Cinismo y cobard¨ªa
La contienda degenera en masacre de inocentes con la complicidad masiva del mundo
Lo que hay que pensar de la estrategia israel¨ª y la de los palestinos de Ham¨¢s se ha definido perfectamente aqu¨ª mismo, (Miguel ?ngel Bastenier, EL PA?S, 23 de julio): se trata de la historia de siempre, por todos conocida, que consiste en entender de una vez para siempre que Israel, tal y como lo vienen repitiendo sus dirigentes de derechas y de extrema derecha, no aceptar¨¢, nunca, la creaci¨®n de un Estado palestino soberano. Toda la historia de los ¨²ltimos 25 a?os lo demuestra rotundamente. Desde el asesinato de Isaac Rabin por unos fan¨¢ticos jud¨ªos, y, unos a?os despu¨¦s, el comienzo de la decadencia del laborismo israel¨ª partidario de la paz, se abri¨® una ¨¦poca de guerra y de provocaciones, alimentada por la reacci¨®n integrista de Ham¨¢s, y sobre todo, sostenida por la complicidad activa tanto de EE?UU como, de hecho, de la Uni¨®n Europea. Estos ¨²ltimos a?os, Tony Blair, de modo incre¨ªble nombrado enviado especial para Oriente Pr¨®ximo, actu¨® como agente activo de esa doble complicidad. Es decir, no hizo nada m¨¢s que silenciar las consecuencias de la colonizaci¨®n cada vez m¨¢s dram¨¢tica para los palestinos.
Dos actores se aprovechan de esta situaci¨®n: Israel y Ham¨¢s, pues se encuentran en una situaci¨®n de auto e interregeneraci¨®n, como dos cuerpos que tienen que intercambiar sus gl¨®bulos para poder seguir viviendo. Por un lado, Israel consigui¨® hacer de Ham¨¢s su adversario principal, obteniendo de esa forma la solidaridad de EE?UU y Europa frente al peligro islamista; por su parte, Ham¨¢s logr¨® desacreditar a la Autoridad Palestina, dirigida por un Abbas sin relieve, aliado de Arabia Saud¨ª. As¨ª el c¨ªrculo se cierra.
Ello ocurre en una ¨¦poca de profundos cambios internacionales, en la que fundamentalmente el peligro de guerras aumenta por doquier. Y todo parece acreditar un cierre de filas en torno a EE?UU para no hacer nada en Oriente Pr¨®ximo, pues al cerrar los israel¨ªes brutalmente la puerta a Barack Obama, este ha capitulado sin gloria frente a dicha intransigencia. Hubiera podido actuar durante la primavera ¨¢rabe, utilizando la enorme demanda democr¨¢tica para proponer un acuerdo de paz global en la regi¨®n. Pero Obama no tuvo el coraje y no lo tendr¨¢. Los europeos comparten, por supuesto, este consenso de la muerte impuesta a centenares de civiles palestinos y de j¨®venes militares israel¨ªes. No advierten: ¡°Es un crimen bombardear a poblaciones civiles¡±. Dicen: ¡°La respuesta es desproporcionada¡±, lo que significa probablemente: ¡°S¨ª al bombardeo, pero con ?menos bombas!¡±
Dicho de otro modo: en todas partes prevalecen el cinismo, la cobard¨ªa y la ceguera. ?Existe un conflicto eterno en el planeta? S¨ª. ?Existe una contienda que est¨¢ degenerando en masacre de inocentes con la complicidad pasiva del mundo? S¨ª. ?Existe un lugar en nuestra ¨¦poca donde la injusticia humana es la m¨¢s profunda? S¨ª: todo ello encarnado en la pareja tr¨¢gica Israel-Palestina.
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