La prueba de Maduro ante la ONU
El venezolano es uno de los presidentes latinoamericanos que se estrenan en la Asamblea General
Aunque no es la primera vez que se subir¨¢ al podio de Naciones Unidas, s¨ª ser¨¢ la primera que lo haga como presidente. Y el terreno para el primer discurso de Nicol¨¢s Maduro como jefe de Estado de Venezuela no est¨¢, precisamente, abonado. Su llegada a Nueva York se ha visto precedida por fuertes cuestionamientos a su aspiraci¨®n de lograr, el mes que viene, un asiento como miembro no permanente del Consejo de Seguridad para los pr¨®ximos dos a?os, aunque la candidatura venezolana cuenta con el benepl¨¢cito de Am¨¦rica Latina y el silencio -al menos por el momento- de Estados Unidos.
The New York Times y The Washington Post coincid¨ªan en sendos editoriales este fin de semana previo a la Asamblea General de la ONU en que Venezuela tiene un ¡°deplorable¡± historial en materia de derechos humanos y actuaci¨®n econ¨®mica que no la hacen ¡°merecedora¡± de un puesto de tanta ¡°importancia y prestigio¡±, sobre todo por su tradicional apoyo a ¡°aliados¡± como Siria, Ir¨¢n o Cuba. Para los dos peri¨®dicos de cabecera de la naci¨®n sede de la cita anual, pa¨ªses de peso en la regi¨®n como Colombia o Brasil deber¨ªan liderar la oposici¨®n a las aspiraciones de Caracas.
Algo que no parece sin embargo que vaya a ocurrir, y mucho menos en plena reuni¨®n de mandatarios en la ONU. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, eludi¨® el lunes, en su primer d¨ªa de agenda oficial en Nueva York, pronunciarse sobre el tema, aduciendo el delicado papel de su pa¨ªs en los intentos de mediaci¨®n entre el gobierno de Maduro y la oposici¨®n junto con Brasil -que podr¨ªa usar el mismo argumento-, Ecuador y el Vaticano.
Un ¡°muy mal candidato¡±. Jos¨¦ Miguel Vivanco, el director para las Am¨¦ricas de Human Rights Watch (HRW) y conocido cr¨ªtico de Caracas, no tiene por el contrario reparos a la hora de calificar la aspiraci¨®n venezolana, en vista de su ¡°consistente apoyo a gobiernos autoritarios que violan grave y sistem¨¢ticamente los derechos humanos¡±.
Pese al silencio actual de la regi¨®n, para el responsable de HRW todav¨ªa hay tiempo para que ¨¦sta reaccione. A ra¨ªz de los editoriales simult¨¢neos, ¡°conf¨ªo en que esto genere un debate a nivel local que obligue a gobiernos clave no s¨®lo a dar explicaciones, sino a revisar ese compromiso formal¡± que ha llevado a su candidatura, explica y llama a pronunciarse a pa¨ªses como Chile, Brasil, Per¨², Uruguay, M¨¦xico, Colombia o Costa Rica.
Pero Michael Shifter, presidente del centro de pensamiento Di¨¢logo Interamericano en Washington, califica esa esperanza de ¡°poco realista¡±.
Seg¨²n recuerda, la regi¨®n tiene un acuerdo para rotar el puesto que le corresponde y ahora es el turno de Venezuela. Los pa¨ªses latinoamericanos ¡°quieren evitar las fricciones y luchas entre s¨ª, especialmente si ello invita a una intromisi¨®n de EE UU¡±, acota. Quiz¨¢s consciente de este factor, Washington se ha mantenido, por el momento, al margen.
¡°No somos miembro de ese grupo (latinoamericano), esperaremos a ver qu¨¦ pasa¡±, dijo recientemente la portavoz del Departamento de Estado norteamericano Marie Harf, que se limit¨® a recordar, eso s¨ª, que cada grupo regional ¡°tiene la responsabilidad de presentar un pa¨ªs candidato que apoye los principios de la Carta de Naciones Unidas, contribuya al papel del Consejo de Seguridad en mantener la paz y seguridad internacionales y defienda los derechos humanos¡±.
Para Shifter, la decisi¨®n de Washington de no bloquear -al menos por el momento- es la m¨¢s ¡°sabia¡±.
¡°Cualquier intento de lograr un amplio apoyo contra Venezuela habr¨ªa sido contraproducente¡±, subraya. Adem¨¢s, apunta, no se debe sobredimensionar su papel en el Consejo de Seguridad. ¡°Venezuela probablemente har¨¢ alg¨²n ruido y es de esperar que desaf¨ªe la agenda de Washington en temas como Rusia o Siria, pero o hay que exagerar su impacto¡±, afirma Shifter. Al fin y al cabo, ¡°desde la muerte de (Hugo) Ch¨¢vez, la influenza de Venezuela en la escena mundial ha disminuido radicalmente¡±.
La contenci¨®n estadounidense podr¨ªa cambiar sin embargo si Maduro, en su primer discurso ante la ONU, agendado para la tarde del mi¨¦rcoles, usa un lenguaje demasiado incendiario. Existe un precedente hist¨®rico: en 2006, el entonces presidente Ch¨¢vez contaba ya con muchos apoyos a la candidatura venezolana para el Consejo de Seguridad -que requiere la aprobaci¨®n de dos tercios de la Asamblea General- cuando los perdi¨® precisamente por sus palabras ante ese foro.
¡°Ayer vino el Diablo aqu¨ª (¡) huele a azufre todav¨ªa esta mesa donde me ha tocado hablar¡±, dijo en referencia al discurso previo del presidente estadounidense George W. Bush. Sus palabras ya forman parte de la leyenda de la ONU, pero le valieron a Venezuela perder la candidatura, que tras una largu¨ªsima votaci¨®n acab¨® en Panam¨¢ como candidato de compromiso.
Menos expectaci¨®n despertar¨¢n las por lo dem¨¢s esperadas primeras alocuciones de otros ¡°novatos¡± latinoamericanos en la ONU, como el presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, o sus colegas de Costa Rica, El Salvador, Honduras o Panam¨¢.
Del otro extremo, su veterana colega brasile?a, Dilma Rousseff, cruzar¨¢ probablemente los dedos para que ¨¦sta no sea la ¨²ltima vez que se sube al podio neoyorquino.
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