El conservador polaco Donald Tusk presidir¨¢ el Consejo Europeo
La reca¨ªda en la crisis obliga a los l¨ªderes a convocar una nueva cumbre El conflicto con Rusia marca los nombramientos en la c¨²pula europea
Tras varios meses de optimismo en los que lo ¨²nico que de verdad ha funcionado son los mercados, los l¨ªderes europeos despertaron este s¨¢bado del ensue?o y cayeron en la cuenta de que la pregonada reactivaci¨®n era una ilusi¨®n y que la pol¨ªtica econ¨®mica ¡ªausteridad y reformas declinadas de las m¨¢s diversas formas¡ª sigue sin dar resultados. Contra ese panorama, m¨¢s cumbres: los Veintiocho anunciaron con la fanfarria habitual una nueva reuni¨®n en Italia para el 7 de octubre a favor del ¡°empleo, el crecimiento y la inversi¨®n¡±. Ser¨¢ la tercera con id¨¦ntico leitmotiv en poco m¨¢s de un a?o: los mismos l¨ªderes se reunieron con los mismos objetivos dos veces el a?o pasado, en Berl¨ªn y Par¨ªs, y acordaron una inyecci¨®n de 6.000 millones contra el paro juvenil. No funcion¨®: las cifras de desempleo apenas mejoran t¨ªmidamente, Alemania, Francia e Italia vuelven a verle las orejas al lobo de la recesi¨®n y las sanciones a Rusia por la crisis Ucrania tendr¨¢n graves efectos en todo el continente. Llega el oto?o y vienen curvas: la historia se repite sin variaciones desde 2007, ante la crisis de liderazgo y de ideas en la que est¨¢ sumida la UE.
Nuevos dirigentes
El liberal Donald Tusk, primer ministro polaco, de 57 a?os, es un conservador surgido del sindicato Solidaridad, que hizo caer el comunismo en 1989. Historiador de formaci¨®n, buen orador y europe¨ªsta convencido, es partidario de adoptar sanciones contra Mosc¨² y se opone a las acciones unilaterales. Habla alem¨¢n, pero su ingl¨¦s, seg¨²n su entorno, deja que desear.
La socialista Federica Mogherini, de 41 a?os, es licenciada en Pol¨ªticas por la universidad romana de La Sapienza. Se doctor¨® con una tesis sobre el islam y la pol¨ªtica y fue erasmus en Francia. Activa militante contra el racismo, fue elegida diputada en 2008 y en 2013 asumi¨® la jefatura de la delegaci¨®n italiana ante la OTAN. Habla ingl¨¦s y franc¨¦s y un poco de espa?ol.
La mil y una veces anunciada recuperaci¨®n europea no toma vuelo. El paro sigue dram¨¢ticamente alto, el continente est¨¢ empachado de deudas, la banca contin¨²a gripada y la baja inflaci¨®n anticipa graves problemas: quiz¨¢ hasta alguna que otra d¨¦cada perdida a la japonesa, cuando van ya siete a?os de vacas flacas. Contra esa policrisis, los l¨ªderes dieron anoche forma a la nueva c¨²pula que deber¨¢ luchar contra los desaf¨ªos que se avecinan: la alica¨ªda econom¨ªa, la posible salida del Reino Unido y el conflicto con Rusia. El Este gana peso: el conservador moderado Donald Tusk, una estrella emergente de un pa¨ªs emergente como Polonia, ser¨¢ el nuevo presidente del Consejo Europeo. El bloque del Este toma as¨ª el mando 10 a?os despu¨¦s de la ampliaci¨®n, en pleno conflicto con Rusia. Y la socialdem¨®crata italiana Federica Mogherini ser¨¢ finalmente la nueva jefa de la diplomacia europea. La crisis de Ucrania planea sobre esos dos nombramientos: frente a la beligerancia con Mosc¨² que ha mostrado Polonia, Italia ha sido el pa¨ªs menos favorable a las sanciones. La UE, en fin, sigue buscando equilibrios para no descarrilar.
Y no solo en pol¨ªtica exterior: la pol¨ªtica econ¨®mica, muy marcada por las recetas alemanas, est¨¢ abocada a buscar nuevos enfoques. El presidente del BCE, Mario Draghi, regal¨® en verano de 2012 un a?o de tranquilidad a Europa con su ¡°har¨¦ todo lo necesario¡±. Ese mensaje cal¨® en los mercados. Pero solo en los mercados: la econom¨ªa no arranca y ahora el propio Draghi admite que la Uni¨®n debe cambiar de rumbo. Tras su reciente discurso en Jackson Hole, en el que alert¨® de graves problemas, la UE empez¨® este s¨¢bado a mostrar su nueva hoja de ruta. Lo esencial son las reformas estructurales en Italia y Francia, especialmente en el mercado de trabajo: ah¨ª se engloba tanto la reciente crisis de Gobierno en Francia como la anunciada cumbre de octubre. Draghi exige esas medidas a Roma y Par¨ªs como moneda de cambio para comprar apoyo pol¨ªtico en Berl¨ªn a las adquisiciones masivas de deuda p¨²blica y otros activos financieros. Y para paliar los efectos recesivos de las reformas a corto plazo, reclama pol¨ªtica fiscal: el nuevo presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, esbozar¨¢ en la cumbre sus planes de inversi¨®n (b¨¢sicamente en infraestructuras) para apuntalar el crecimiento, siempre a cambio de las reformas en Francia e Italia.
La pol¨ªtica econ¨®mica de la Uni¨®n se ha tensado demasiado ¡ªen relaci¨®n con otras ¨¢reas del mundo¡ª y llega la hora de dar un viraje al que Alemania se resiste: apenas concede giros ret¨®ricos pese a las reclamaciones de Fran?ois Hollande, de Matteo Renzi y de todos los l¨ªderes que han buscado algo distinto. La nueva c¨²pula de la UE debe conseguir lo que no logr¨® la anterior: que Merkel abrace ese viraje con algo m¨¢s que palabras. Pero la Uni¨®n habla m¨¢s alem¨¢n que nunca, y es tan moderadamente conservadora como siempre: la nueva UE sigue presidida por dirigentes populares (en el Consejo y en la Comisi¨®n) y ahora tambi¨¦n german¨®fonos; Juncker y Tusk lo son, y este ¨²ltimo hasta tuvo que disculparse este s¨¢bado por no poder expresarse en ingl¨¦s. ¡°Es dif¨ªcil mantener el equilibrio entre disciplina presupuestaria y crecimiento, pero se puede hacer¡±, dijo en un polaco con un acento pol¨ªtico moderadamente alem¨¢n. En su presentaci¨®n en Bruselas, Mogherini se defendi¨® de quienes le achacan inexperiencia y, respecto a Rusia, dej¨® claro que seguir¨¢ negociando: ¡°No habr¨¢ soluci¨®n militar. Se trata de lograr un equilibrio entre aplicar sanciones y mantener abierto el canal diplom¨¢tico¡±. Los nombres ya han cambiado; la m¨²sica, de momento, suena igual.
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