El hist¨®rico tratado que sirvi¨® para superar la Guerra Fr¨ªa, en la cuerda floja

Las acusaciones de la Administraci¨®n estadounidense seg¨²n las cuales Rusia transgrede el acuerdo bilateral de destrucci¨®n de misiles de corto y medio alcance (INF, en sus siglas inglesas) ¡°pueden empujar¡± al Kremlin a ¡°abandonar¡± uno de los documentos b¨¢sicos de la arquitectura de seguridad que sirvi¨® para superar la Guerra Fr¨ªa.

As¨ª opina Dmitri Trenin, el director del Centro Carnegie de Mosc¨², que es especialista en temas militares y que particip¨® como oficial sovi¨¦tico en las negociaciones de desarme entre la URSS y EE UU.

El tratado INF, por el que se destruyeron los arsenales de misiles de corto y medio alcance en el plazo de tres a?os, fue firmado por los presidentes Ronald Reagan y Mija¨ªl Gorbachov en diciembre de 1987 en Washington y fue considerado un suceso hist¨®rico. Las partes se comprometieron a no fabricar, hacer pruebas ni emplazar en disposici¨®n de combate los misiles de corto alcance (de 500 a 1.000 kil¨®metros de radio) y de medio (de 1.000 a 5.500 kil¨®metros). Para junio de 1991, cuando expir¨® el plazo para destruir aquellos arsenales, desaparecieron del mapa europeo 1.846 conjuntos de misiles sovi¨¦ticos y 846 americanos. Para denunciar el INF, las partes deb¨ªan avisar con seis meses de anticipaci¨®n y argumentar que sus intereses estaban amenazados. En diversas ocasiones los dirigentes rusos han aludido a la posibilidad de salirse del tratado como respuesta a los planes norteamericanos de desplegar un escudo antimisiles en Europa. Los rusos han acusado tambi¨¦n a Washington de violar el acuerdo en el marco de las pruebas para interceptar misiles con objeto de desplegar el escudo.

El abandono del INF por parte de Rusia ser¨ªa ¡°un fuerte golpe psicol¨®gico sobre el sistema de seguridad y creo que Europa lo notar¨ªa¡±, afirma Trenin. Los misiles destruidos gracias al INF estaban destinados a mantener una guerra en el teatro europeo en el que se enfrentaban la OTAN y el desaparecido Pacto de Varsovia.

¡°Una cuesti¨®n t¨¦cnica complicada ha adquirido ahora car¨¢cter pol¨ªtico¡± en virtud del planteamiento de la Administraci¨®n de EE UU a Rusia, dice Trenin. ¡°Hace tiempo que el Congreso norteamericano reprochaba a la Administraci¨®n de EE UU que no prestara atenci¨®n al cumplimiento del acuerdo de 1987¡±, se?ala. Los norteamericanos acusaban a Rusia de hacer pruebas con misiles supuestamente incluidos en las categor¨ªas prohibidas por el tratado. ¡°Rusia daba explicaciones que no eran aceptadas por los estadounidenses, pero la Administraci¨®n de ese pa¨ªs ten¨ªa una actitud tranquila, en tanto que el Congreso se mostraba m¨¢s duro¡±, afirma Trenin. Y agrega: ¡°En Rusia hace tiempo que se debate si este acuerdo responde a los intereses nacionales del pa¨ªs, porque cuando se firm¨® s¨®lo EE UU y Rusia ten¨ªan ese tipo de misiles¡±. Sin embargo, ahora la situaci¨®n ha cambiado. ¡°Los misiles de corto y medio alcance pueden ser m¨¢s importantes para Rusia que para EE UU¡±, dice el experto, y aclara que ¡°EE UU est¨¢ rodeado de aliados en su continente, pero Rusia tiene por vecinos a pa¨ªses como Corea o China y Estados que en determinadas circunstancias pueden crear problemas para su seguridad¡±. ¡°Por eso¡±, a?ade, ¡°hace tiempo que se habla de denunciar el acuerdo, ya que no responde a los intereses nacionales¡±. ¡°Por otra parte, hay quien argumenta que esos misiles son el ¨²nico medio que tiene Rusia para alcanzar algunos objetivos del adversario, como podr¨ªan ser campamentos terroristas en Asia Central o en Afganist¨¢n¡±. Entre los que han considerado la posibilidad de denunciar el INF est¨¢ el jefe de la Administraci¨®n presidencial y exministro de Defensa, Sergu¨¦i Ivanov.

¡°Cuando hablan de transgresi¨®n, los norteamericanos quieren decir que sospechan que un misil con un alcance declarado de 490 kil¨®metros puede volar m¨¢s de 500 y por lo tanto estar en el grupo de armas prohibidas¡±, explica Trenin. Aunque las preocupaciones rusas se basan en la necesidad de tener un medio de acci¨®n contra ¡°extremistas en Asia Central o en Afganist¨¢n¡±, el experto no excluye que en Rusia pueda haber gente partidaria de ¡°castigar a los europeos o apuntar contra ellos con los misiles¡±, como respuesta a la solidaridad de EE UU con Europa en contra de Rusia. Sin embargo, apuntar hacia Europa no tendr¨ªa sentido, pues ¡°destruir¨ªa las bases de la seguridad europea y crear¨ªa una amenaza muy fuerte sobre Rusia¡±.