.
F¨²tbol sin violencia
Es esta intencionalidad, precisamente, la que se ha puesto en pr¨¢ctica con ¨¦xito en distintos lugares de Am¨¦rica Latina, donde miles de j¨®venes de ¨¢reas afectadas por la violencia delictiva o de conflictos armados han optado por disparar balones en vez de balas.
En Zacatecoluca, unos de los municipios m¨¢s violentos de El Salvador, se reforz¨® el equipo de f¨²tbol y se construy¨® una cancha nueva, que ha llegado a ser un lugar donde los ni?os y ni?as de la zona se forjan en los valores del deporte y del respeto.
¡°Esta colonia anteriormente era una de las m¨¢s peligrosas, y gracias al trabajo con los j¨®venes hemos logrado reducir pr¨¢cticamente un 90% el ¨ªndice delincuencial¡±, explica Carlos G¨®mez Villegas, Coordinador de la escuela de f¨²tbol en la Colonia La Esperanza en Zacatecoluca.
En Colombia, por ejemplo, -donde el conflicto armado ha dejado m¨¢s de 200.000 muertos en 60 a?os- la iniciativa ¡°F¨²tbol con Coraz¨®n¡± ayuda a m¨¢s de 2.000 ni?os de comunidades pobres o susceptibles de caer en situaciones de violencia, a tener acceso a nuevas oportunidades y a desarrollar en ellos las habilidades que les permitan enfrentar las adversidades.
El sacerdote cat¨®lico Alberto Gauci fue mucho m¨¢s all¨¢ y construy¨® un estadio para 20 mil espectadores en Juticalpa, una localidad de Honduras de solo 120.000 habitantes, afectada por la violencia del narcotr¨¢fico y las pandillas.
Gauci explica que no basta con recomendar a los j¨®venes que no consuman drogas o alcohol, sino que, adem¨¢s hay que ofrecerles alternativas.
La experta Laverde explica que los roles que se asumen en la cancha son los mismos que los j¨®venes encuentran en la familia, en su escuela, en su comunidad: el l¨ªder, el estratega, el defensor, el atacante, el que solo quiere resultados, el que solo obstaculiza.
¡°Todos estos roles en juego requieren que cada uno de ellos tenga entre otras al menos dos habilidades muy importantes: la empat¨ªa y el control de las emociones¡±, afirma Laverde.
Si se logra, a trav¨¦s del f¨²tbol, que los ni?os y los j¨®venes dominen estas dos competencias de interacci¨®n social ¡°tendr¨ªan, sin lugar a duda, herramientas que los proteger¨ªan de actuar de manera violenta¡±.
Todos estos valores son necesarios en Am¨¦rica Latina, catalogada oficialmente como la regi¨®n m¨¢s violenta del mundo, dado que en ella ocurren el 30% de todos los homicidios del mundo, a pesar de albergar solo al 9% de la poblaci¨®n del planeta.
Isabelle Schaefer es productora online del Banco Mundial.
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