A 65 metros del presidente
La entrada de un hombre con un cuchillo a la Casa Blanca reabre el debate sobre la seguridad de la residencia por estar en el centro de Washington
Una de las cosas que m¨¢s sorprende a quien visita Washington por primera vez es lo peque?a y accesible que es la Casa Blanca. La residencia presidencial m¨¢s famosa del mundo est¨¢ ubicada en pleno centro de la capital de Estados Unidos. Y carece del aspecto de complejo bunquerizado que tienen la mayor¨ªa de palacios presidenciales. Su fachada principal se encuentra a escasos 65 metros de distancia de un tramo peatonal de la avenida Pensilvania, separada por una reja de finos barrotes de unos tres metros de altura. All¨ª se apelotonan cada d¨ªa cientos de turistas que se fotograf¨ªan. Junto a ellos, visitantes y residentes avanzan andando o en bicicleta por la avenida. Y entre unos y otros, diversas personas protestan por variopintas causas.
Pero todo esto podr¨ªa cambiar. El servicio secreto de EE UU ¡ªencargado de proteger la residencia y al presidente Barack Obama¡ª ha abierto un proceso de revisi¨®n de la seguridad despu¨¦s de que en la tarde del viernes un hombre lograra saltar la reja, correr por el jard¨ªn hasta la Casa Blanca y abrir la mism¨ªsima puerta de la residencia. Solo al acceder al interior fue reducido por un agente.
Lo m¨¢s alarmante es que el intruso llevaba un cuchillo. Y en su coche ten¨ªa 800 cartuchos de munici¨®n, dos hachas y un machete, seg¨²n revel¨® este lunes un fiscal federal en una audiencia judicial por el suceso. Adem¨¢s, en julio, tras ser detenido por conducci¨®n inapropiada, la polic¨ªa encontr¨® en su veh¨ªculo un rifle de largo alcance y un mapa de la residencia presidencial. Y en agosto fue parado en los alrededores de la Casa Blanca por llevar un hacha en su cintura. Entonces, la polic¨ªa no lo arrest¨® tras inspeccionar su coche y no encontrar ning¨²n elemento sospechoso en su interior.
El detenido, que podr¨ªa ser condenado a diez a?os de prisi¨®n, se llama Omar Gonz¨¢lez, tiene 42 a?os y es un veterano de la guerra de Irak que quer¨ªa comunicarle a Obama que la ¡°atm¨®sfera se estaba colapsando¡±. Seg¨²n varios medios, viv¨ªa en la calle desde hace tres meses.
Un hombre logr¨® el viernes saltar la reja exterior, correr por el jard¨ªn hasta la Casa Blanca y abrir la puerta de la residencia. Llevaba un cuchillo y en su coche ten¨ªa 800 balas
Justo diez minutos antes del suceso, el presidente y su familia hab¨ªan salido en helic¨®ptero, desde la fachada opuesta, a pasar el fin de semana fuera de Washington. El incidente ha desencadenado un sinf¨ªn de preguntas: ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si los Obama hubiesen estado en la Casa Blanca? ?Por qu¨¦ los agentes no soltaron los perros de ataque adiestrados para esas situaciones? ?Los agentes y los francotiradores en la azotea tendr¨ªan que haber disparado? ?Es normal que la puerta se pueda abrir?
No es ni mucho menos la primera vez que alguien consigue saltar la reja. Incluso ha habido casos de disparos contra el edificio. Pero no se recuerda ning¨²n caso de un intruso que lograra llegar a la puerta. El servicio secreto calific¨® de ¡°inaceptable¡± lo ocurrido y aleg¨® que los agentes no abrieron fuego porque consideraron que el hombre no iba armado y porque no llevaba una mochila que pudiera contener explosivos. Tras el suceso, se ampli¨® el dispositivo de seguridad, pero en menos de 24 horas otra persona fue detenida: se acerc¨® con su veh¨ªculo a una de las v¨ªas de entrada en una esquina del complejo y declin¨® abandonar el lugar.
Obama afirm¨® este lunes que el servicio secreto ¡°hace un gran trabajo¡± y que est¨¢ agradecido por los ¡°sacrificios¡± que sus agentes hacen por ¨¦l y su familia. El incidente vuelve a poner en entredicho la labor del cuerpo de ¨¦lite que protege al presidente, cuya reputaci¨®n qued¨® comprometida en 2012 por un esc¨¢ndalo de prostituci¨®n durante un viaje de Obama a Colombia y nuevamente en marzo pasado por una noche de borrachera en otro viaje a Holanda.
Los dos sucesos en los ¨²ltimos d¨ªas en la Casa Blanca sacan a relucir el dif¨ªcil equilibrio entre garantizar la protecci¨®n del presidente y permitir cierta cercan¨ªa a la ic¨®nica residencia. El debate toca de lleno los principios de la Casa Blanca, que se inaugur¨® en 1800 como la casa del pueblo. Inicialmente estaba flanqueada por un muro, pero a las dos d¨¦cadas fue sustituido por una reja para que pudiera verse desde fuera. Durante todo el siglo XIX, los jardines e incluso el interior de la residencia fueron de f¨¢cil acceso al p¨²blico. Y hoy se siguen pudiendo visitar en un recorrido guiado.
Desde 1995, tras el atentado contra un edificio federal en Oklahoma, el tramo de Pensilvania est¨¢ cerrado al tr¨¢fico de coches. Pero salvo excepciones ¡ªque trastocan el recorrido diario de muchos residentes¡ª ha permanecido abierto a los peatones, vigilados de cerca por polic¨ªas. Incluso Obama ha salido varias veces andando de la Casa Blanca. La inc¨®gnita ahora es si todo ello seguir¨¢ siendo posible.
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