Zarif y Saud dan un primer paso para rebajar la tensi¨®n entre Teher¨¢n y Riad
Los ministros de Exteriores de Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª se re¨²nen en Nueva York en su primera cita desde la llegada de Rohani a la presidencia
Los ministros de Exteriores de Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª se reunieron en Nueva York el domingo por la noche (la madrugada de ayer en Espa?a). Su cita no es una m¨¢s de las muchas que se producen en los m¨¢rgenes de la Asamblea General de la ONU. Mohamad Javad Zarif y el pr¨ªncipe Saud al Faisal representan a las dos potencias regionales cuya rivalidad bloquea la soluci¨®n de la mayor¨ªa de los conflictos de Oriente Pr¨®ximo. Ahora, ambos pa¨ªses afrontan la amenaza compartida del Estado Isl¨¢mico (EI). Tal vez no sea suficiente para revertir d¨¦cadas de desconfianza, pero puede ser un primer paso para rebajar la tensi¨®n.
¡°Tanto mi hom¨®logo saud¨ª como yo creemos que esta reuni¨®n puede ser la primera p¨¢gina de un nuevo cap¨ªtulo en las relaciones entre nuestros dos pa¨ªses¡±, declar¨® Zarif citado por la agencia estatal de noticias iran¨ª, Irna. ¡°Esperamos que este nuevo cap¨ªtulo sirva para establecer la paz y la seguridad en la regi¨®n y en el mundo, y para salvaguardar los intereses de las naciones isl¨¢micas¡±, precis¨®.
Es la reuni¨®n de m¨¢s alto nivel entre Teher¨¢n y Riad desde la llegada a la presidencia de Hasan Rohani el a?o pasado. En la primera comparecencia p¨²blica tras su elecci¨®n, mencion¨® el deseo de acercarse a los vecinos ¨¢rabes y en especial a Arabia Saud¨ª. Era m¨¢s que un gesto. La voluntad iran¨ª de reintegrarse en el concierto internacional pasaba por mejorar las relaciones con su entorno. El chi¨ª Ir¨¢n y el conservador reino sun¨ª llevan casi cuatro d¨¦cadas compitiendo por la influencia regional. Sus distintos intereses les han colocado en frentes opuestos en la mayor¨ªa de los conflictos desde L¨ªbano a Yemen, pasando por Irak, Bahr¨¦in o Siria.
Pero el esfuerzo iran¨ª fue desestimado por los saud¨ªes temerosos de que su rival estaba a punto de alcanzar un acuerdo nuclear con Occidente. La irrupci¨®n del EI constituye sin embargo una amenaza para ambos. A la Rep¨²blica Isl¨¢mica le preocupa el peligro que ese grupo yihadista sun¨ª supone para sus aliados en Irak y Siria, una parte de cuyos territorios ha logrado controlar. La monarqu¨ªa saud¨ª, por su parte, teme la alternativa de gobierno teocr¨¢tico que significa el autodenominado califato.
¡°Somos conscientes de la importancia y de lo delicado de esta crisis, y de la oportunidad que se nos presenta¡±, manifest¨® el pr¨ªncipe Saud a la salida de la entrevista. ¡°Consideramos que debemos evitar los errores del pasado, para hacer frente con ¨¦xito al actual desaf¨ªo¡±, a?adi¨® seg¨²n Irna, el ¨²nico medio que difundi¨® una imagen de la cita y las declaraciones posteriores.
Tal es la opini¨®n que comparten numerosos analistas. ¡°Derrotar al Estado Isl¨¢mico requiere un compromiso irano-saud¨ª¡±, escrib¨ªa Lina Khatib, del centro de estudios Carnegie, a principios de este mes. Esa estudiosa condiciona el triunfo de la coalici¨®n que EEUU est¨¢ montando para frenar a los yihadistas a que ¡°Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n puedan avenirse a un acuerdo¡±. Sin embargo, la posibilidad de cooperaci¨®n entre los dos gobiernos se ve seriamente limitada por la desconfianza rec¨ªproca.
Desde la revoluci¨®n de 1979 que dio lugar a la Rep¨²blica Isl¨¢mica, la familia real saud¨ª est¨¢ convencida de que los ayatol¨¢s intentan exportar su modelo a los chi¨ªes de la regi¨®n y ve su mano en cada protesta de ¨¦stos. (No hay que olvidar que los chi¨ªes suponen casi el 10% de la poblaci¨®n saud¨ª y son mayor¨ªa en el vecino Bahr¨¦in, a donde Riad ha enviado tropas para apuntalar la monarqu¨ªa). Los responsables iran¨ªes miran por encima del hombro al reino, al que consideran una marioneta de su archienemigo Estados Unidos, y nunca le han perdonado que respaldara a Irak durante los ocho a?os de guerra que mantuvo contra ellos.
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