¡°Hay un peligro real de conflicto¡±
El veterano de la Administraci¨®n Clinton traza paralelismos entre los tiempos previos a la Gran Guerra y las turbulencias actuales
Agosto 1914, agosto 2014. Cuando Strobe Talbott ¡ªveterano de la Administraci¨®n Clinton, presidente del laboratorio de ideas Brookings Institution, voz sensata y experimentada del establishment de Washington¡ª establece un paralelismo entre el inicio de la Primera Guerra Mundial y el momento actual, conviene escuchar.
¡°Hace solo un a?o no hab¨ªa ning¨²n gran conflicto entre los grandes pa¨ªses del mundo, ni tampoco exist¨ªa demasiada preocupaci¨®n porque lo hubiese¡±, dice Talbott en una entrevista telef¨®nica. ¡°Y aqu¨ª estamos, a punto de llegar a agosto de 2014 y, ?adivine qu¨¦ ocurre? Hay un peligro real de conflicto. Hay peligro de conflicto en Europa, provocado por lo que [el presidente ruso, Vlad¨ªmir] Putin ha hecho en Ucrania. Hay conflicto en Extremo Oriente con las tensiones y disputas entre China, de un lado, y Vietnam y Filipinas de otro¡±, contin¨²a. Despu¨¦s a?ade las tensiones crecientes entre Jap¨®n y China, as¨ª como la disoluci¨®n en Oriente Pr¨®ximo de las fronteras establecidas tras la Primera Guerra Mundial.
¡°Mi bola de cristal¡±, avisa, ¡°no es mejor que cualquier otra¡±. Pero los paralelismos entre 1914 y 2014, dice, son ¡°inquietantes y preocupantes¡±.
Talbott, de 68 a?os, dirige el laboratorio de ideas centrista por excelencia, el m¨¢s influyente y el de m¨¢s solera, fundado en 1916. Entre 1993 y 2001 trabaj¨® en el Departamento de Estado: primero como embajador y consejero especial del secretario de Estado encargado de los nuevos pa¨ªses surgidos de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, y despu¨¦s como vicesecretario de Estado. Y antes, durante 21 a?os, fue periodista en la revista Time.
¡°Aqu¨ª hay una combinaci¨®n de tres fen¨®menos que hacen que este periodo sea peligroso¡±, dice. El primero es ¡°la desilusi¨®n o descontento global con los diferentes sistemas de gobernanza, incluidas las democracias occidentales¡±, una tendencia que ¡°por s¨ª misma es desestabilizadora¡±.
El segundo es ¡°el crecimiento de un nacionalismo de tipo peligroso, incluido en su propio pa¨ªs¡±, dice en alusi¨®n a Espa?a. ¡°Me parece que es crucial, tras todo el dolor que Europa ha sufrido como resultado del nacionalismo y el fraccionamiento de los Estados, buscar maneras de perfeccionar el gobierno federal, de perfeccionar lo que ustedes, los europeos, llaman la subsidiariedad: un federalismo efectivo, con tanta autonom¨ªa administrativa como sea adecuado y posible, para mantener pa¨ªses unidos y que no se disgreguen, se trate de Italia, Espa?a, B¨¦lgica o Reino Unido¡±.
Putin, sin embargo, ¡°ha elevado [el nacionalismo] a un nuevo nivel¡± con la anexi¨®n, en marzo, de la regi¨®n ucrania de Crimea, y con el apoyo a los insurgentes prorrusos en el este de Ucrania. Putin, dice Talbott, ¡°ha resucitado algo que cre¨ªamos que pertenec¨ªa a la geopol¨ªtica del pasado: el chovinismo agresivo y unilateral, el nacionalismo predatorio, el irredentismo¡ como quiera llamarlo¡±. El tercer fen¨®meno es la citada acumulaci¨®n de conflictos que amenazan la estabilidad mundial.
La Administraci¨®n Obama ¡°en general, est¨¢ gestionando [la situaci¨®n actual] bastante bien, pero encuentra un obst¨¢culo en las debilidades de los gobiernos en otros lugares¡±, argumenta en alusi¨®n, entre otros, a la Uni¨®n Europea, ¡°y en las propias debilidades, que son una expresi¨®n de la polarizaci¨®n de la sociedad [norteamericana]¡±. ¡°Sin duda hay un malestar y una polarizaci¨®n en Estados Unidos que socava la capacidad de cualquier presidente americano para ejercer un papel constructivo en el liderazgo mundial¡±.
¡°Como comunidad internacional¡±, sostiene Talbott, ¡°hemos sido complacientes en a?os recientes, un poco como la comunidad internacional fue complaciente en los a?os antes de la Primera Guerra Mundial, cuando hubo un optimismo euf¨®rico en todo el mundo. Lo que entonces no se llam¨® globalizaci¨®n, pero que retrospectivamente podr¨ªa llamarse as¨ª, nos hizo a todos dependientes de un orden mundial pac¨ªfico en el que la guerra era imposible de imaginar, y de repente fue muy posible de imaginar y tuvimos la peor guerra en la historia del mundo hasta entonces¡±.
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