Desobediencia civil
Desde hace una semana ando preguntando por el significado de unas palabras pronunciadas por Oriol Junqueras y todav¨ªa hoy no he obtenido una respuesta convincente. El presidente de Esquerra Republicana, jefe de la oposici¨®n y principal apoyo parlamentario a la mayor¨ªa insuficiente de Artur Mas, dijo el pasado lunes que si la consulta del 9N queda suspendida por el recurso de Rajoy ante el Constitucional, la respuesta debe ser la desobediencia civil.
Yo no s¨¦ muy bien qu¨¦ quiere decir Junqueras cuando llama a la desobediencia civil, y menos todav¨ªa cuando evoca el ejemplo de Martin Luther King y el caso concreto de Rosa Parks, la se?ora afroamericana que el 1 de diciembre de 1955 prefiri¨® ir a la c¨¢rcel antes que ceder su asiento a una persona de raza blanca como pretend¨ªa el conductor de un autob¨²s p¨²blico en Montgomery en cumplimiento de la legislaci¨®n racista de Alabama.
Adem¨¢s, a la vista de la perfecta y espont¨¢nea sincronizaci¨®n de la Administraci¨®n catalana, y sobre todo sus medios de comunicaci¨®n, en la preparaci¨®n, organizaci¨®n y log¨ªstica de la Diada, parece evidente que la celebraci¨®n de una consulta por parte de ANC y Omnium podr¨ªa tener una repercusi¨®n al menos tan espectacular como la que tuvo la disciplinada concentraci¨®n de centenares de miles de personas en la Diagonal y la Gran V¨ªa el pasado jueves. Cierto que una consulta de este tipo, aun con apoyo p¨²blico m¨¢s o menos expl¨ªcito, no tendr¨ªa garant¨ªas de participaci¨®n por parte de la poblaci¨®n que no se siente implicada y alcanzar¨ªa un nivel de participaci¨®n quiz¨¢s insatisfactorio para los convocantes, con las consecuencias de un improbable reconocimiento interior y exterior. Ser¨ªa hacer un Arenys de Munt en vez de hacer un Salmond.
El problema, por tanto, no es el derecho a celebrar una consulta, sino la capacidad legal del Gobierno catal¨¢n para convocarla en los t¨¦rminos en que la est¨¢ organizando: mediante un derecho a decidir sin reconocimiento jur¨ªdico; unas preguntas discutibles y discutidas por confusas y una fecha que no han sido pactadas; adem¨¢s de la ambig¨¹edad sobre si es una consulta o un refer¨¦ndum y en consecuencia sus efectos, meramente simb¨®licos, pol¨ªticos o jur¨ªdicamente vinculantes.
Hay, adem¨¢s, otra cuesti¨®n bien clara e incluso reconocida por todos. La ¨²nica regla de juego disponible en este partido dice que Rajoy puede impugnarla ante el Tribunal Constitucional, hecho que autom¨¢ticamente suspender¨¢ la celebraci¨®n de la consulta convocada por Artur Mas. ?D¨®nde est¨¢ entonces la desobediencia civil? ?O acaso hay una desobediencia civil de uno solo, en este caso de Artur Mas, empujado por Junqueras?
Es verdad que se pueden cambiar las reglas, e incluso yo dir¨ªa que en el caso que nos ocupa hay que cambiarlas obligatoriamente. Pero debe hacerse siguiendo las reglas; o, en caso contrario, conform¨¢ndose a jugar sin ellas, y preparados para recibir patadas y ver c¨®mo hay otros que tambi¨¦n quieren jugar sin reglas.
El problema de Junqueras es que lo quiere todo: la mantequilla y el dinero de la mantequilla, repicar e ir a la procesi¨®n. Quiere una consulta meramente consultiva que se convierta en un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n con efectos vinculantes y jur¨ªdicos. No quiere hacer un Arenys de Munt pero quiere obligar a Artur Mas a hacer un Seis de Octubre.
El 6 de octubre de 1934 hubo muertos y heridos, suspensi¨®n de la autonom¨ªa y encarcelamiento del presidente Llu¨ªs Companys y todos los altos cargos de la Generalitat. Pero no hace falta llegar tan lejos a estas alturas para hacer un Seis de Octubre. Basta con obligar a un presidente a romper la regla de juego por la que ha alcanzado la presidencia y que le permite pagar cada mes todas las n¨®minas. Un presidente que hace un Seis de Octubre se dispara un tiro en el pie, porque alienta a que otros rompan la regla de juego, la actual o la futura, con la misma pasmosa tranquilidad con la que ¨¦l la ha roto.
Ya s¨¦ cual es la respuesta a este razonamiento y a mi inquietud sobre la desobediencia civil: a veces hay que saltarse un sem¨¢foro en rojo para que las cosas cambien a mejor; no hay tortilla si no se rompen los huevos; y un etc¨¦tera de inquietante aroma a?os 30 o de aire ucranio. Junqueras lo tiene claro: que salte el sem¨¢foro en rojo y rompa los huevos Artur Mas, mientras yo aplaudo y recojo los frutos de la desobediencia presidencial.
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