Un condenado a muerte tarda dos horas en morir ejecutado en Arizona
Los abogados de Joseph Wood aseguran que el reo estuvo ¡°una hora jadeando¡± hasta morir La gobernadora de Arizona ordena una revisi¨®n del sistema, sin cuestionar su legalidad
Joseph Wood, un preso de 55 a?os condenado a muerte por dos asesinatos, tard¨® dos horas en morir ejecutado este mi¨¦rcoles por la tarde en la prisi¨®n de Florence, Arizona. Seg¨²n pusieron por escrito sus abogados, estuvo "una hora jadeando y resoplando" en la camilla una vez que ya se supon¨ªa que estaba sedado. La defensa reclam¨®, sin ¨¦xito, que se detuviera la ejecuci¨®n, una de las m¨¢s largas con el m¨¦todo de la inyecci¨®n letal. La escena que describen los letrados en su informe es un nuevo argumento para el debate sobre la crueldad de la pena de muerte.
El escrito del abogado, enviado mientras la ejecuci¨®n estaba en marcha, dice as¨ª: "La Ejecuci¨®n de Joseph Rudolph Wood III comenz¨® a la 1:52 de la tarde [hora local, nueve horas m¨¢s en la Espa?a peninsular]. A la 1:57, el Sr. Wood fue declarado sedado. A las 2:03 su boca se movi¨®. El Sr. Wood ha continuado respirando desde ese momento. Ha estado jadeando y resoplando durante m¨¢s de una hora. A las 3:02, el personal volvi¨® a comprobar la sedaci¨®n. Todav¨ªa est¨¢ vivo. Esta ejecuci¨®n ha violado el derecho de la Octava Enmienda del Sr. Wood a ser ejecutado sin crueldad. Respetuosamente, solicitamos que se utilice el protocolo de salvamento".
El recurso de emergencia fue rechazado y el procedimiento continu¨®. El fiscal general de Arizona inform¨® de la muerte de Wood a las 15:49, dos horas despu¨¦s de tumbarse en la camilla. Una ejecuci¨®n por inyecci¨®n letal debe durar unos 10 minutos.
"He visto muchas ejecuciones antes y nunca hab¨ªa visto nada como esto", dijo Dale Baich, uno de los abogados de Wood, al diario The Washington Post. "Tampoco hab¨ªa visto nunca una ejecuci¨®n tan larga".
Un reportero de la agencia Associated Press que presenci¨® la ejecuci¨®n asegur¨® que Wood boque¨® m¨¢s de 600 veces antes de morir. Familiares de las v¨ªctimas, citados por la misma agencia, dijeron que no ten¨ªan ning¨²n problema con la forma en que se hab¨ªa llevado a cabo la ejecuci¨®n.
Wood recibi¨® dos condenas a muerte en 1991 por sendos asesinatos. El 7 de agosto de 1989, mat¨® a tiros a su novia, Debra Dietz, y al padre de esta, Eugene, en la tienda en la que trabajaban en Tucson. Fue detenido tras un tiroteo con la polic¨ªa.
La ejecuci¨®n de Wood fue programada en abril y las autoridades de Arizona comunicaron que se har¨ªa utilizando los sedantes Midalozan e Hydromorphone. Esta es la misma combinaci¨®n de medicamentos utilizada en la ejecuci¨®n de Dennis McGuire el pasado enero en Ohio, que tard¨® media hora de agon¨ªa en morir. Es la ejecuci¨®n m¨¢s larga de la historia de Ohio. Tras aquello, el sistema de ejecuciones en el Estado se encuentra en revisi¨®n y las ejecuciones suspendidas al menos hasta agosto.?
Este mismo sedante fue el primero de los tres medicamentos administrados a Clayton Lockett el pasado mayo en Oklahoma. El reo tard¨® tres cuartos de hora en morir en medio de una agon¨ªa espantosa que el director de prisiones del Estado puso por escrito. La prisi¨®n acept¨® parar el procedimiento ante lo que estaba pasando, pero Lockett muri¨® de un ataque al coraz¨®n. El sistema se encuentra en revisi¨®n y las ejecuci¨®nes suspendidas al menos hasta noviembre.
En un escueto comunicado, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, asegur¨® que estaba "preocupada por la tardanza del protocolo de f¨¢rmacos en completar la ejecuci¨®n legal del condenado por doble asesinato Joseph Wood". "Hoy se ha hecho justicia, pero he ordenado una revisi¨®n completa del proceso", a?ade. El comunicado finaliza diciendo: "Una cosa es cierta, sin embargo, el reo Wood muri¨® de forma legal y seg¨²n testigos y los registros m¨¦dicos no sufri¨®. Esto es, en comparaci¨®n con el espantoso y despiadado sufrimiento que infligi¨® a sus dos v¨ªctimas y el sufrimiento de por vida causado a sus familias".
La defensa de Wood trat¨® de frenar la ejecuci¨®n pidiendo m¨¢s informaci¨®n sobre el procedimiento de la inyecci¨®n letal, como la cualificaci¨®n de los verdugos o el nombre del fabricante de los f¨¢rmacos. Una Corte de Apelaciones acept¨® el recurso y pidi¨® m¨¢s informaci¨®n a Arizona. El martes, la Corte Suprema de EE UU rechaz¨® revisar el caso y permiti¨® a Arizona seguir adelante con la ejecuci¨®n.
El argumento de la transparencia est¨¢ siendo utilizado por muchos reos, especialmente tras la desastrosa ejecuci¨®n de Lockett en Oklahoma. En mayo, los abogados de Robert Campbell, condenado a muerte en Texas, trataron de frenar la ejecuci¨®n con este argumento, en un recurso en el que ped¨ªan este tipo de informaci¨®n para asegurar el derecho de su cliente a no sufrir una agon¨ªa como la de Lockett. La Corte de Apelaciones corespondiente rechaz¨® el recurso, que de haber prosperado pod¨ªa haber sido una poderosa herramienta legal para revisar el sistema de ejecuciones en Texas.
La ¨²ltima vez que un preso tard¨® dos horas en morir fue en mayo de 2007 en Ohio, pero por razones muy diferentes. El reo, Christopher Newton, pesaba 120 kilos. Los practicantes tuvieron que pincharle 10 veces hasta que consiguieron administrarle los f¨¢rmacos letales. Durante ese tiempo, estuvo hablando y bromeando con los guardias. En un momento dado, se le permiti¨® ir al ba?o en mitad de su propia ejecuci¨®n.
¡°Deber¨ªamos optar por la guillotina¡±
Uno de los jueces que intervino en las idas y venidas del caso de Joseph Wood en los tribunales dej¨® escrita el lunes una opini¨®n provocadora que atiza el debate sobre los medios, supuestamente humanos, por los que se ejecuta a los reos en Estados Unidos. En un voto particular contra la decisi¨®n de no suspender la ejecuci¨®n de Wood, el juez federal Alex Kozinski escribi¨®: ¡°Utilizar f¨¢rmacos para las ejecuciones es un esfuerzo equivocado de enmascarar la brutalidad de las ejecuciones haci¨¦ndolas parecer serenas y hermosas, como algo que cualquiera de nosotros podr¨ªa experimentar en sus ¨²ltimos momentos¡±. Y contin¨²a: ¡°Pero las ejecuciones son, de hecho, episodios brutales y salvajes, y nada de lo que haga el Estado puede enmascarar esa realidad. Tampoco deber¨ªamos. Si como sociedad queremos hacer ejecuciones, deber¨ªamos asumir el hecho de que se est¨¢ cometiendo en nuestro nombre una horrenda brutalidad¡±.
En una entrevista con el diario Los Angeles Times, Kozinski detall¨® a qu¨¦ se refer¨ªa. No se opone a la pena de muerte en general. ¡°Personalmente, creo que deber¨ªamos optar por la guillotina, pero el fusilamiento es probablemente la mejor manera¡±. Kozinski es un juez conservador que se ha ganado fama con los a?os de provocador, que intenta hacer reflexionar. ¡°Si como sociedad no somos capaces de soportar que nos salpique la sangre de la ejecuci¨®n por fusilamiento, no deber¨ªamos ejecutar a nadie¡±.
Curiosamente, el mayor enemigo de la pena de muerte en Estados Unidos est¨¢ siendo precisamente la dificultad de llevar a cabo las ejecuciones de una manera limpia y r¨¢pida por medio de la inyecci¨®n letal, un m¨¦todo inventado para hacer la muerte del reo m¨¢s soportable para todos (no para ¨¦l). Sin embargo, son los errores en estas ejecuciones lo que est¨¢ avivando el debate. Hoy por hoy, la pena de muerte no est¨¢ amenazada legalmente como tal, sino por la imposibilidad de garantizar que en todos los casos se lleve a cabo sin ¡°sufrimiento cruel¡± que constituye tortura, algo prohibido por la Octava Enmienda de la Constituci¨®n.
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