La hora de recomponer un pa¨ªs partido
Linlithgow, pueblo natal de Salmond, muestra la fractura abierta por el voto
Lo confirmaba una vecina que saca de su coche las bolsas con la compra: ¡°S¨ª, esa es, la de los carteles del s¨ª. Pero su familia ya no vive ah¨ª, ahora vive otra gente¡±. Nadie contest¨® a la puerta del 101 de Preston Road, en el pueblo de Linlithgow, a apenas media hora en tren de Edimburgo, en el mediod¨ªa de la jornada electoral m¨¢s importante que ha vivido Escocia en su historia. En esa casa adosada, con fachada gris de cemento, en un anodino barrio de viviendas sociales esparcidas en torno a una carretera de dos sentidos, creci¨® el l¨ªder independentista escoc¨¦s Alex Salmond.
Linlithgow, una localidad de los West Loathians presidida por un imponente castillo medieval y habitada por 13.000 personas, ha tenido otros vecinos ilustres. Nada menos que un rey (Jaime V) y una reina (Mar¨ªa I) de Escocia. Pero el pasado jueves el ausente vecino de moda fue el l¨ªder del Scottish National Party (SNP), el partido nacionalista de Escocia, que vot¨® a primera hora de la ma?ana a muchos kil¨®metros hacia el norte, en Strichen, donde reside con su esposa, y asegur¨® que esta ¡°es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida¡±. Este hombre nacido en Linlithgow el d¨ªa de fin de a?o de 1954 es el responsable de una fabulosa campa?a que, aunque no haya conseguido ganar el refer¨¦ndum, va a deparar profundos cambios a este pa¨ªs.
Desde las ventanas de la casa de la ni?ez de Salmond se ve un parque recubierto de un c¨¦sped perfecto donde juegan los ni?os bajo un cartel, pegado en una ventana de una casa cercana, que invita a ¡°terminar para siempre con el gobierno de los tories¡±. En Linlithgow no gustan los conservadores brit¨¢nicos. Aqu¨ª se vota al laborismo y al nacionalismo de Salmond, que en las pasadas elecciones municipales obtuvo un apoyo del 43% de los votos.
Hartos de meses de campa?a y broncas entre vecinos, ya nadie discute
Una furgoneta con banderas del s¨ª bajaba por la carretera soltando su discurso por dos meg¨¢fonos, y se cruzaba con un coche con banderas del no que sub¨ªa voceando el suyo. Poco m¨¢s. La campa?a lleg¨® a su fin y se dir¨ªa que los vecinos lo agradec¨ªan.
La vieja escuela donde estudi¨® el l¨ªder nacionalista acoge urnas para los votos. Un anciano vecino sal¨ªa del recinto, con la satisfacci¨®n del deber cumplido, custodiado por sus dos hijos. Acaban de sumar tres votos por el s¨ª a la independencia. El hombre apenas recordaba al muchacho por cuyo partido acababa de votar. Pero s¨ª conoci¨® a su padre, ¡°que debe de tener ahora 92 a?os¡± y se fue del pueblo hace dos.
Unas calles m¨¢s abajo, al otro lado de las v¨ªas del tren, una mujer con panfletos del s¨ª y un hombre con panfletos del no hac¨ªan guardia a la entrada de otro colegio electoral, el Queen Margaret. Ya nadie hac¨ªa c¨¢balas sobre los resultados. Ya nadie discut¨ªa. Charlaban amigablemente, acaso hartos de meses de campa?a y de broncas entre vecinos. La suerte estaba echada.
Anne, de 17 a?os, no puede beber una pinta pero s¨ª votar en esta consulta
Anne Johnston acababa de echar la suya. Y era la primera vez que lo hac¨ªa. Tiene 17 a?os, las piernas blanqu¨ªsimas, el pelo rubio platino, un piercing en la nariz y planea estudiar zoolog¨ªa. No puede tomarse una pinta en el pub de la esquina pero en este refer¨¦ndum pudo votar. Anne, presa de la timidez, prefiri¨® no revelar por qu¨¦ opci¨®n se iba a decantar. Pero reconoci¨® que en su familia el voto estuvo divido. En la ma?ana de este viernes, en su casa, unos est¨¢n celebrando y otros no.
Corinne Mansion, la estudiante de 23 a?os que ofrec¨ªa propaganda del no a la puerta del colegio junto a su vecino partidario del s¨ª, aseguraba que ese ya no era momento de convencer a nadie, sino de ¡°poner una cara amigable a los que pasaban¡±. Confiaba en que ya no hubiese indecisos, si en ese momento alguien no hab¨ªa tomado una postura, para ella, era "un problema grave", dijo, medio en broma medio en serio. Corinne es laborista y comprend¨ªa a los votantes de su partido que apoyan la independencia. ¡°Es dif¨ªcil¡±, admiti¨®, ¡°identificarse con un Gobierno que est¨¢ tan lejos y al que no has votado¡±. ¡°Pero eso¡±, afirm¨®, ¡°es la democracia¡±. Si la noche del pasado jueves hubiese ganado el s¨ª, ella hubiese "llorado amargamente", brome¨®. Le hubiesen entrado las ganas de hacer las maletas y marcharse. Pero no lo hubiese hecho. "Hubiese aceptado las cosas como hubieran sido¡±.
En algunas familias, gane quien gane, habr¨¢ celebraciones
El vecino partidario del s¨ª que custodiaba la puerta del colegio con Corinne era Duncan Calder, votante del SNP que se defini¨® como ¡°amo de casa¡±. ¡°Habr¨¢ que aceptar la decisi¨®n de la gente, sea cual sea¡±, opina. ¡°Todo el mundo ha hecho lo que ha podido y lo que ha cre¨ªdo que era mejor para Escocia. Todos los motivos son buenos, eso al menos es lo que hay que creer¡±.
Cada votante que pasaba se llevaba una sonrisa de Corinne y otra de Duncan. Despu¨¦s de tantos meses y meses de campa?a hab¨ªa llegado el momento de la verdad y el globo de energ¨ªa parec¨ªa haberse desinflado de pronto. En ese momento quedaba mucho por recomponer, y esos dos vecinos del peque?o pueblo de Linlithgow ya estban en ello. ¡°?Qui¨¦n va a ganar?¡±, se preguntaba Duncan. No lo sab¨ªa. Pero esperaba que, pasara lo que pasara, a partir de este viernes los pol¨ªticos "trabajen para recomponer una Escocia que se ha partido en dos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.