¡°Tenemos que arreglar el sistema de inmigraci¨®n entre todos, como sea¡±
El alcalde de Murrieta dice en esta entrevista que solo se ha dado cuenta de la situaci¨®n de los ni?os cuando le ha ca¨ªdo en su puerta
Desde hace 10 d¨ªas, una localidad del interior de California llamada Murrieta se ha convertido en el centro del debate sobre la inmigraci¨®n irregular, cuando un grupo de exaltados de derecha lo eligi¨® espont¨¢neamente para realizar una protesta in¨¦dita, bloquear la carretera ante un autob¨²s de indocumentados que iban a ser trasladados all¨ª desde los saturados centros de detenci¨®n de Texas, donde la situaci¨®n es desesperada. En medio, est¨¢ el alcalde de Murrieta, Alan Long, el ¨²nico que ha opinado sobre el asunto y, por tanto, el ¨²nico que ha recibido cr¨ªticas. Long recib¨ªa a EL PA?S el mi¨¦rcoles por la tarde a pocos metros de dos centenares de manifestantes que, frente al Ayuntamiento, protestan no solo por el trato dado a los indocumentados sino por lo que consideran complicidad del alcalde con los extremistas.
Long, bombero de profesi¨®n, es mexicano por parte madre y est¨¢ casado con una mexicana. Confiesa que no entend¨ªa bien el sistema de inmigraci¨®n hasta que esto le ha ca¨ªdo en su puerta, y es ahora cuando ha conocido datos como las muertes y las violaciones en el camino hacia EE UU. ¡°Sab¨ªa que en Texas estaban en dificultades, pero no todo esto. Hay que arreglarlo entre todos, como sea¡±.
De la misma manera, el alcalde de Murrieta asegura que la mayor¨ªa de sus vecinos ni siquiera eran conscientes de que exist¨ªa el centro de internamiento de inmigrares hasta que esto empez¨®. ¡°Yo lo sab¨ªa porque crec¨ª aqu¨ª, pero la mayor¨ªa no. Creo que sab¨ªan que exist¨ªa, pero no d¨®nde estaba¡±.
Durante toda la crisis, Long se ha quejado de no haber recibido informaci¨®n sobre los planes de la patrulla fronteriza. ¡°Por ejemplo, para decirles, ?no pod¨ªais escoger un d¨ªa que no fuera el 4 de julio, que est¨¢ todo el mundo de vacaciones?¡±. ¡°No sab¨ªamos nada¡±.
¡°Hace tres semanas empezamos a o¨ªr cosas de los vecinos. Nos empezaron decir que esto iba a pasar, diciendo que lo sab¨ªan a trav¨¦s de los agentes de la patrulla fronteriza (la polic¨ªa federal de fronteras¡±. Se refiere a la llegada de inmigrantes desde Texas. ¡°Contactamos con la patrulla fronteriza y nos confirmaron que era as¨ª y que llegar¨ªan 500 cada 72 horas. Nos opusimos porque el jefe del puesto nos dijo que solo ten¨ªa sitio para 200. Empezamos a hacer llamadas y lo cancelaron. Al viernes siguiente nos dijeron que mandar¨ªan 300. Entonces volvimos a decir que no hab¨ªa sitio y empezamos a preguntar muchas cosas que no ten¨ªan respuesta. Al final, cancelaron los 300. El pasado viernes nos dijeron que ser¨ªan 142 cada 72 horas empezando el lunes. Empezamos a hacer planes pero no nos dijeron qu¨¦ iba a pasar con elos despu¨¦s, cu¨¢l era el plan. Mientras, recib¨ªamos llamadas de vecinos y gente de fuera diciendo ¡®no dej¨¦is que lo hagan, traen enfermedades, etc¨¦tera¡¯. La gente estaba fuera de control¡±.
Ante la marea de rumores, Long decidi¨® dar una rueda de prensa para aportar los datos de los que dispon¨ªa. B¨¢sicamente, que el lugar era un centro de detenci¨®n que no era adecuado para los ni?os. Tambi¨¦n les dijo a los que pretend¨ªan protestar que ¨¦l no tiene ninguna autoridad en el sistema de inmigraci¨®n y que el que quisiera decir algo que llamara a quejarse a Washington DC. Aquello fue interpretado por algunos como una oposici¨®n al traslado de los menores y es la raz¨®n por la que el mi¨¦rcoles las organizaciones latinas estaban concentradas frente al Ayuntamiento. Long incluso es increpado minutos antes de la entrevista por aquella intervenci¨®n. ?l niega completamente que se oponga a la presencia de los inmigrantes en Murrieta o que est¨¦ en nada de acuerdo con los extremistas que, a¨²n el jueves y en mayor n¨²mero que d¨ªas anteriores, segu¨ªan apostados en la carretera.
¡°El centro de detenci¨®n es inhumano (para mujeres y ni?os). No tienen pa?ales, ni comida de ni?os, ni camas donde dormir¡±. Long lo dice como si esto solo pasara en Murrieta y no fuera precisamente lo que est¨¢ pasando en Texas. ¡°Tambi¨¦n est¨¢ mal en Texas. Traerlos aqu¨ª puede aliviar la situaci¨®n all¨ª, pero sigue siendo tratar a la gente mal. Si nos dices que son mujeres y ni?os, tienes que tratarlos bien¡±. Parece que Long solo se ha dado cuenta del trato que se les da a los indocumentados cuando le afecta a ¨¦l. ¡°No. Nosotros no tratamos con esto. Esto cay¨® frente a nuestra puerta. Yo le dijo a la gente que Murrieta es una ciudad extremadamente compasiva. Tenemos 700 ONG aqu¨ª. Este enorme problema nos cay¨® encima¡±.
Los inmigrantes han sido derivados tambi¨¦n a otros lugares, como El Centro, San Ysidro y Chula Vista, donde no ha habido ning¨²n problema. El alcalde asegura que la diferencia fue la informaci¨®n previa. All¨ª simplemente aparecieron. Pero Murrieta vivi¨® d¨ªas de paranoia con las historias que se cuentan sobre la inmigraci¨®n centroamericana, basadas en trazas reales. Que si abandonan a los beb¨¦s en la carretera una vez que salen libres, que si en realidad no son sus familias sino que los han comprado los narcotraficantes para enga?ar a los agentes, etc. ¡°Y la gente se opuso, porque nos oponemos a esas cosas¡±.
Long se enter¨® tambi¨¦n a trav¨¦s de conversaciones con al patrulla fronteriza que, en caso de no poder atender a todos o pasado un tiempo, los menores acaban en la calle. Algo que ha pasado toda la vida pero que para los habitantes de Murrieta, y seguramente de parte de California, solo ha sido noticia a trav¨¦s de estos sucesos.
En toda la crisis, que el jueves parec¨ªa empezar a adormecerse ante la decisi¨®n de la polic¨ªa federal de fronteras de suspender los vuelos de Texas a San Diego, Long cree que hubo un momento clave que termin¨® de encender los ¨¢nimos. El pasado 2 de julio, durante los enfrentamientos entre manifestantes, un exaltado escupi¨® en la cara al cantante mexicano Lupillo Rivera, que hab¨ªa ido a apoyar a los ni?os indocumentados. Todo el pa¨ªs lo vio por televisi¨®n. ¡°Eso toc¨® un nervio de gente que se acuerda de sucesos de cuando ¨¦ramos un pa¨ªs completamente diferente¡±.
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