¡°No vamos a permitir que los grupos yihadistas creen un califato¡±
El presidente de Estados Unidos cree hay que actuar "ante una amenaza de genocidio"
No cabe duda de que al presidente Obama le han salido muchas canas, y seguramente la mitad de ellas le han salido por su intento de conducir la pol¨ªtica exterior en un mundo cada vez m¨¢s convulso (la otra mitad es culpa del Tea Party). Sin embargo, despu¨¦s de haber pasado una hora examinando el horizonte con ¨¦l en la Sala de Mapas de la Casa Blanca el viernes pasado, me ha quedado claro que el presidente tiene una visi¨®n concreta del mundo, nacida de todas las lecciones que ha aprendido en los seis ¨²ltimos a?os, y ofrece en¨¦rgicas respuestas a todos los que critican su acci¨®n internacional.
Obama asegura que solo va a intensificar la participaci¨®n de EE?UU en lugares como Oriente Pr¨®ximo mientras las comunidades locales acepten una pol¨ªtica integradora en la que no haya vencedores ni vencidos. EE?UU no va a ser la fuerza a¨¦rea de los chi¨ªes en Irak ni de ninguna otra facci¨®n. A pesar de las sanciones de Occidente, advierte, el presidente Vlad¨ªmir Putin ¡°podr¨ªa invadir¡± Ucrania en cualquier momento, y, en ese caso, ¡°tratar de recuperar una relaci¨®n de cooperaci¨®n con Rusia durante el resto de mi mandato ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil¡±. La intervenci¨®n en Libia para prevenir una matanza fue acertada, afirma Obama, pero el hecho de que luego no se desplegara la fuerza terrestre necesaria para vigilar la transici¨®n de Libia a una situaci¨®n m¨¢s democr¨¢tica es con toda probabilidad el aspecto de su pol¨ªtica exterior del que m¨¢s se arrepiente.
A la hora de la verdad, reflexiona el presidente, la mayor amenaza contra EE UU ¡ªla ¨²nica fuerza verdaderamente capaz de debilitarnos¡ª somos nosotros mismos. Tenemos muchas ventajas como pa¨ªs, como los nuevos recursos energ¨¦ticos, la innovaci¨®n y una econom¨ªa que est¨¢ volviendo a crecer, dice, pero nunca desarrollaremos todo nuestro potencial mientras nuestros dos partidos no adopten la misma actitud que estamos pidiendo a los chi¨ªes, los sun¨ªes, los kurdos, los israel¨ªes y los palestinos: ni vencedores ni vencidos, y el prop¨®sito de trabajar todos juntos.
¡°EE UU no va a ser la fuerza a¨¦rea de los chi¨ªes iraqu¨ªes ni de otra facci¨®n¡±
¡°Nuestra pol¨ªtica es disfuncional¡±, dice Obama, y debemos prestar atenci¨®n a las terribles divisiones en Oriente Pr¨®ximo como ¡°una advertencia: las sociedades no funcionan si las distintas facciones pol¨ªticas adoptan posturas maximalistas. Y, cuanto m¨¢s variado es un pa¨ªs, menos puede permitirse el lujo de esos maximalismos¡±.
Aunque achaca la desaparici¨®n de tantos acuerdos con posibilidades al ascenso de la extrema derecha republicana, Obama reconoce tambi¨¦n que la manipulaci¨®n, la balcanizaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y el uso descontrolado del dinero en la pol¨ªtica ¡ªlas entra?as de nuestro sistema pol¨ªtico actual¡ª est¨¢n acabando, m¨¢s que cualquier enemigo extranjero, con nuestra capacidad de afrontar unidos los grandes retos. ¡°Cada vez m¨¢s, se recompensa a los pol¨ªticos por adoptar las posturas m¨¢s extremas y maximalistas¡±, dice, ¡°y eso lo pagaremos tarde o temprano¡±.
Mi primera pregunta al presidente es si siente que ¨¦l est¨¢ asistiendo a la ¡°desintegraci¨®n¡± del orden posterior a la II Guerra Mundial,
¡°Para empezar, creo que no se puede generalizar, porque hay una serie de lugares en el mundo en el que se suceden las buenas noticias¡±. F¨ªjese en Asia, dice, en pa¨ªses como Indonesia, y tambi¨¦n en muchos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, como Chile. ¡°Pero estoy convencido¡±, a?ade, ¡°de que lo que estamos viendo en Oriente Pr¨®ximo y partes del norte de ?frica es el desplome de un orden que se remonta a la I?Guerra Mundial¡±.
?Pero no ser¨ªa mejor que hubi¨¦ramos armado a los rebeldes laicos sirios desde el principio o que las tropas estadounidenses hubieran permanecido en Irak? La verdad, dice el presidente, es que nunca habr¨ªa sido necesario mantener una presencia de tropas en Irak si la mayor¨ªa chi¨ª no hubiera ¡°desperdiciado la oportunidad¡± de compartir el poder con los sun¨ªes y los kurdos. ¡°Si la mayor¨ªa chi¨ª hubiera aprovechado la ocasi¨®n para tender la mano a los sun¨ªes y los kurdos y hubiera aprobado leyes como las de desbaazificaci¨®n¡±, no habr¨ªa hecho falta ninguna tropa extranjera. Con esa actitud, asegura, nuestras tropas habr¨ªan acabado involucradas en alg¨²n momento.
¡°Respecto a Siria¡±, dice el presidente, la idea de que armar a los rebeldes pod¨ªa haber cambiado las cosas ¡°ha sido siempre una ilusi¨®n. Esta idea de que podr¨ªamos haber suministrado armas ligeras o incluso m¨¢s sofisticadas a una oposici¨®n fundamentalmente compuesta por antiguos m¨¦dicos, campesinos, farmac¨¦uticos y gente as¨ª, y que entonces habr¨ªan podido luchar no solo contra un Estado muy bien armado sino respaldado por Rusia, Ir¨¢n y Hezbol¨¢, ha sido siempre una fantas¨ªa¡±.
Todav¨ªa hoy, dice el presidente, a la Administraci¨®n le cuesta encontrar, formar y armar al n¨²mero suficiente de jefes para dirigir a los rebeldes laicos sirios: ¡°No tienen tanta capacidad como nos gustar¨ªa pensar¡±.
¡°No debemos nunca olvidar la situaci¨®n general¡±, a?ade, ¡°que es que existen unos sun¨ªes descontentos, una minor¨ªa en el caso de Irak, una mayor¨ªa en el caso de Siria, que se extienden de Bagdad a Damasco... Si no les proporcionamos una f¨®rmula que responda a las aspiraciones de esta poblaci¨®n, ser¨¢ inevitable que tengamos problemas. Por desgracia, todav¨ªa est¨¢ el EI [el Estado isl¨¢mico], que, en mi opini¨®n, es poco atractivo para los sun¨ªes normales y corrientes¡±. Pero ¡°llenan un hueco, y debemos plantearnos, adem¨¢s de c¨®mo luchar contra ellos en el terreno militar, c¨®mo dirigirnos a una mayor¨ªa sun¨ª en esa zona que, hoy, est¨¢ apartada de la econom¨ªa global¡±.
?Est¨¢ colaborando Ir¨¢n? ¡°Creo que lo que han hecho los iran¨ªes¡±, dice el presidente, ¡°es darse cuenta por fin de que, si los chi¨ªes en Irak mantienen una postura maximalista, a largo plazo fracasar¨¢n. Y esa es una lecci¨®n aplicable para todos los pa¨ªses: si uno quiere el cien por cien, y se aferra a la idea de que el vencedor se queda con todo, ese Gobierno acaba cayendo tarde o temprano¡±.
¡°Tras derrocar a Gadafi deb¨ªamos haber reconstruido la sociedad libia¡±
Los ¨²nicos Estados que van bien, como T¨²nez, lo han logrado porque sus facciones han asumido el principio de que no haya vencedores ni vencidos. Gracias a eso, no han necesitado ayuda exterior.
¡°No podemos hacer por ellos nada que no est¨¦n dispuestos a hacer por s¨ª mismos¡±, dice el presidente a prop¨®sito de las facciones en Irak. ¡°Nuestro Ej¨¦rcito es tan poderoso que, si nos lo propusi¨¦ramos, seguramente podr¨ªamos mantener el problema controlado durante un tiempo. Ahora bien, para que una sociedad funcione, son los propios habitantes los que deben tomar una serie de decisiones sobre c¨®mo van a convivir, c¨®mo van a tener en cuenta los intereses de todos, como van a ceder. En asuntos como la corrupci¨®n, los ciudadanos y sus l¨ªderes deben asumir la responsabilidad de cambiar esa cultura... Podemos ayudarles y colaborar con ellos en todo momento. Pero no podemos hacerlo todo¡±.
Entonces, pregunto, ?por qu¨¦ su decisi¨®n de utilizar la fuerza militar para proteger a los refugiados del EI y el Kurdist¨¢n, que es un islote de dignidad dentro de Irak?
¡°Cuando existe una situaci¨®n tan extraordinaria, con la amenaza de genocidio, y el pa¨ªs desea que estemos all¨ª, y hay un fuerte consenso internacional de que es necesario proteger a esta gente, y tenemos la capacidad de hacerlo, entonces, nuestra obligaci¨®n es actuar¡±, dice Obama. Sin embargo, despu¨¦s de ver ese islote de dignidad que han construido los kurdos, a?ade, tambi¨¦n debemos preguntarnos no solo ¡°c¨®mo hacemos retroceder al EI, sino tambi¨¦n c¨®mo protegemos ese espacio que contiene las mejores intenciones dentro de Irak; es algo en lo que pienso constantemente¡±.
¡°Creo que los kurdos aprovecharon el tiempo que les concedieron los sacrificios de nuestras tropas en Irak. Hicieron buen uso de ese tiempo y hoy la regi¨®n kurda es funcional y como nos parece que debe ser. Tiene una tolerancia con otras sectas y otras religiones que nos gustar¨ªa ver en otros lugares. Por eso nos parece importante garantizar la protecci¨®n de ese espacio, pero, m¨¢s en general, lo que he indicado es que no quiero convertirme en la fuerza a¨¦rea iraqu¨ª. Ni tampoco quiero ser la fuerza a¨¦rea kurda, mientras no haya un compromiso por parte de los habitantes de que van a organizarse y hacer todo lo necesario para empezar a defenderse ellos mismos contra el EI¡±.
El motivo, a?ade el presidente, "por el que no empezamos a lanzar ataques a¨¦reos en todo Irak en cuanto apareci¨® el Estado Isl¨¢mico fue que de esa forma se habr¨ªa aliviado la presi¨®n sobre [el primer ministro] al Maliki". Habr¨ªa empujado a Maliki y otros chi¨ªes a pensar: ¡°No hace falta que lleguemos a acuerdos. No hace falta que tomemos decisiones. No hace falta que vivamos el dif¨ªcil proceso de descubrir en qu¨¦ nos hemos equivocado. Basta con que dejemos que los americanos vuelvan a salvarnos el pellejo. Y despu¨¦s podremos seguir como siempre¡±.
Obama dice que est¨¢ diciendo a todas las facciones en Irak lo siguiente: ¡°Vamos a ser vuestros socios, pero no vamos a hacer vuestro trabajo. No vamos a volver a enviar tropas de tierra para controlar la situaci¨®n. Ten¨¦is que demostrarnos que est¨¢is dispuestos y preparados para intentar mantener un Gobierno unido y basado en los compromisos. Que est¨¢is dispuestos a seguir construyendo una fuerza de seguridad eficiente y no sectaria, que responda ante un Gobierno civil... A nosotros nos interesa hacer retroceder al EI. No vamos a permitir que creen un califato que abarque Siria e Irak, pero solo podremos hacerlo si sabemos que sobre el terreno hay gente capaz de llenar ese hueco. De modo que, si tendemos la mano a las tribus sun¨ªes, si vamos a tender la mano a gobernadores y jefes locales, es necesario que ellos sientan que est¨¢n luchando por algo¡±. En caso contrario, dice Obama, "Podemos rechazar al Estado Isl¨¢mico durante un tiempo, pero, en cuanto desaparezcan nuestros aviones, ellos volver¨¢n".
Le pregunto al presidente si est¨¢ preocupado por Israel.
¡°Es asombroso hasta d¨®nde ha llegado Israel en los ¨²ltimos decenios¡± responde. ¡°Haber sacado de la pura roca un pa¨ªs tan incre¨ªblemente vibrante, pr¨®spero, rico y poderoso da fe del ingenio, la energ¨ªa y la visi¨®n del pueblo jud¨ªo. Dada la capacidad militar de Israel, no me preocupa su supervivencia... En mi opini¨®n, la verdadera pregunta es c¨®mo va a sobrevivir Israel. Y c¨®mo puede crearse un Estado de Israel que mantenga sus tradiciones democr¨¢ticas y c¨ªvicas. C¨®mo puede preservarse un Estado jud¨ªo que refleje los mejores valores de quienes fundaron Israel. Para lograrlo, siempre he pensado que deben encontrar la manera de convivir en paz con los palestinos. Deben reconocer que tienen reivindicaciones leg¨ªtimas y que esa es tambi¨¦n su tierra y su regi¨®n¡±.
Al preguntarle si deber¨ªa ejercer presiones m¨¢s en¨¦rgicas sobre el primer ministro israel¨ª, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas ¡ªtambi¨¦n llamado Abu Mazen¡ª, para que alcancen un acuerdo de tierras por paz, el presidente contesta que son ellos quienes deben dar el primer paso. Netanyahu tiene ¡°unos ¨ªndices de aprobaci¨®n en las encuestas muy superiores a los m¨ªos¡± y que ¡°se han visto muy mejorados por la guerra en Gaza¡±. ¡°Por eso, si no tiene presiones internas, es dif¨ªcil que forje una serie de acuerdos muy delicados, por ejemplo a prop¨®sito del movimiento de los colonos. Es muy complicado. En cuanto a Abu Mazen, el problema es ligeramente distinto. Bibi es demasiado fuerte en ciertos aspectos y Abu Mazen demasiado d¨¦bil en otros como para que puedan unirse y tomar decisiones tan audaces como las que Sadat, Begin o Rabin se atrevieron a tomar. Para mirar m¨¢s all¨¢ del futuro inmediato van a ser necesarios aut¨¦nticos l¨ªderes, tanto palestinos como israel¨ªes. Y lo m¨¢s dif¨ªcil para un pol¨ªtico es abordar los problemas con la vista puesta a largo plazo¡±.
Por supuesto, muchas opiniones del presidente sobre Irak son consecuencia del caos desatado en Libia por la decisi¨®n de la OTAN de derrocar al coronel Muamar Gadafi sin organizar despu¨¦s suficiente ayuda internacional para ayudar a los libios a construir nuevas instituciones. Tanto a la hora de volver a Irak como de entrar en Siria lo que m¨¢s le importa a Obama es: ?Cuento con los socios ¡ªlocales o internacionales¡ª necesarios para que cualquier mejora que implantemos siga sosteni¨¦ndose despu¨¦s?
¡°Este es un ejemplo de lecci¨®n que he tenido que aprender y que a¨²n hoy tiene ramificaciones¡±, dice Obama. ¡°Me refiero a nuestra participaci¨®n en la coalici¨®n que derroc¨® a Gadafi en Libia. Estoy totalmente convencido de que hicimos lo que hab¨ªa que hacer. Si no hubi¨¦ramos intervenido, es muy probable que Libia estuviera como Siria. De modo que habr¨ªa m¨¢s muerte, m¨¢s caos, m¨¢s destrucci¨®n. Pero tambi¨¦n es cierto que nosotros y nuestros socios europeos subestimamos la necesidad de emplear todas nuestras fuerzas para una operaci¨®n as¨ª. Al d¨ªa siguiente de derrocar a Gadafi, cuando todo el mundo estaba satisfecho y todos alzaban pancartas que dec¨ªan ¡°Gracias, Am¨¦rica¡±, en ese momento, deb¨ªamos haber hecho un esfuerzo mucho m¨¢s agresivo para reconstruir unas sociedades que carec¨ªan de tradiciones c¨ªvicas. Esa es una lecci¨®n que tengo ahora en cuenta cada vez que me pregunto: ?Deber¨ªamos intervenir militarmente? ?Tenemos respuesta para el d¨ªa siguiente?¡±
? The New York Times.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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