Obama estudia en sus vacaciones c¨®mo frenar las deportaciones de migrantes
La Casa Blanca ha prometido que ¡°al final del verano¡± revelar¨¢ medidas para paliar las expulsiones a falta de una reforma migratoria
Aparte de los libros que alcance a leer durante sus vacaciones, ya de por s¨ª interrumpidas con crisis como la de Irak, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendr¨¢ que estudiar estos d¨ªas de asueto el m¨¢s que grueso dossier acumulado tras meses de recibir recomendaciones sobre qu¨¦ medidas puede tomar por s¨ª solo para aliviar las deportaciones de indocumentados, en vista de que el Congreso ha sido incapaz de aprobar una reforma migratoria.
Y es que seg¨²n ha declarado la propia Casa Blanca, la fecha para anunciar qu¨¦ ¨®rdenes ejecutivas -decretos- emite para paliar la falta de acci¨®n de los legisladores ser¨¢ inminente despu¨¦s de las dos semanas de descanso estival que Obama inici¨® este s¨¢bado en la isla de Martha¡¯s Vineyard.
Sobre todo despu¨¦s de que la inacci¨®n del Congreso, que ni siquiera fue capaz de aprobar, antes de irse cinco semanas de vacaciones, una petici¨®n de fondos de Obama para afrontar la crisis creada por la masiva llegada de menores indocumentados a la frontera, est¨¢ siendo ampliamente usada como arma arrojadiza por el bando dem¨®crata.
La gran duda es qu¨¦ decidir¨¢ Obama y hasta d¨®nde se atrever¨¢ a ejercer una autoridad presidencial por la que la oposici¨®n republicana busca demandarlo ante la justicia, qued¨¢ndose tan s¨®lo a un paso del impeachment (juicio pol¨ªtico).
Hay amplio consenso que la base para cualquier paso es el programa de cancelaci¨®n de deportaciones de ciertos j¨®venes indocumentados que Obama decret¨® en 2012 y que desde entonces ha beneficiado a m¨¢s de medio mill¨®n de personas.
Para los grupos proinmigraci¨®n, Obama deber¨ªa dictar medidas que ampl¨ªen este programa conocido por sus siglas en ingl¨¦s, DACA. Su objetivo es que lleguen a beneficiar a los hasta ocho millones de indocumentados -de los m¨¢s de 11 millones que se estima viven en EE UU- que podr¨ªan haberse acogido a una v¨ªa para su legalizaci¨®n mediante la propuesta de ley migratoria aprobada un a?o atr¨¢s en el Senado y que muri¨® este 2014 en la C¨¢mara de Representantes dominada por los republicanos.
Cualquier medida que se dicte debe beneficiar a ¡°millones y millones de personas, no a un peque?o grupo¡±, sostiene el director de CASA de Maryland, Gustavo Torres.
¡°El presidente ha deportado ya a dos millones de latinos inmigrantes en seis a?os, es totalmente inaceptable¡±, denuncia en referencia a las cifras r¨¦cord de deportaciones logradas durante el mandato de Obama, pese a que la Casa Blanca asegura que se aplican filtros que han frenado la separaci¨®n de familias al priorizar la expulsi¨®n de indocumentados con antecedentes criminales.
Los grupos de cabildeo a favor de la inmigraci¨®n, mayoritariamente latinos, blanden la amenaza del peso hispano en las elecciones. Ciertamente, Obama ha reconocido que le debe en buena parte su reelecci¨®n al masivo apoyo latino en las urnas, un factor que volver¨¢ a entrar en juego de cara a la elecci¨®n del pr¨®ximo presidente -o presidenta- en 2016.
El problema de estas organizaciones es que el poder del voto hispano no es un factor tan relevante en unos comicios mucho m¨¢s inmediatos, los parlamentarios del pr¨®ximo mes de noviembre donde precisamente la amenaza de una ¡°amnist¨ªa¡±, como denominan los m¨¢s conservadores a cualquier medida que legalice a indocumentados, est¨¢ siendo usada como efectiva arma electoral en los distritos m¨¢s a la derecha.
As¨ª lo ve Cristina Garc¨ªa, de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribe?as (NALACC).
Aunque Obama est¨¢ ¡°pol¨ªticamente en una buena posici¨®n¡± personal para actuar, puesto que ya no tiene que luchar por ser reelegido y pr¨¢cticamente est¨¢ al final de su mandato, los legisladores de su Partido Dem¨®crata ¡°temen perder esca?os en noviembre¡±, explic¨® durante una charla en el Di¨¢logo Interamericano. ¡°El miedo es que no haga tanto como pueda por miedo a la reacci¨®n violenta del otro lado¡±.
Buena muestra de lo caldeado que est¨¢n los ¨¢nimos es la fuerte reacci¨®n que provocaron art¨ªculos en la prensa estadounidense que aseguraban en las ¨²ltimas semanas, citando fuentes an¨®nimas del propio gobierno, que Obama estar¨ªa contemplando medidas que podr¨ªan beneficiar hasta a cinco millones de indocumentados.
La Casa Blanca se apresur¨® a dejar claro que todav¨ªa no se ha tomado una decisi¨®n y que ¨¦sta no se producir¨¢ hasta ¡°finales del verano¡±, lo que para Washington significa entre finales de agosto y principios de septiembre. Eso s¨ª, no ha desmentido de forma taxativa una alta cifra de posibles beneficiados.
En su ¨²ltima rueda de prensa antes de partir de vacaciones, al t¨¦rmino de la cumbre con l¨ªderes africanos en Washington, Obama asegur¨® que es consciente de que no tiene ¡°luz verde¡± para actuar como le venga en gana puesto que est¨¢ ¡°ligado a la Constituci¨®n¡±.
A la vez sin embargo dej¨® claro que no piensa quedarse ¡°de brazos cruzados a la espera de que haga algo un Congreso¡± que ha tenido m¨¢s de un a?o para actuar y no ha hecho nada, a pesar de que corre el riesgo de que los republicanos le tachen una vez m¨¢s de presidente ¡°imperialista¡±.
Cualquier decisi¨®n que tome ser¨¢ seguramente analizada hasta la ¨²ltima coma en busca de una presunta ilegalidad o inconstitucionalidad. Sin embargo, para expertos como el abogado David Leopold, las acusaciones de ilegalidad no se sostienen porque medidas como DACA ¡°no crean ning¨²n nuevo derecho o estatus migratorio legal¡±, dijo a The Washington Post. Se trata de medidas adem¨¢s que dependen de la decisi¨®n del presidente de turno, es decir, revocables en teor¨ªa -aunque pol¨ªticamente sea muy dif¨ªcil hacerlo en la pr¨¢ctica- por el sucesor de Obama en dos a?os, de ah¨ª que el mandatario siga insistiendo en que la v¨ªa m¨¢s segura para arreglar lo que todos coinciden en que es un problema pasa por el Congreso.
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